Crescent City: Casa de Cielo y Aliento, aciertos, errores y un prometedor futuro para la saga de Maas
ADVERTENCIA: ESTE TEXTO CONTIENE SPOILERS
Durante el pasado mes de febrero y después de dos años de espera, la autora estadounidense Sarah J. Maas publicó Crescent City: Casa de Cielo y Aliento, segunda parte de la saga Casa de Tierra y Sangre y posiblemente la más infravalorada de la autora que, si bien es famosa, no se puede comparar su alcance con el de ACOTAR o incluso con Trono de Cristal. Resulta curioso este fenómeno, porque es la saga más compleja y la primera que con la que la autora decidió subir el tono de sus libros, pasando de ser para jóvenes a jóvenes adultos, es decir, que contiene escenas +18.
Quizá la falta de popularidad se deba precisamente a ese factor de complejidad en su mundo, ya que durante las primeras páginas de Casa de Tierra y Sangre, Sarah intenta introducir al lector a ese nuevo universo, que a pesar de ser parecido, en cuestión de tecnología, al nuestro, la parte mágica y política hace que resulte sumamente pesado poder pasar de la página cincuenta, por lo que la mejor opción es intentar no entender todo a la primera y continuar con la historia, que poco a poco, nos va familiarizando con los términos y las jerarquías.
Otro de sus errores fue que, a diferencia de las otras sagas, la pareja que formó no fue muy bien recibida por los fans que estaban acostumbrados a que la autora muestre hombres casi perfectos, guapos, inteligentes, poderosos tanto monetariamente como mágicamente hablando y que apoyan incondicionalmente a la protagonista. En este caso, tenemos a Bryce Quinlan, una fae mestiza, que por azares del destino se ha relacionado con las personas más poderosas de Crescent City. Posterior a una serie de eventos que terminaron en la muerte de algunos de sus amigos, el arcángel gobernador de la ciudad le pide que le ayude a investigar el caso, porque tal parece que el asesino ha regresado.
Para tal tarea, el arcángel encomienda a uno de sus más poderosos esclavos, Hunt Athalar, un ángel guerrero que tiene el don del rayo, algo nunca antes visto en su especie. Si bien la fórmula cumple con algo antes visto en el trabajo de la autora, no terminó de convencer debido a que Hunt comete muchos errores, y como se ha dicho, el fandom está acostumbrado a que sean perfectos. Es una relación con muchos altibajos, pero por primera vez se siente más cerca a la realidad, mostrando la culpabilidad que acosa al personaje por cometer las acciones atroces que le han ordenado durante su vida como esclavo. Es cierto que dañó en cierta medida e incluso algunos podrían decir que traicionó a Bryce, pero con la construcción de su relación y del propio personaje hace que no sea tan censurable.
Pero todos esos errores fueron enmendados en Casa de Cielo y Aliento, donde después de los acontecimientos casi apocalípticos que vivieron los protagonistas, se ven obligados a mantener un perfil bajo o los Asteri – los reyes por llamarlos de alguna forma-, los matarán; por lo que presentan un frente unido donde, por primera vez, Maas decidió que ya no hubiera tantos secretos entre los integrantes de su historia.
Sarah está muy acostumbrada a que sus heroínas tengan un sinfín de planes ocultos, que funcionan básicamente por ser las protagonistas súper poderosas, pero en el proceso le mienten a todo su grupo y eso lo ha presentado como si estuviera bien. Por lo que esta línea que ha tomado es refrescante, aún quedan reminiscencias de ese hábito, pero al menos hablan sobre la importancia de la honestidad para evitar problemas absurdos, mismos que, al final terminan por ocasionarse pero ya no tienen que ver con la deshonestidad entre ellos. Un paso a la vez.
