Nirvana MTV Unplugged in New York: 26 años de legado desenchufado

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Con más de 25 años de haberse publicado, la mítica presentación del grupo liderado por el rey del grunge Kurt Cobain ha dejado su huella no solo en la serie de conciertos acústica sino en el devenir de la música gracias a su atrevimiento y su inesperada calidad derivada de un desastre anunciado pero que nunca se dio.

Tras el éxito abrumador de Nevermind (1992) y la madurez sonora en el inolvidable In Utero (1993), Nirvana no solo era la banda más mediática e importante del rock, sino un símbolo musical en general. Semanas después del lanzamiento de su tercer y último disco, MTV motivado por el boom de grunge decide invitar a los de Aberdeen para desenchufar y bajar los voltios a su sonido agresivo.

Antes de ellos, Pearl Jam, y Stone Temple Pilots habían entregado presentaciones impresionantes, demostrando que no era necesaria una carrera prolongada para poder reinventarse en acústico. En 1993, la serie vivía un momento cumbre gracias a los Unplugged de 10,000 Maniacs, Roxette, Neil Young (señalado en ese momento como el mejor acústico), Soul Asylum, Duran Duran y por supuesto los liderados por Scott Weiland. Pese a la calidad de estos, era raro que estos materiales fueran éxito de ventas o tuvieran recibimiento crítico moderado y mucho menos publicados, algo que cambió con los responsables de Smell Like Teen Spirits.

En aquella época, Kurt Donald Cobain estaba inmerso en una depresión y adicción peligrosa que se proyectó con ensayos bastante desganados que no prometía nada buena. Además, MTV no estaba demasiado de acuerdo con la selección de temas, mayormente covers relativamente desconocidos sumado a la preocupación de que en cualquier momento Cobain dijera de último momento que no lo harían.

EL CONCIERTO

El día llegó. El escenario preparado por el vocal en persona que asemejaba un funeral gracias a las luces y lirios era preludio de una noche extrañamente triste pero cordial. Los tres integrantes oficiales junto a Pat Smear (futuro guitarra de Foo Fighters) comenzaban la presentación bajo la batuta de Kurt quien bromeaba en cada ocasión, siendo irónico con el hecho de que se estaba grabando un show para televisión.

La velada daba inicio con “About a Girl”, de su primer álbum “Bleach”. En esta versión, la electricidad fue modificada por la calma de una menor velocidad por parte de Dave Grohl, un bajo que luce más que en su versión original, la voz calma de Cobain que decorada con una guitarra pulcra hacían un comienzo emocionante.

Haciendo uso de las bondades de la guitarra electroacústica, la nueva versión de “Come as you are” sigue la misma línea que la original pero magnificada por un ritmo más calmo. El vocal brilla de nueva cuenta con riffs que en acústico son de otra dimensión. 

El primer cover llega con “Jesus Doesn’t Want Me For A Sunbeam» de The Vaselines. Krist Novoselic pasa a Grohl su bajo para tomar un acordeón y Lori Goldston hace su entrada con un chelo que es bellísimo. Muestra de la versatilidad y talento infravalorado por los críticos de la época para con Nirvana.

“The Man Who Sold the World” del legendario David Bowie fue releída por la banda y regalaba una versión icónica que los años solo agrandan en el tamaño de su mito. Cobain brilla en su ejecución de acordes, Novoselic mantiene el ritmo de buena manera, Pat Smear complementa bien a Krist, Grohl intensifica su velocidad pero se apega con maestría a lo que Kurt dicta con su rasgeo y Goldston le da ese toque de música clásica que va a doc con la esencia de esta interpretación. Bowie mostraría su satisfacción años más tarde.

“Pennyroyal Tea” recordaba la existencia de In Utero con la orden del cantante de hacer esta canción solo. Deslumbrante, nostálgico y confidencia, es quizá junto a la última canción de esta presentación la más personal. O por lo menos, se siente así.

“Dumb” y “Polly”, similares a la versión base pero con una magia nueva logran intensificar su esencia gracias a de nueva cuenta al chelo que sin duda es una acertada incorporación. Cobain bromea diciendo que «No queríamos tocar estas dos canciones seguidas porque son exactamente lo mismo» ya que sus acordes suenan similares, algo que no afecta; todo lo contrario, se complementan genialmente.

