Venom: Carnage Liberado, o la insoportable levedad de ser simbionte

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Uno de los superhéroes más populares del universo de Marvel es, sin duda, Spiderman. Pero incluso el amigo del vecindario de Nueva York ha tenido un lado oscuro al ser huésped de un simbionte alienígena que potencia sus poderes y fuerza pero que a su vez lo va volviendo más salvaje e incluso al límite de la agresividad. Y aunque Peter Parker expulsó a este ser de su cuerpo, encontró lugar en otro humano llamado Eddie Brock que lo abrazó para convertirse en el antihéroe voraz llamado Venom.

La primera vez que vimos a este violento ser como el individuo que conocemos fue en 1988, gracias a David Michelinie y Todd McFarlane, que recuperaron al simbionte presentado en The Amazing Spiderman #252 para crear a esta implacable fuerza que puede inclinarse por el bien o el mal, marcando sus propias reglas que no son siempre las más adecuadas, convirtiéndolo en un villano que evolucionará a antihéroe en las viñetas.

En cuanto a su paso en cines, su primera aparición se da de una abrupta y muy mala manera en la cinta de Sam Raimi, Spiderman 3, donde Venom, interpretado por Topher Grace, dejó un muy mal sabor de boca que provocó que el villano se tomara un largo descanso hasta el año 2018 donde Sony y el director Ruben Fleischer decidieron contar su historia sin necesidad de la intervención del arácnido, reclutando al talentoso Tom Hardy para dar vida al reportero sin escrúpulos que sirve como perfecto vehículo para este simbionte extraterrestre en una especie de ‘buddy movie’ bastante peculiar en la que la dinámica entre Venom y Eddie resultaba graciosa pero bastante suavizada.

Sin embargo, le fue tan bien a la cinta que no se tardó en confirmar una segunda parte en la que Andy Serkis tomaría las riendas de la saga para mostrarnos a uno de los más grandes villanos que ha existido en el universo de Spiderman y Venom: el demente asesino Cletus Kasady (Woody Harrelson) que, invadido por una parte del ente extraterrestre en su sangre, se convertirá en un sangriento rival a vencer que buscará llevar al límite al simbionte de piel oscura en Venom: Carnage Liberado.

Kelly Marcel regresa en su labor como guionista de esta corta y peculiar secuela, esta vez apoyada en el desarrollo de la historia por el mismo Tom Hardy, dejando mucho que desear en este nuevo episodio del justiciero mortal. Durante su corta duración, pareciera que las motivaciones de los personajes son algo que no es importante, sacrificando todo sentido en haras de la acción que presenta este enfrentamiento de criaturas aunado a la comedia absurda del ‘bromance’ entre Brock y Venom que adquiere nuevos tintes.

La dirección, que corre a cargo de Andy Serkis, también sufre varios tropiezos. Apenas siendo su tercer filme detrás de las cámaras, el actor demuestra su conocimiento en el montaje de efectos especiales y acción, posiblemente el punto más fuerte que logra sostener el ritmo frenético del filme. Sin embargo, es notorio también la falta de manejo en la edición, algo que afecta la narrativa que se vuelve irregular y no da tiempo de construir muchas cosas.

Aunque Tom Hardy es bueno en su papel, la constante saturación de bromas simplonas se vuelve un patrón que puede causar risas o hartazgo. Y es que el problema con este Venom es que, por obvias razones, sigue siendo bonachón y medio heróico, mas allá de su brutalidad natural que no muestra demasiado. Si bien la química entre Brock y su simbionte funciona al aportar una nueva capa a la personalidad del antihéroe, resulta un tanto desgastante hacerlo entre tanto absurdo.

En contraparte, tenemos a Woody Harrelson, cuya presencia y formas de interpretar a Kasady nos remiten mucho a su personaje en la década de los 90s, Mickey Knox de Asesinos por Naturaleza (Stone, 1994), incluso en sus motivaciones que aquí de repente resultan ser tan cursis que no pareciera interpretar a un maquiavélico asesino sin piedad. Esto, aunado a una mala decisión en el maquillaje y corte de cabello hacen que Cletus pierda su sentido amenazador a ratos.

Los personajes secundarios tienen breves momentos que funcionan meramente para detonar ciertos detalles pero también se quedan en la mera anécdota. Tal vez el caso más doloroso sea el de Shriek, interpretada por Naomie Harris, que se reduce a ser el interés amoroso de Kasady y un detonante para esa escena final que tiene ciertos reminiscentes al cómic o incluso a la última película de Tobey Maguire del hombre arácnido.

Al final, esta secuela resulta bastante absurda, llena de locura, con una nula historia y mucha acción que puede gustar a todos los que amaron la anterior. Un pequeño mérito del filme es que, de repente, tiene guiños a algunos arcos populares de los protagonistas para los fans de las viñetas pero no es suficiente para poder sostener la insoportable levedad de ser un simbionte en este mundo. Eso sí, la escena pos créditos es la cereza del pastel a una locura que tiene dos caminos: crear algo muy interesante o descarrilarse por completo.

Ficha Técnica

Título original: Venom: Let There Be Carnage
Dirección: Andy Serkis
Reparto: Tom Hardy, Woody Harrelson, Michelle Williams, Naomie Harris, Donnie Whalberg
Distribuidora: Sony Pictures Entertainment
Duración: 97 min.
Año: 2021

Calificación: 5 / 10

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