Espíritus Oscuros (Reseña)

Cuando la fantasía realza los terrores cotidianos.

A través de escenas que dejan en shock al espectador, personajes construidos por la fantasía o por la historia misma y una búsqueda por mover sensaciones en el visionado, el cine ha hecho de lo audiovisual un arte para mantener vigentes temas importantes de una manera entretenida pero sobre todo, memorable para un debate continúo.

En el caso del género de terror, la violencia, los mitos, las leyendas, la propia crueldad cotidiana son elementos que han permitido a sus producciones ser un ingreso económico notable, una fuente de inspiración para otros estilos pero sobre todo, para posicionarse como un móvil inmejorable para poner el peligro en la piel del público sin el riesgo que muchas veces implica.

En pleno mes dónde el miedo y las pesadillas adquieren más fuerza, Espíritus Oscuros trae con gran fuerza y potencial la figura del legendario Wendigo en una experiencia cinematográfica densa pero de buena hechura que podría inquietar a más de uno.

En Antlers, una pequeña ciudad de Oregón, una profesora (Keri Russell) y su hermano (Jesse Plemons), el sheriff de la localidad, se empiezan a interesar por un estudiante misterioso y distante. A medida que se van conociendo, descubren que el joven esconde un peligroso secreto que podría tener consecuencias fatales

Con gran experiencia en el género dramático que ha dado como resultado películas interesantes como Crazy Heart (2009), Hostiles (2016) o Out Of Furnace (2013), Scott Cooper hace uso de su gran dirección visual y sonora (con una gran composición efectiva)para crear una atmósfera asfixiante. Los paisajes boscosos, un cielo perpetuamente nublado y un pueblo que se percibe opaco, ayudan a potenciar tanto la aparición de la criatura como los trasfondos de los personajes.

La aparición y cumplimiento de la leyenda del Wendigo es aprovechada por Cooper para ilustrar todo el horror que habita en los hogares disfuncionales, los obstáculos que deben vivir a la fuerza y por miedo las clases bajas, la descomposición familiar a causa tanto del negocio de las drogas, la violencia intrafamiliar que es consecuencia de la pobreza existente en el Estados Unidos rural, así como de la adicción al cristal que transforma a sus víctimas en auténticos mounstros.

Es indudable el amor que Cooper ha tomado de la afición de Del Toro por esta clase de historias, haciendo uso de su creatividad insaciable para guiar a la hora de mostrar al antagonista que sorprende. La tensión que se acumula por una progresiva transformación del padre de Lucas, el misterio de su propio pasado y la violencia que resulta efectivo gracias a la paciencia un tanto desgastante para el espectador, resultan en puntos fuertes para esta primera incursión en el género del director.

Alejándose del susto fácil, la cinta apuesta por la asfixia ambiental que se consigue gracias a una labor destacada en el maquillaje y los efectos especiales. Sin embargo, la primera mitad cocina a fuego lento (bastante lento) el relato, establece a los personajes y explica la leyenda de la criatura, algo que pudo resumirse para bien de la dinámica del relato.

El pasado del personaje de Keri Russell termina por ser un elemento con el que avanza la trama, un punto de encuentro común entre alumno y profesora y conflictos que realmente no resultan determinantes, desaprovechando todo potencial que podría alimentar la experiencia y mensajes sociales que se recalcan en cada escena.

Las actuaciones no funcionan del todo. Jesse Plemons resulta demasiado frío, sin concordancia emocional entre los diálogos y la expresión de su personaje, misma situación que con Keri Russell, pese a que se siente más creíble su interpretación. Jeremy T Thomas junto a Scott Haze son los más destacados de este rubro, teniendo a un Lucas que si transmite esa abrasiva consternación y a un Frank Weaver, padre del infante protagonista, que sin duda impacta con su decadencia notable en cada secuencia en la que participa.

Por ello, Espíritus Oscuros es una interesante propuesta visual que invita a reflexionar sobre muchos de los problemas de la vida real que superan cualquier historia de amenazas de fantasía. Su letargo inicial no eclipsa sus virtudes que, dependiendo lo que se busque, podrá ser una apuesta que se agradece o un rato denso que quizá aleje a quienes solo quieran un rato de susto hollywoodense.