Tick Tick… Boom! ¿El tiempo se agota?

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A lo largo de todo este año tuvimos musicales que nos impresionaron con sus canciones y notas, que de alguna forma sentimos familiares y otros que nos llevaban a un descubrimiento totalmente diferente a lo que comercialmente estábamos acostumbrados pero si algo queda claro es que sigue siendo un género que no es para todos y que a quienes lo disfrutan hace llorar hasta al más fuerte de la sala (de cine o de casa).

Tick Tick… Boom se estrenó este 19 de noviembre en Netflix, plataforma que se aventura a hacer producciones cada vez más arriesgadas y que son dignas de competir en grandes festivales, ya sea nacionales o internacionales, a pesar de que principalmente podemos ver su contenido en celulares, pantallas o consolas. Sin embargo, no tuvo miedo de saltar a la gran pantalla para que en determinadas salas pudiéramos disfrutar de sus obras que posiblemente están siendo contendientes en la temporada de premios, tal es el caso de “The Power of the Dog” (Jane Campion, 2021).

No es de sorprender que este nuevo filme, ópera primera del musicalmente talentoso Lin-Manuel Miranda, basado en la obra y vida de Jonathan Larson, logre cautivar a las grandes audiencias con su forma tan peculiar de impregnar su marca y la manera en que expone sus influencias musicales con tanto respeto a la historia original, como se vio en el caso de Hamilton (2018) o In The Heights (2020).

Pero antes de hablar de su película, retrocedamos y conozcamos a la persona que la inspiró y de quien se trata: Jonathan Larson. Mundialmente conocido por ser fan de Stephen Sondheim y como él le ayudó para saber qué camino tomar en su carrera teatral musical, adelantándose a su época por los temas sensibles de los que hablaba como las adicciones, la homofobia y la manera en que cada uno de sus amigos vivía sus historias rodeados de estos estigmas.

Su primera obra fue «Superbia», que tardó ocho años en escribir. Después de la poca aprobación, siguió con «Tick Tick Boom», donde hablaba de todo lo que tuvo que suceder para que alcanzara el éxito que tuvo posterior a cumplir 30 años, sintiendo que el mundo le contaba una cuenta regresiva y que el tiempo se le agotaba para sus grandes planes. Pero no sería ese el musical que lo catapultaría a la fama. Fue hasta “Rent”, obra llena de mucha polémica debido a que querían basarse en una idea originalmente de Billy Aronson en 1989 y que gracia a Weitzman llega a oídos de Larson quien la traslada a una historia más íntima y personal por involucrar a sus conocidos y su entonces pareja, compartiendo al final créditos y regalías.

Los premios que recibió por su trabajo fueron innumerables por su increíble guion, la letra y música que realmente satisfacía a quien tuviera el honor de presenciarla en vivo, pero algunos de los principales premios fueron el «Pulitzer Price for Drama», y el Premio Tony por Mejor Musical, los dos galardones más importantes en la industria de Broadway.

En la adaptación a película de esa obra intermedia de Larson que da título a la misma vemos algunas diferencias entre personajes y como los hacen ver más agradables de lo que la historia nos cuenta oficialmente, lo suficiente para empatizar con ellos y entender el origen de futura decisiones creativas de Larson.

Como se mencionó previamente, se nota el respeto que Miranda tiene por la historia y en esta biografía de John no se queda atrás, pues se enfoca en esa época del Larson pre-Rent, antes de siquiera poder probar un poco de lo que le esperaría en el futuro. Esto, acompañado de la frustración, un toque de desamor y su firme determinación para avanzar personalmente y cumplir su sueño es lo que caracteriza a este musical bastante personal.

Andrew Garfield es un actor que ha sobresalido mucho en teatro, ganando Premios Tony al Mejor Actor Principal en una obra de teatro, y se percibe su comodidad frente a escenarios más compactos y teatrales que a una gran puesta en escena cinematográfica. Si bien ha quedado opacada esta labor por los constantes rumores en su aparición de Spiderman: No Way Home, no debe pasarse por alto la gran interpretación que hace en honor al protagonista de esta historia, su desenvoltura y canto lo hicieron contendiente a mejor actor en los premios cinematográficos.

Los actores secundarios tampoco se quedan atrás, en donde encontramos muchos rostros conocidos como Vanessa Hudgens, que ha dejado de ser la niña de preparatoria en High School Musical que ahora, en su papel de Karessa, complementa uno de los números musicales climax en esta trama junto con Alexandra Shipp que también gracias a su gran voz está presente como Susan, novia de Jon.

Siendo Michael, el mejor amigo, Robin de Jesus lo interpreta de manera que no puedes evitar empatizar con lo que también está viviendo en un ámbito más personal y la influencia posterior para crear la obra maestra de Larson: “Rent”. Por ahí también notaremos cameos de cast que estuvieron en Hamilton e In the heights, así que habrá que mantener atención aunque su presencia no afecta ni beneficia a la historia.

El guion fue realizado por Steven Levenson, mismo que también escribió el libreto y guion de Dear Evan Hansen y que se llena de sentimentalismo en cada nota, cada frase respetando la esencia misma de cada personaje. En cuanto a la iluminación, movimientos de cámara y escenografía, no puedes hablar de uno sin omitir el otro. Alice Brooks, directora de fotografía, también estuvo involucrada en In The Heights, por lo cual habrá paralelismos entre escenas que esta vez nos llevan al barrio de Nueva York.

La música es un elemento esencial que logra desde la primera canción erizarnos la piel, destacando el piano, del cual Larson basó gran parte de su legado. Aunque en esta ocasión Miranda no tiene crédito en la composición, su ya característico rap en escenas elude mucho a lo visto en Hamilton. En la voz de Garlfield, los temas suenan llenos de vida, de emociones impregnadas en cada nota de la partitura.

Así, Tick Tick Boom es una película que te hace volver a creer en la obra teatral de las personas, llevada al off-broadway del cual comercialmente casi no se habla. Es una obra que te hará sentir que estar al filo del asiento no es suficiente para apreciar todo lo que la película lleva a cabo. Lamentablemente no se pudo disfrutar en más salas de cine a nivel comercial, pero podrán disfrutarla en Netflix. Esta película ha sido nominada a Mejor Actor y Mejor Montaje .

Suban el volumen y homenajeemos a Larson como él hubiera querido.

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