Carlo Ayhllón: de bailes, tinieblas y sonidos contemporáneos en el cine
La música es algo que transmite emociones por sí misma. Sin importar el género, el escuchar algunos acordes, el combinarlo con la letra, el escuchar los sonidos que llegan al alma, ése es el poderoso encanto de una balada, un son o una rima.
En el lenguaje cinematográfico, la música es una pieza fundamental que poco a poco va ganando mayor reconocimiento e importancia incluso en el análisis. Es una parte clave del lenguaje audiovisual que vemos a través del lente.
En Unplugged News tuvimos el placer de hablar con un compositor de música mexicano que viene de gala para hablarnos no sólo de su más reciente trabajo en ‘El Baile de los 41‘, que estrenó hace unos días en plataforma digital, sino también de su carrera, su inspiración y esa gran labor, que no es nada sencilla, de musicalizar películas sin necesidad de caer en los cánones establecidos. Él es Carlo Ayhllón.
“Desde los 7 años me dediqué a estudiar música. Me especialicé primero como guitarrista clásico y luego como compositor, donde ha sido un aspecto muy completo hacer música de concierto y posteriormente música para cine«, comenta Carlo acerca de sus inicios en la música y la composición, donde fue bien cobijado por su familia.
«Afortunadamente mis padres apoyaban el arte. Tanto yo como mi hermano, Luis, que es cineasta, siempre estuvimos compenetrados en ese ambiente, ya sea en las letras, en música o cine. A mis 19 años musicalicé mi primer cortometraje y a partir de ahí hacía composición para cine a la par de mis estudios, de hacer música de concierto. En el camino, de hace 10 años hasta la fecha, mi trabajo se ha vuelto más visible en composiciones para cine mexicano«, continuó Carlo.
Algo que caracteriza el trabajo de Ayhllón es la facilidad con la que trabaja en ciertos géneros cinematográficos, especialmente el cine de autor. “Hay algunos que se me facilitan más. Pero siempre me he inclinado más por el de autor o de arte y así descubrir universos sonoros. Soy fan de esa parte. Quizá con lo que no estoy muy a favor de la música para cine es que sea como una receta, decir algo como ‘aquí pongamos un remate porque pasó algo’ o poner música de cierto estilo porque así lo dictan las normas compositivas tradicionales a través de lo kitsch», platica Carlo.
Aparte de este tipo de cine, Carlo Ayhllón se ha adaptado mucho en algunos géneros más que otros, sin dejar de lado la experimentación y la libertad que crear música le otorga «Mis proyectos han sido más bien complejos y me gusta. Lo que se me facilita es, por la música contemporánea que manejo, el género de terror o thriller psicológico, también el drama y ahora incursioné en la comedia romántica con ‘Sin Hijos’, que ha sido bastante interesante. Y en el documental llevo como 7 u 8 cintas donde, afortunadamente, las cintas donde he participado han sido de alguna manera importantes en festivales y crítica, han ganado premios y justo por eso, por la creación de un universo sonoro para estos filmes», afirma el músico mexicano.
“Resulta interesante la parte de entender que hay que crear algo que logre mimetizar mi trabajo compositivo con la cinta y crear un universo, un lenguaje musical interesante”, comenta el talentoso músico de su trabajo en cintas como Abrir la Tierra o Hasta los Dientes, documental que pueden disfrutar en Netlfix. “Este último fue un trabajo muy conciso que dejó de ser pretencioso, muy comprometido y que logró que el Gobierno se involucrara con esa historia”, declaró.
En este documental que aborda el tema del asesinato de dos jóvenes estudiantes en las afueras del campus del Tec de Monterrey por el crimen organizado, la música sirve como un punto interesante, pero eso es lago que Ayhllón cree que se debe gracias a la visión tanto del director como del musicalizador. “Pienso que esa sensación tiene también que ver mucho con el director. La música tiene un punto de vista que puede remarcar totalmente emociones o incluso cambiarlas. Por ejemplo, en la naturaleza del documental es muy transparente. Justamente con Alberto Arnaud, director de Hasta los Dientes, literalmente me dijo ‘aquí sí, date’. Me comentaba que quería en unas partes una música de persecución, que se sienta o también me pidió música de tristeza, de la pérdida. De plano, era enfatizar porque, en ese caso, la música es un apoyo emocional a todas las sensaciones diversas que hay en el documental y que, hasta el último track busca generar un punto de vista incluso mío donde con ello digo ‘me sumo también a esta causa, mi indignación´ y lo reflejo en el sonido de los cellos sonando de manera poderosa y rápida con unos acordes ligeramente siniestros y funcionó muy bien.”
