Annette: “una historia de canciones y furia sin tabú” de Leos Carax y Sparks
Annette, dirigida por Leos Carax fue la carta de presentación de la edición 74 del Festival de Cine de Cannes así como del 19no Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). En ambas la conmoción de la crítica era evidente, ya sea para declararla una obra maestra del cine o un terrible monstruo cinematográfico.
El planteamiento inicial es sencillo, Ann (Marion Cotillard) una hermosa y delicada cantante de ópera se enamora de Henry McHenry (Adam Driver), un standupero con un humor atroz, que se pregunta “¿cómo una bella y talentosa mujer puede fijarse en un simio como yo?” De primera instancia, la relación se desarrolla como la de un cuento de hadas, tan envidiada en los programas de espectáculo.
Pero el nacimiento de Annette, su primogénita, desencadenará aquellos demonios ocultos en esta pareja de famosos. Comenzando por el evidente tambaleo de la masculinidad frágil de Henry y la ambición profesional de Ann que se ve coartada por su nueva familia, este caos termina con una tormenta y la sentencia más dolorosa: no tener a nadie a quién amar.
En este filme todos los personajes están perfilados para tener una aberración dentro de lo que está socialmente aceptado. Por un lado Henry, el simio de dios, como se nombra en su show, es una especie de evolución del abyecto Mierda (Tokyo!, 2008) quién sus complejos y culpa los manifestará con violencia. Por otro lado, se encuentra el director de orquesta interpretado por Simon Helberg, un hombre frustrado, quien reprime su amor por Ann y terminará proyectando en Annette su deseo. Del mismo modo, el público tiene el papel de un juez amante del morbo y la tragedia, quien aprueba o condena las acciones de los personajes.
Mientras que la pequeña Annete que la mayor parte del tiempo se encarna bajo la metáfora de ser una marioneta, Devyn McDowell tiene una escena en la que vemos una liberación. La representación de la generación más joven que no perdona los daños que las generaciones anteriores están depositando en ellos.
Alexandre Cristoph Dupont es el nombre verdadero de Leos Carax del que hace un anagrama con Oscar por los Premios de la Academia: «Nací en 1976 en una cámara oscura y sería muy difícil para mí que me hubieran hecho nacer antes bajo un nombre sacado del papeleo. He hecho cine para ser huérfano. Antes, era como si hubiera dormido durante diecisiete años», declaró el director en una entrevista para Telerama.
En su infancia Carax encontró también en la música una profunda pasión y en David Bowie su más grande ídolo musical por lo que ocupó sus canciones para sus primeros filmes, por ejemplo podemos escuchar Modern Love en Mala sangre (1986). Mientras que a Sparks los conoció cuando tenía 14 años y también se convirtieron en sus favoritos por su peculiar estilo pop tan histriónico y lleno de humor lo que hizo que se convirtieran en parte del soundtrack de Holy Motors (2012).
No era la primera vez que Russell y Ron Mael, buscaban cumplir uno de sus sueños musicales que era participar en una película. Oportunidades llegaban pero no se concretaban, Jacques Tati y el mismo Tim Burton habían comenzado proyectos con Sparks y no fue hasta que Leos Carax hizo de sus composiciones la narrativa transgresora con la que volvería a la pantalla grande.
En sus películas, Carax siempre refleja una parte de su vida y una visión cruda del amor a través de una narrativa cinematográfica atrevida. Una posible inspiración para Annette, fue su historia junto a Yekaterina Golubeva, actriz rusa que protagonizó Pola X (Carax, 1999), con quien tuvo una hija, Nastya Golubeva Carax en el 2005. Lamentablemente, Yekaterina cae en una profunda depresión provocada por un declive en su carrera y en 2011 se quita la vida. Leos le dedica a Yekaterina su largometraje Holy Motors y 9 años después Annette la proclama como una carta dedicada a su hija reflejando también los miedos que conlleva ser padre en el papel interpretado por Adam Driver.
Se trata de la primera cinta en inglés del director francés y en entrevista en el 19º FICM platicó que tardó 7 años en encontrar productores: “Así es como empecé en el cine: necesitas productores que sean gánsters un poco, o lo suficientemente locos. Encuentras muchos gángsters pero no es a menudo que te encuentras con gángsters agradables, así que toma tiempo”. Entre los coproductores se encuentra PIANO, la productora mexicana dirigida por Julio Chavezmontes.
En resumen, Annette es una obra musical con fabulosas interpretaciones que nos deja claro desde el primer momento que veremos una fantasía, pero no deja de sentirse tan real cada catástrofe psicológica, las situaciones de machismo, violencia de género, explotación infantil y cada uno de los temas de los que Leos hace crítica conforme se desarrolla lo que provoca que la película pierda ligereza su ligereza. Gracias a las canciones de Sparks se mantiene el ritmo y hacen que no se pierda el hilo junto con el color de cada escena, un elemento característico de Carax que funciona como indicio del estado de los personajes.
«¿Podemos comenzar?» Annette desatará un diálogo más allá de la crítica; We Love Each Other So Much será la de las canciones más tarareadas después de la función; Sparks se convertirá en uno de tus descubrimientos musicales y querrás ver más de su historia próximamente en su documental The Sparks Brothers y seguramente el nombre de Carax lo escucharemos en los Premios de la Academia. Annette ya se encuentra en la cartelera de cines nacionales y a partir del 26 de noviembre será parte del catálogo de la plataforma MUBI.