Erwin Neumaier: de música, ídolos, éxitos y fracasos

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La película “El ídolo” marca el regreso de Erwin Neumaier a los largometrajes en una comedia protagonizada por Francisco de la Reguera, Víctor Weinstock, Claudia Ramírez y Camila Selser. En Unplugged News tuvimos la oportunidad de charlar con el realizador mexicano acerca de este filme que toca los temas del éxito y fracaso de forma divertida.

Para comenzar la plática, Neumaier nos habló de cómo nace la idea para este filme. «La historia se la encuentra el guionista en una revista donde el personaje del artículo es muy similar al protagonista, Michel Dax. De ahí él se inventa a Tomás, que tiene a esta figura del ídolo de la música y que busca lanzar su primer disco. Esto además, contado hacia unos niños para manejar una autocensura divertida.»

A su vez, el director reflexionó acerca de sus motivaciones para hacerla después de tanto tiempo sin realizar un largometraje, incluso encontrando similitudes entre su relato con su realidad. «Me motivó de ella el poder hablar del éxito y el fracaso en una época donde todos buscan ser famosos espontáneamente pero se vuelven momentáneos y tienen que lidiar después con las derrotas. Eso me atañía mucho como cineasta porque para hacer las películas que uno quiere dependes mucho del éxito que tengas como realizador. En mi caso, me pasó algo similar al ser enlatada la película por cinco años por lo que pensaba el director del Instituto del Cine en su momento que puede destruirte la carrera, amén de lo que opinen los críticos y se te quede un estigma. Uno tiene que luchar contra esos demonios hasta que tienes la posibilidad de hacer otro filme porque pierdes el miedo o sabes más cosas acerca de la producción», confesó Erwin.

El Ídolo también habla de otros temas que llamaron la atención de Neumaier y que pudo trabajar con su colaborador de años. «Con Daniel Weisberg venía trabajando ya desde hace años pero con este proyecto creí de verdad que podía levantarlo como productor y director. Curiosamente habla de estos temas que me interesaban como el éxito, el fracaso, quien decide sobre estos temas que parecen estigmas y sobre todo también acerca del plagio, de tomar una obra de otra persona y esa discusión entre algo que es tuyo o no y la capacidad que uno tiene de quitarse la máscara y poder hablar honestamente sin esperar a que alguien te la quite«, aportó.

Algo que Erwin Neumaier quiso hacer es proponer un diferente tipo de comedia a la que estamos acostumbrados habitualmente a ver en el cine mexicano. «Buscamos hacer algo situacional más que nada, que no hablara a la gayola. Quería tener un humor más inteligente, no porque ese estilo no funcione, pero si trataba de encontrar la forma en que el desarrollo de los personajes te fuera llevando en la cinta. Pensamos que el proyecto podía ser diferente y nos lanzamos con toda la libertad del mundo», expresó el realizador.

El director también habló abiertamente de los problemas de distribución que ha tenido la cinta y la tardanza de tanto tiempo para llegar a salas. «Cuando la vieron los distribuidores iniciales, como fue Videocine, en un primer corte, la sala era silenciosa, nadie dice nada y al final me dijeron que no la iban a distribuir y me dieron mi rescisión de contrato. Comienza la búsqueda de uno nuevo pero ninguno de los grandes estudios quiere. Fuimos a Guadalajara, la presentamos, hubo acercamientos con algunas pero no pasó nada hasta que llegamos a esta pequeña distribuidora y cuatro veces el EFICINE nos la rechazó. Pareciera que el estado mexicano no quería apoyar lo que ya se había hecho porque no les gusta y los que estaban en el comité no creían en ella ni en el cine mexicano. Ese es el gran problema que pasa en cine y en música, tristemente. La decisión recae en unos cuantos ejecutivos», aseveró con dureza.

