Muerte en el Nilo y el misterio de porque no es mejor que la primera
Agatha Christie fue una ávida escritora del siglo pasado que se especializó en el género del whodunnit, equivalente a la resolución de crímenes y misterios a lo largo de su historia, nos regaló obras notables como “Asesinato en el Expreso de Oriente”, “El asesinato de Roger Ackroyd” o “Muerte en el Nilo”, entre otras que la posicionaron con el cariño de muchos lectores por la complejidad con la cual estaban armados los casos y la inteligencia para resolverlos.
Ha habido muchas adaptaciones de sus principales libros a la pantalla grande pasando por muchos directores a lo largo de las décadas como “El vengador invisible” (Clair, 1946), “Desyat Negrityat” (Govorujin, 1988) o “Cita con la muerte” (Shaffer, 1988), pero existen un par recientemente adaptadas por el ya veterano director Kenneth Branagh.
La primera parte de esta secuela se enfocó en “Asesinato en el Expreso de Oriente”, libro que originalmente fue escrito en 1934 y traído en épocas recientes por, en ese entonces la productora 20th Century Fox, donde nos presentaron a los personajes principales de esta trama, el detective Hércules Poirot interpretado por el mismo Branagh y un ensamble multiestelar de actores que en ese entonces lo acompañó.
En esta ocasión, veremos la adaptación de “Muerte en el Nilo”, escrito poco después de su novela antecesora, en 1937, donde en compañía de Poirot resolveremos quien acecha entre las turbias aguas del rio Nilo en Egipto y quien sería capaz de arruinar una hermosa luna de miel por… ¿el dinero? ¿amor? ¿venganza? O tal vez todas las anteriores.
En un ferri increíblemente costoso estará involucrado el aplaudido detective, junto a su ya leal amigo Bouc para descubrir el siguiente crimen, mismo que involucra a Linnet Ridgeway Doyle (Gal Gadot) que deberá aprender a confiar en sus acompañantes y al mismo tiempo sospechar de cada uno pues tienen sus respectivos motivos para arruinar un momento tan especial en su vida.
Kenneth Branagh funge como actor y director de esta cinta en la que se evidencia que no le involucró mucha pasión, si bien en su papel no lo hace mal y sigue con esta aura de inteligencia, cálculo y constante análisis, no lo transmite en el resto de su cinta. Hay que recordar que, a la par de este año también tendrá el estreno de la nominada al Oscar, Belfast, así que es un rango muy abismal entre cada uno de sus proyectos, a pesar de tener todo en su favor con el elenco y deleite visual que también tuvo en la adaptación anterior, vuelve a fallar en capturar la esencia que Agatha quiso transmitir a sus lectores.
Desde la anterior adaptación se notó la calidad de actores, los cuales interactuarían y tendrían una buena química mas allá de otros problemas notorios. En esta nueva visión, trata de hacer lo mismo con un cast menos brillante para lograr resolver el motivo que los llevaría a asesinar. Nuevamente contamos con la presencia de Tom Bateman como Bouc, su amigo con el que cuenta para resolver el crimen. Asimismo, robándose las cámaras principales vemos a Gal Gadot interpretando a Linnet, que lo mejor que hace es lucir impecable en cada escena y lucirse con los vestuarios que la adornan siendo la millonaria que puede obtener todo lo que quiere.
Por otro lado, está su enamorado Armie Hammer como Simon Doyle, a quien, a pesar de haber tenido mucha polémica el año pasado por temas de abuso, sigue en pie para tener protagónicos en películas, quien luce bien para ser la figura del esposo, pero no para cargar con toda la película que por momentos flaquea si no están dando pistas.
Es común de llenarse de más nombres que acompañan a estos histriones. Tenemos a Ali Fazal, Letitia Wright, Annette Bening, Russell Brand o Emma Mackey, esta última que comienza a posicionarse cada vez más en cámara para quitarse de encima su papel en Sex Education.
En este tipo de películas los detalles son importantes para seguir las pistas, los motivos y a la mente criminal. Pero Branagh no logra un equilibrio en esta nueva entrega, hay muchos distractores y escenas que no llevan a ningún lado más que llenar espacios que pudieron ser mejor montados. Algo que lograba muy bien en la primera parte fue que te hacía dudar de todos los que estuvieran presentes, pero que en el Nilo solo da vueltas en un carrusel del cual solo quieres bajar.
Es bien sabido que es complicado adaptar historias del libro y llevarlas a la pantalla grande, pero incluso para la temporalidad que maneja hay que ser acertados, hay errores en la música que se presenta pues no concuerda la época en la que es ambientada y una explicación innecesaria acerca del físico del personaje que tampoco lleva a una explicación mayor a pesar de sus intenciones.
Así, Muerte en el Nilo pudo ser una cinta prometedora que se queda a medio camino entre lo que debía entretener y que te quedes al borde el asiento. El director de nueva cuenta no encuentra ese equilibrio, y es que, aunque Asesinato en el Expreso de Oriente no fue perfecta, se siente superior a esta entrega que fue más traída a fuerza para no perder la línea de la historia, pero a comparación de Belfast, fracasa en su intento.
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