La Nave: la lucha por una promesa casi fraternal

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Llega a carteleras esta película mexicana de manos del director Batán Silva, quien es más conocido a nivel internacional por dirigir algunos episodios en series como The Boys, La Ley y el Orden: UVE, Chicago Fire, entre otras que quizás han oído mencionar, por lo cual es interesante verlo salir de esta zona de confort para dirigir una cinta con tintes más tranquilos y emotivos.

Silva logra llevar la trama de modo que atrapa a la audiencia en breves segundos, pues la problemática no tarda demasiado en presentarse en forma natural, exponiendo a los personajes de manera densa y breve a la vez, en un relato que está basado en hechos reales dejando de lado el típico melodrama o la comedia romántica boba que abunda en el cine mexicano.

Las actuaciones del elenco son un punto destacable, comenzando por el protagonista, Pablo Cruz Guerrero, quien interpreta a Miguel, un locutor de radio de un programa que lleva el título de esta cinta, La Nave. Destaca en este papel el desarrollo y transición que refleja su personaje, pues hace sentir una verdadera empatía por las anécdotas que cuenta al igual que su sentir por su situación actual. Va a haber sentimientos encontrados en el espectador respecto a este personaje, pues es capaz de transmitir una rara gama entre amor y odio al mismo tiempo.

Para ser su primer papel protagónico, el pequeño Santiago Beltrán le da ese toque de ternura e inocencia natural que un niño refleja para un adulto, pero al mismo tiempo refleja una madurez crucial para dar una lección a todos en general. Al igual que el sentido del humor inocente que resulta natural y le da un aire fresco a ciertos momentos de tensión. Y no olvidemos que estamos en México, por lo que habrá que esperar cierto lenguaje muy natural aquí.

Las participaciones del resto del cast, compuesto por Maya Zapata, Héctor Jiménez, Rodrigo Murray y Lucia Uribe Bracho también le dan una fluidez a la propia cinta, pues ninguno de los personajes que interpretan se siente forzado, todos tienen una razón de ser, todos reflejan un carisma particular y funcionan como personajes secundarios adecuados al desarrollo del protagonista.

En cuanto a la música y la fotografía, ambas casi siempre van de la mano. Y es que las grandes tomas de la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán y las playas de Cancún, Quintana Roo son perfectamente acompañadas por una banda musical dirigida por Andrés Almeida, quien también hace una breve actuación en esta película y demuestra su faceta como compositor de buema forma.

Siempre ha habido prejuicios sobre los estereotipos del cine mexicano, teniendo en su mayoría un humor para mayores de 18, plagado de narco series y películas que en busca de entretener fallan en cintar una historia emotiva. Pero, sin duda, filmes como este dan un rayo de esperanza a la audiencia sobre las maravillas que se pueden crear con una buena dirección, excelentes actores y un relato muy llegador, de paso dándonos una enseñanza enorme sobre la vida misma.

Así, hoy ha ganado el cine, como dicen los chavos. En este caso, es gracias a una producción mexicana, pues La Nave es una cinta tan emotiva como familiar, una experiencia que brinda al espectador una enorme lección sobre el significado de la vida, el cariño y la amistad.

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