Incluso ironizó en cuanto a la mala suerte que ha tenido en ese sentido. «Parece que escribo películas para que me pase eso. Con Hilito de Sangre, la novela había estado censurada por el desmadre que armaron algunos escritores para que la liberaran. Pero por mi cinta nadie abogó y se quedó ahí, enlatada cinco años. Es un mal del cine mexicano pero las obras están ahí, existen y al menos El Ídolo es muy divertida.»

Una parte fundamental para esta comedia es el casting, que corrió a cargo de Alejandro Caballero, acertando en los personajes. Al respecto, Neumaier nos dijo: «El primero en aparecer en una lectura fue Victor Weinstock, que interpreta a Michel, y me encantó su trabajo. A Francisco de la Reguera lo conocí con un video y me gustó su ternura además de una encantadora sinceridad hacia todo. Con Camila Selser fue algo similar, pero ahí le hicimos un call back que hizo con Victor y Francisco para ver la relación que tenía con ellos y funcionó muy bien. A Claudia Ramírez ya la conocía y llegamos a ella porque creímos que era la ideal para ser así de extrovertida y empujar a todos los personajes a un despeñadero», afirmó entre risas.

Erwin resaltó también la gran química que desarrollaron todos, especialmente los protagonistas, algo que se ve claro en una escena muy particular del filme. «Se llevaron muy bien en el rodaje. Camila y Francisco ensayaron mucho sobre todo para la escena del bailable estilo Bollywood que nació con la idea de hacer una escena de amor que no resultara empalagosa en sus diálogos. Tenía esa sensación de arriesgarme a hacerlo y que funcionara. Crear la música en otro idioma, los ensayos de coreografía, los vestuarios, en fin. Es por mucho la secuencia más cara de la película, es bonito volver a verla y tener esa sensación de ‘ah chinga, que es esto'», expresó entre la carcajada Erwin.

La cinta también plantea la cuestión de alguien que conoce a su ídolo, mas allá de que pueda llevarse varias sorpresas en el proceso. Por ello, le preguntamos a Neumaier si había tenido alguna experiencia similar de conocer a alguien que admirara o incluso, si le había n robado alguna idea. «No he tenido la mala fortuna de alguien que me plagie o robe ideas. Y conocer a un ídolo, tampoco he tenido esa oportunidad, de conocer a algún realizador que admiro. Creo que lo más padre que me ha pasado en ese sentido fue conocer a unos hermanos ingleses, los Quay, que hicieron un corto llamado Street of Crocodiles. Pero fuera de eso no he tenido la fortuna de conocer a otro tipo de cineasta. Y en el mundo del rock si he conocido a algunos, como Saúl Hernández y Diego Herrera de Caifanes, a los de Café Tacuba o Fobia, pero nada más», afirmó el director.

En esa misma línea, cuestionamos si Michel Dax refleja la verdadera vida de un exitoso rockstar. «De hecho, es un personaje muy humilde a comparación de los verdaderos rockstars. Aunque conozco a tipazos en el gremio musical, en el trato cotidiano platicar con ellos es un acto tremendamente sincero. Recuerdo que me topaba a Cosme en la escuela cuando íbamos por nuestros hijos y platicábamos muy tranquilos. Claro que no sé cómo sea la vida de Luis Miguel pero esa es otra dimensión. Dax si tiene esa humildad de querer ayudar a otros sin problemas», afirmó de manera sencilla Erwin.

Para cerrar la charla, Erwin Neumaier nos invitó a reír un poco con este proyecto, algo que es necesario después de los tiempos difíciles que hemos pasado como sociedad. «Hemos sufrido mucho todos con la pandemia. Pero ahora se presenta la oportunidad de estar en semáforo verde, poder ir al cine y salir con todos los cuidados posibles para poder divertirnos con una cinta que tiene un mensaje con el que espero que la gente haga click, que nos ponga a pensar en estas cuestiones del éxito que, si ya lo tienen, no sean gandallas con el mismo. Es una película familiar que nos da un mensaje de que no estamos solos, siempre hay alguien en medio de este mundo pandémico donde nos sentimos así y la oportunidad de encontrarnos con gente que siempre estará ahí para darnos la mano», concluyó el realizador mexicano.

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