Un Día Más para Morir (Reseña)
La industria de los videojuegos y el cine siempre han estado de cierta manera ligadas. Las dos nos entregan proyectos audiovisuales al grado de tener incluso juegos que tienen toda la esencia de una película; para muestra de ello tenemos The Last Us, Uncharted o la misma saga de Tomb Raider.
Eventualmente también llegarían las adaptaciones de estos mismos a la pantalla grande, aunque en este caso específico el resultado no ha sido del todo favorable al no tener la esencia del producto original adaptada. Pero en últimas fechas, un faro de esperanza ha llegado con cintas como Detective Pikachu o Sonic The Headgoge.
Igualmente, hemos tenido filmes sobre videojuegos siendo estos los más llamativos para toda la comunidad gamer al no estar basado en un título que ellos ya han jugado o conocen. En estos casos, es una historia sobre ellos, dándonos una experiencia increíble al grado de conectar totalmente con lo que vemos en pantalla.
Pixeles (2015), Ready Player One (2018) o la clásica Tron de 1982 han logrado maravillar a más de uno pero, ahora ha llegado un proyecto bastante interesante donde los amantes de la acción, explosiones y secuencias llenas de adrenalina estarán maravillados.
Level Boss o nombrada aquí como “Un Día más para Morir” se centra en Roy Pulver (interpretado por Frank Grillo), un ex soldado de las fuerzas especiales que ha perdido el rumbo de su vida. Divorciado de quien considera el amor de su vida (aunque no lo admita) la doctora Jemma Wells (Naomi Watts) acude a este al estar en problemas con un proyecto ultra secreto financiado por el coronel Clive Ventor (Mel Gibson).
Este experimento está relacionado con la manipulación del tiempo y por azares del destino nuestro protagonista ha quedado atrapado en un bucle donde al morir, revive en el mismo punto. Ahora debe averiguar la razón de este extraño fenómeno, al mismo tiempo que debe salvar a su amada y por si fuera poco al mundo.
El guion nos lanza muchas referencias que hemos visto en películas como “Busqueda Implacable” o ese clásico interpretado por Arnorld Schwarzenegger: Last Action Hero, pero también lo destacado son esos guiños a videojuegos de acción/aventura de los 80’s mezclados con el mérito que tienen los actuales que notaremos en cada “extralife”.
Lo realmente interesante aquí es como la película logra combinar todos estos elementos y representar a través de nuestro personaje principal, esa frustración de todo aquel que ha sufrido con el nivel de dificultad de títulos como BloodHorne o Doom.
Pero este largometraje no se limita a una de esas tantas historias frenéticas llenas de explosiones, sangre y muertes; increíblemente nos ofrece una reflexión sobre la vida, sobre cómo nos gustaría en muchas ocasiones realmente poder tener un “checkpoint” y regresar a él para poder arreglar, vivir o evitar ciertos acontecimientos.
El elenco cuenta con grandes actores, aunque pasan a ser el “Player 2” y siendo más el gancho para lograr llegar a una mayor audiencia. Pero Frank Grillo logra lucirse, dándonos una interpretación digna de cualquier héroe de acción, confirmando lo infravalorado que esta y dejando claro que quiere ser el próximo Neeson o Reeves.
La banda sonora nos entrega clásicos como Baby I Don´t Care de Carl Mann, Fine Time de Genie Brooks, MCA de Lynyrd Skynryrd o Day After Day de Badfinger, siendo una mezcla acorde a la locura presentada de principio a fin.
En noviembre del 2017 tanto Mel Gibson como Frank Grillo estaban negociando que Joe Carmahan fuera quien escribiera y dirigiera este proyecto dando como resultado al fin su asiento solamente en el banquillo de dirección. Al haber trabajado anteriormente con actores como Ryan Reynolds o el mismo Liam Neeson, se puede notar como impregna lo necesario para dar un filme de este tipo de manera contundente.
“Un Día Mas Para Morir” si bien no es perfección andando pues cuenta con algunos detalles como encuadres muy dinámicos y saturados o momentos absurdos para algunos, pero es un obligado para todo aquel fan de este tipo de cine y videojugadores de corazón.
