‘Fuego Adentro’, una alegoría al inframundo mexica

Fuego adentro, dirigida por Jesús Mario Lozano, es la historia de León (Hugo Catalán), un hombre que camina solo en las calles de un pequeño pueblo. León apenas sale para comprar comida o saciar su hambre en algún pequeño comercio. A veces también visita un bar y, bebiendo alcohol, reflexiona sobre su pasado. No hay palabras, por ahora es sólo una cámara tercera quien lo acompaña en sus paseos.

Toma tiempo distinguir de qué va la historia, es necesario ser paciente para que llegue un primer giro. León está deprimido, perdido, sumamente pensativo, pero sin un conflicto obvio. La trama es mucho más clara una vez que aparece, por sorpresa, su hermano menor.

Andrés es el hermano de León, quien ha traído noticias de su madre y de Martha, la pareja sentimental de León. Lo que desconoce León es que Andrés ha venido a cumplir una importante misión que los pondrá, a ambos, entre la vida y la muerte.

La cinta se divide en cuatros capítulos: Chicnauhtopac, Tlaltipac, Chicnauhmictlán y Tlalocan. Estas palabras dan nombre, en mitología mexica, a los universos verticales y a algunas regiones del inframundo. Esta mitología se expresa en los escenarios elegidos por el director para narrar la historia, así como en el argumento, ya que León tiene que atravesar diferentes estados emocionales hasta alcanzar su destino.

Dentro del filme, se inserta el tema del narcotráfico desde una interesante perspectiva. A través de los personajes de León y Andrés, se analiza cómo las víctimas se convierten en victimarios y no necesariamente por voluntad propia. Las razones de trabajar para el crimen organizado tienen orígenes sociales y políticos, pero salir del grupo no es una opción y, en realidad, el objetivo es proteger y, al mismo tiempo, sacrificar a quienes más quieres.

Fuego adentro ahonda en el tema desde la reflexión y más allá de la división entre buenos y malos, en realidad, las motivaciones de cada personaje permiten cuestionar sus acciones, pero no desde las leyes, sino a través de la conciencia, el valor y las decisiones emocionales.

El filme prepara el escenario para sus puntos de giro que, si bien son algo predecibles, alimentan el interés. Hugo Catalán ha participado en otras producciones con personajes muy introspectivos y, en algunos casos, incluso atormentados emocionalmente; esta experiencia otorga estructura a toda la película y su actuación es base para su interlocutor Armando Espitia.

Aunque Fuego adentro tarda en presentar el conflicto principal y no es totalmente transparente en los elementos mitológicos insertos en el filme, sí logra generar suspenso e intriga por saber cómo terminarán los personajes su viaje turbulento, entre huidas, reencuentros y enfrentamientos con la verdad y mucho más específico, consigo mismos.

Cabe destacar que la película se mantiene con uno o dos personajes a cámara, y los demás aparecen gracias a los diálogos existentes, así que una parte de los sucesos deben ser imaginados por el público con base en las narraciones otorgadas por León o Andrés. Fuego adentro es parte de la Selección Oficial de la edición 18 del Festival de Cine Internacional de Morelia en la Sección de Largometraje Mexicano, y es un rescatable largometraje con una narrativa particular, que propone temas importantes dentro del contexto mexicano y su sociedad.