Batalla en el Lago Changjin: cine bélico chino a lo Hollywood

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La Batalla en el Lago Changjin es una cinta que nace a partir de una comisión del gobierno chino para celebrar el centenario de existencia del Partido Comunista Chino, similar a lo hecho en este lado del charco en el Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia del país, que derivó en la realización de diversas cintas mexicanas que quisieran tener la mitad de presupuesto o visión que si tiene la cinta china.

La película, que es traída por el sello Más que Cine de Cinépolis, narra un episodio en la guerra de Corea, donde el gobierno chino ofreció ayuda con su Ejército Popular de Voluntarios en un período conocido como la «Guerra para Resistir la Agresión Estadounidense y Ayudar a Corea». Es así que, mediante la inversión más cara en la historia de la industria cinematográfica china, apostaron por este proyecto que, afortunadamente, les ha redituado de buena forma al convertirse en la cinta más taquillera en China.

El guion de esta cinta bélica se centra en la relación entre los soldados de una tropa, especialmente en dos hermanos, Quanli (Wu Jing) y Wanli (el popular cantante Jackson Yee) que parecían haber roto su relación pero que a través del servicio en la milicia y su experiencia en esta batalla contra los yanquis invasores, buscando repeler su avance y que, al final, fueron derrotados para partir con la cola entre las patas del territorio norcoreano después de su histórica resistencia. O al menos, esa es su versión.

The Battle at Lake Changjin film still

Reclutando a tres de los realizadores más reconocidos de su país, esta super producción de un valor cercano a los 200 millones de dólares, mezcla estas tres diferentes visiones del cine para lograr tres horas de drama, acción y entretenimiento con su debida dosis patriotera que de repente hace comentarios acerca de ir en contra de la guerra salvo que sea absolutamente necesario, ensalzando los valores de la milicia china y dándole unos toques de drama realista en medio de la representación heroica dramática que a veces se siente irregular.

A pesar de ello, el hongkonés Tsui Hark, mejor conocido como el Spielberg de su país; el chino Chen Kaige, conocido por títulos como la aplaudida Adiós a Mi Concubina además de su paso por grandes festivales de cine, y el hongkonés Dante Lam, uno de los directores de cine de acción más destacados de los últimos 30 años, logran hacer una épica de guerra que ofrece interesantes cosas cinematográficamente hablando.

De repente podemos apreciar unas pantallas divididas al puro estilo de una viñeta, secuencias de acción en constante movimiento y decisiones interesantes en la narrativa visual de esta batalla que se aplauden. Sin embargo, también hay cosas en este largo viaje que a todas luces parecieran exagerados, como la musicalización que remite mucho al cine de Michael Bay o el drama excesivo para resaltar los valores de la patria china.

The Battle at Changjin Lake

Es en esos matices tan diferentes entre sí que se nota la mano de los diferentes realizadores, mismos que parecen haber tomado los tropos y clichés del blockbuster norteamericano así como influencias de toda esa etapa del cine bélico de la ‘vieja escuela’ para plasmarlo en estas tres horas donde se aplaude que, al menos, este tipo de experimentos puedan hacerse en otro país de buena forma mas allá de su elemento en extremo nacionalista.

Ese discurso se siente a veces ajeno al espectador pero a pesar de los problemas de comprensión que ello pudiera generar en la audiencia, le abre un panorama para que se enteren un poco más de esta batalla, una de tantas que marcaría la declive de la milicia estadounidense y una victoria muy curiosa pero efímera que sería parte fundamental de otra guerra desgarradora: la de las dos Coreas, misma que ha sido capturada de mejor forma en cintas como La Hermandad de la Guerra (Je-gyu Kang, 2004).

El ritmo de la película sufre a ratos, especialmente en ese primer acto que busca desarrollar el vínculo entre los hermanos así como entre los compañeros de combate, dando tumbos y breves chispazos de ello que no aterrizan del todo bien, haciendo que se sienta cansina o hasta vacía. Pero eso sí, cuando comienza la acción, la cinta toma un ritmo frenético, mostrando batallas más y más elaboradas que hacen que nos olvidemos un poco de los medianos efectos especiales que usan hasta el slow motion que Snyder envidiaría.

Así, esta batalla resulta ser un espectáculo visual al más puro estilo estadounidense pero que plantea una superioridad moral por parte de los camaradas chinos, burlándose de la arrogancia norteamericana y cayendo casi en un cine de propaganda que aboga por este factor humano sin aterrizarlo de buena forma. Y sinceramente, no esta mal, incluso tiene la misma o mejor hechura que algunos churros hollywoodenses de este mismo género.

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