La magia de componer es diferente en cada trabajo. La gran muestra de ello es la primera incursión al terror de Carlo en la cinta Las Tinieblas. “Tuve que salirme un poco de los paradigmas y explorar. Trabajar con Castro Zimbrón en esta cinta fue encontrar una estética a través de la música de concierto contemporánea. No fue hacer ruiditos por hacer ruiditos o si se espanta alguien, darle énfasis, ósea nada de manera kitsch. Luego pasamos a la realización de las maquetas, donde el director de cine debe decir ‘quiero esta música, quedó bonita, hazme la maqueta y la pruebo’, lo cual es muy común en el cine. Y para cierto tipo de música contemporánea te va a salir más caro el caldo que las albóndigas. La labor de grabar al músico que está produciendo el sonido a nivel sintético, que quede muy contemporáneo con una orquesta virtual, es todo muy complicado. Serían horas, días y noches arduas de trabajo para acercarse a la música que concibo en la mente. Así que mejor le propuse a Daniel invitar solamente a un músico, un tubista y con la gráfica que compuse generamos un catálogo de efectos que nos funcionaron para el mood del lenguaje sonoro del filme«, nos dice Ayhllón acerca de este trabajo.
“Al final le encantó al director«, prosigue contando su experiencia el músico mexicano, que recurrió a un curioso referente para hablar de su labor en este filme. «Esa parte musical genera la atmósfera de la cinta. Así que, como Oliver Messiaen hizo su catálogo de pájaros, yo hice un catálogo de sonidos para ‘Las Tinieblas’. El conjunto de las dos cosas ayudó a crear el universo nuevo de la película y, cosa curiosa, en sí hay muy poca música. Yo quería que hubiera más, porque se hizo bastante que quedó grabada. Pero a final de cuentas, la decisión del director de poner poca musicalización y que no fuera mucho ruido y pocas nueces, sino solamente en momentos puntuales, en lo que es, más allá de que me quede con ganas de más, respeté esa decisión de nuestras labores entre los dos», finaliza.
Otro de sus trabajos más destacados es, sin duda, el realizado en la cinta de Andrés Káiser, ‘Feral‘, algo que llevó al otro extremo de su oficio como músico. “Casualmente fue lo opuesto al anterior filme. Aquí, la cinta de Andrés requiere de la música para alimentar este falso documental, que tiene un enfoque distinto al documental mismo en el sentido de que te dice ‘te estoy engañando desde el principio’, donde pareciera contar algo que es verdad pero no es así. Musicalmente, creo que en este trabajo llegué a una buena madurez como compositor al hacerlo. Es de mis partituras favoritas», declara el talentoso compositor.
Para encontrar este camino, la labor no fue sencilla pero si muy fructífera. “Fue más de un año de proceso para crear ese leit motif, generando ese canto gregoriano pero corrupto, nada puro que se hizo además desde la filmación porque el protagonista lo cantó. Desde ahí, se creó esta música electroacústica con todo y el canto. Desde ahí, comenzamos a componer. Hay muchas capas para crear la música contemporánea que muestre esa otra cara, ese lado b del sacerdote interpretado por Héctor Yllanes. La música habla de eso, un tanto como un paso nocturno. La composición escudriña las sensaciones internas en un ejercicio diegético interior subjetivo, que es cuando haces música para describir lo que siente un personaje. Esta cinta habla de ello, de un peso que el protagonista tiene encima. Ahí me permití la experimentación e incluso hay algo de terror común pero tratado de otra manera.”
Si hay una colaboración que se ha mantenido con los años más allá de los diversos géneros o relatos que han decidido contar juntos, esa es la que ha tenido con David Pablos, director de ‘El Baile de los 41‘.“Lo conocí mientras estudiaba en la Escuela Superior de Música. Él ya trabajaba en su corto de ‘La Canción de los Niños Muertos’. Me faltaban un par de años para ser egresado de la carrera de composición. Le hablaron de mi trabajo y tuve la oportunidad de hacer su tesis. Así comenzó una relación que lleva 13 años donde hemos hecho un corto documental, su ópera prima y mi ópera prima en ficción que fue ‘La Vida Después’ en el 2013″, platica entusiasmado Carlo.
El equipo que ha podido hacer con Pablos es bastante destacado, pero a la vez diferente. Es una asociación donde ambos buscan sacar lo mejor de sí mismos para el beneficio de la historia que cuentan. “Los scores con David son muy puntuales. Hay muy poquita música pero son muy sofisticados. Para llegar a un track de ‘Las Elegidas’ fue un proceso muy arduo porque de pronto hace escenas con musicalización que casi casi son un videoclip logrando que esté muy bien orquestada, que diga mucho, algo que pasa en algunas partes de este filme”, declara Ayhllón.