Retomando un comentario anterior, esta saga particularmente se caracteriza por su clasificación +18. No obstante, la primera entrega tenía menos escenas de ese tipo que incluso sus obras para adolescentes; posteriormente, en Una Corte de Llamas de Plata, hizo lo opuesto y casi todo el libro fue sexo y depresión, que no está mal, pero se olvidó por completo de gran parte de la trama. En Casa de Cielo y Aliento, se puede vislumbrar que la autora ha evolucionado y presenta una historia equilibrada; se tienen escenas sexuales, pero que se justifican un poco más y, al mismo tiempo, no olvida el drama principal que es la guerra contra los Asteri. Esa es su mayor virtud, la red que tejió entre los personajes da pie a que la trama avance bastante bien y, que a diferencia de la primera entrega de Crescent City, en ningún momento se hace pesada la lectura, al contrario, siempre quieres saber más. Sin duda, es su libro más ambicioso y el que está mayormente enfocado en sus seguidores, debido a que a lo largo de las páginas se hacen pequeños guiños a los otros mundos creados por la autora, que, al ser conformados por seres similares a los presentados aquí, abre las puertas a un multiverso.
Y es aquí donde comienzan los spoilers, porque se hablará ampliamente del final. Primeramente, la estructura ha mejorado al presentar más puntos de vista, lo que ha enriquecido la historia al aportar mayor profundidad a personajes secundarios y, al mismo tiempo ayuda a entender las relaciones entre las distintas Casas. Pero en ello hay un defecto, pues al hacer que algunos cobren protagonismo, Maas intentó involucrar a nuevos personajes secundarios que no terminan de encajar, se sienten muy cuadrados y desentonan con la visión de no todo es blanco y negro de los protagonistas. Es decir, los malos están ahí solo porque les gusta molestar y matar, pero no hay grandes motivos detrás; son como sombras acechando que sólo salen a la luz en momentos muy convenientes. Son tan irrelevantes que a veces se confunden. Al parecer Sarah está al tanto e intentó remediarlo relacionándolos con algún personaje querido o relevante, pero no funcionó y se siente como si diera “patadas de ahogado”.
Hablando ahora de la conexión súper forzada entre personajes, surgen cuestiones como ¿por qué Danika tiene que estar metida en todo? Realmente es un tema que cansa a la propia Bryce. Constantemente recalcan la gran amistad entre ellas, pero por lo que han ido descubriendo, hace que dudes bastante de la veracidad en ello. En el libro pasado, se redimió a Danika a través del sacrificio que hace para salvar a Bryce, pero eso no sirvió de nada porque vuelven los misterios, las mentiras y, lo peor de todo, son aún más graves. Lo justifican bajo la premisa de que no podía decir nada porque los Asteri son muy poderosos y los van a matar si se enteraban que había revelado la información; en parte es cierto, pero no termina de convencer porque al final de cuentas la expuso a todo eso al tatuarle el Cuerno, lanzando a su amiga a ello sin ningún conocimiento.
Por otro lado, los planes que hicieron a lo largo del libro, fueron convenientemente muy tontos, en el sentido de que si ya los habían atrapado los que pintan como malísimos, torturadores, ¿qué les hizo pensar que no iban a decir nada? El sabueso ya los había olido, evidentemente los iba a investigar y perseguir.
Hablando de planes malos, ¿por qué Tharion hizo ese trato tan sin sentido? Fue muy apresurado, está bien que pensara que las cosas podrían salir mal y hay que ser honestos, pero hay momentos para eso. Si son tan buenos haciendo planes, lo más lógico hubiera sido blindarse con algún otro trato que no involucrara venderse a la Reina Víbora, porque incluso ella se quedó como de: amigo, esto es una mal idea.
Todo esto se puede dejar pasar por ese gran final, que promete mucho. Bryce termina viajando a Velaris, conoce a Rhys y todo el clan. Se da a entender que varias incógnitas de ACOTAR se van a resolver, tales como el cuchillo de Azriel, qué ser son Amren y Fury. Ahora hay muchas preguntas y pocas respuestas, no se sabe si saldrá primero el quinto libro de ACOTAR y ahí continuará un poco la historia o se hará referencia a ello, o esperará y sacará CC3. Aunque las apuestas están en lo último, porque tiene que aprovechar el hype, y el fandom no necesita dormir, necesita respuestas. Pero sólo el tiempo dirá si Sarah conserva la evolución narrativa que presentó en Casa de Cielo y Aliento, y si el futuro del multiverso fae es tan brillante como promete ser.