“On a Plain” es una de esas canciones que de no ser por el Unplugged, quizá no sería conocida o mencionada. En esta interpretación logran brindar de una fuerza y sinceridad que solo en una presentación con toda esta vibra es posible. Todo está sincronizado a la perfección y tanto vocal como batería están en armonía, luciendo sus voces.

“Something in the way” desde su origen es una canción oscura, trágica, lúgubre. Plasmados estos sentimientos de manera efectiva en “Nevermind”, se expanden estas sensaciones con un dolor palpable. Voz apagada, guitarra un tanto lastimera, batería que va y viene, chelo sútil pero majestuoso y unas luces color azul que son un complemento genial. Maestría.

Fan de bandas de culto local, Kurt invita a dos de sus héroes musicales como son los gemelos Curt Kirkwood y Cris Kirkwood líderes de los Meat Puppets. En acto de respeto y admiración, Cobain le deja la guitarra líder a Curt, por su parte  Novoselic toma la guitarra rítmica para ceder el bajo a Cris, ademá de que Smear se hace un lado para darle el brillo y lugar a estos músicos.

La pegadiza “Plateau”, la apacible “Oh, Me” y la vibrante “Lake of fire” son inmortalizadas por la voz de Cobain que la dota de un sentimiento propio, como si las hubiera escrito él. Estas tres canciones ocupan un momento agradable, inédito, extraordinario donde ambos mundo se complementan. Pasajes con sensaciones diferentes que van de la alegría a la calma y concluye con una especie de blues que es dinámico.

Casi al finalizar y despidiendo a sus héroes, Nirvana regresa a In Utero  con All Apologies, canción que sirve como especie de despedida al recuento de la carrera de la banda. Siguiendo la línea un tanto sombría que nos dejó “Something in the way” pero con un poco de mayor emoción, este track es bello gracias de nueva cuenta al equilibrio de sus partes. Cobain le pone esa especie de tristeza hermosamente llevada por su voz y guitarra, por parte de Grohl hace un buen complemento sentimental con sus coros, sumado a una batería sútil pero virtuosa; Novoselic lleva la parte rítmica, guía; Smear está serio en su segunda guitarra; y Goldston reafirma su labor titánica con el chelo para dotarla de ese extra que siempre le faltó a la versión de estudio.

Tras consultar al público la siguiente canción donde salían nombres como “Rape Me”, “In Bloom”,  “Lithium” o “Smells Like Teen Spirit”, Kurt los manda al demonio para rendir homenaje a la leyenda del blues Leadbelly con la inolvidable, legendaria versión de «Where Did You Sleep Last Night?», donde antes pidió que hicieran colecta para comprar la versión de ese mítico cantante.

Clímax, final, obra maestra, esta nueva versión es sublime en todos sus ámbitos y es la mejor canción de todo el concierto. Ejemplo del funeral que se había montado gracias a los ya mencionados lirios que si bien había llamado la atención aquí son simplemente significativos, tristes y una declaración de despedida que para muchos sería preámbulo, el adiós simbólico de Cobain que moriría meses más tarde. 

Si ya teníamos poder en el chelo, aquí nos eleva a otra dimensión. La voz de Kurt sería descrita por el legendario Neil Young “como aullidos de lobo”. No hay mayor definición de todo el sentir del vocal que en esta interpretación. Krist, Dave  y Pat complementan de manera bella haciendo que la ya de por sí espectacular guitarra sea aún más destacada. Tras el último acorde, la audiencia tanto en vivo, como más tarde en TV y ni hablar de los escépticos ejecutivos de MTV quedarán anonadados, aunque le pedirán una canción más icónica al cantante, pero sin éxito.

EL LEGADO PERDURA

Tras la muerte del símbolo de la generación X, la banda decide publicar la presentación completa casi un año más tarde de su trágico suicidio. Superando a Mariah Carey, Paul McCartney, Eric Clapton y Neil Young, esté desenchufado se convirtió en un testimonio musical imperdible e infaltable en cualquier listado, además de unirse a esa lista de álbumes cumbres, al nivel de Abbey Road, Dark Side Of The Moon, The Works o la presentación de Wembley de Queen.

El impacto de este Unplugged fue tan grande que la serie cobró su estatus de culto y un paso necesario para consagrar artistas y bandas, donde se pasó de un desastre a un éxito tanto de ventas como de legado.

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