Un asunto similar a éste sucede con la más reciente cinta del director que toca la historia de un grupo de homosexuales detenido en el año de 1901 por actos inmorales y de la cual, Carlo compone el tema principal, un vals hermoso pero doloroso. “En el vals de ‘El Baile de los 41’ pones la música y literalmente parece un videoclip lo que vemos desarrollarse. Y la música está bien pesada. Hay orquestación electrónica, el solista, todo muy delineado con un discurso muy dancístico. Y es que un vals se cuenta así, por compases de ocho. Tiene esas vueltas simétricas que funcionan perfectamente», comenta el músico acerca de la construcción de esta composición.
“Es un tema muy amoroso pero también aventurero y hasta novedoso por la parte electrónica. Fue todo un reto hacer algo más que un vals convencional en algo más vigente. Incluso esta partitura se hizo antes de que filmaran la película. Después se sumaría al equipo Andrea Balency para que nos apoyara con el enfoque electrónico, la composición y la producción musical», continuó platicando acerca de la emotividad y complejidad de este tema principal.
Una cosa que ayuda a la cinta y a que la gente conozca aún más el trabajo de este gran compositor es que ‘El Baile de los 41′ ha tenido un alcance interesante debido a los temas que toca. Al respecto, Carlo dijo: “Aunque el tema de la película ya vende, es algo que es muy visible en todo el mundo. Hablamos de que la película estuvo en el sexto lugar a nivel global en Netflix y en muchos países se ha estado viendo bastante, lo cual está increíble.»
Y es que es innegable que uno de los puntos más fuertes de la cinta es la partitura, una música que acompaña este trío trágico amoroso que adorna a la verdadera historia de los 41. «Fue interesante ya que, cuando comenzamos el proyecto, era como una especie de hacer un acervo histórico de la música romántica mexicana y de las piezas que nos gustaban, incluso las europeas por la influencia francesa que había en el Porfiriato. En ello, sugerí el track de Ständchen de Franz Schubert sobre un arreglo que le hizo el “Paganini del Piano”, Franz Liszt. Incluso me tocó coachear a Alfonso Herrera y Mabel Cadena para que tocaran en vivo la pieza que sale en la cinta y que es una de mis favoritas de Schubert. Todo este acervo de la música diegética y el apoyo complementario de Andrea le dio un toque femenino muy bonito. Su estética y la mía hicieron una especie de click que resultó en un score envolvente, delicado y muy completo» afirma acerca de la elaboración de esta destacada musicalización.
No solo es la labor de él y Andrea como compositores, sino también el conjunto completo de la música de esta época que evoca grandes memorias de melodías mexicanas y europeas. “La música principal tiene mucho de la romántica mexicana y sus representantes. Felipe Villanueva, Ricardo Castro, Juventino Rosas y su Vals Sobre las Olas. Además está ese aire europeo donde encontramos la Habanera de la ópera de Carmen interpretada por Morganna o también está Carla Mariana Fernández de la Cruz, una soprano ligero que queda muy bien para la grabación del Ave María como la otra versión de la ópera, así como mi hermano, Fernando Ayhllón que toca el piano en el vals Bluette de Castro, e incluso los violines solistas del mismo vals principal como Erik Sánchez, Ekaterine Martínez Bourguet y Zbigniew Paleta. Cada pieza tiene sentido y llegas a la explosión del vals y es brutal, se vuelve enorme», afirma Carlo.
Algo que da gusto es saber que este tipo de proyectos y musicalización de repente encuentre al público de diferentes edades y lugares. A Carlo le entusiasma saber la respuesta que su tema, la cinta y las composiciones han tenido en estos días. “He visto los resultados desde el primer día que salió el score. En Shazam ya la han buscado muchísimas personas, en YouTube lleva casi 3 mil vistas solamente el vals. Ya llevamos unos días que se cargó en digital y ha gustado mucho. Me han enviado mensajes algunas personas que no conozco diciendo que les encantó y es muy grato que además de que el trabajo cumpla para la película, se mimetice muy bien en lo audiovisual y que por si solo genere un gusto por el público. Sabemos que es difícil que un soundtrack en México salga así que hay que difundirlo y, por mi, que se escuche mi trabajo en todo el mundo, eso está increíble», declara alegremente el músico.
Aunque haya gente que dude de la importancia de la música dentro del séptimo arte, Ayhllón declara su postura acerca de esta cuestión. “El cine es audiovisual. Todo lo que se compone es lo que ves y escuchas. Para muchas personas e incluso cineastas hubo una tendencia de moda donde la música sobraba. En otra línea otros consideran que la música te soluciona cosas. Pero creo que si lo vemos de forma global, como un lenguaje artístico, la música resulta vital. Y en caso de mi postura, trato de que mis composiciones resulten enriquecedoras porque a veces parece tan kitsch que solamente resulta pastel sobre pastel cuando lo ideal es encontrar el conjunto de todas las partes y la música resulta una pieza fundamental para ello”, concluyó el talentoso compositor.