GIFF 25: Arcadi Palerm-Artís y enfrentar la perdida a través del cine

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La película mexicana Oliverio y la Piscina tuvo su estreno nacional en el marco de la edición 25 del GIFF con una exitosa proyección en el emblemático Teatro del Bicentenario de la ciudad de León. En Unplugged News tuvimos el gusto de charlar con el director Arcadi Palerm-Artís acerca de su ópera prima, misma que forma parte de la Selección Oficial de Largometraje Mexicano en Competencia del Festival Internacional de Cine Guanajuato.

Sumergiéndose en la Piscina: el origen de la cinta

Para Arcadi, la idea de hacer este emotivo filme comenzó desde una experiencia muy personal «Viene desde que vivo la muerte de mi padre. Tuve la suerte de que el proceso de su fallecimiento es algo a lo que se que puede aspirar, una especie de “morir mejor”. Con mi hermana ahí, nos pudimos despedir de él en paz. No había cuentas que cerrar, solo estuvimos ahí, amorosos, a su lado. Pero cuando uno experimenta la muerte cercana, no todos vivimos las experiencias de la misma manera. A mi me pasó que mi realidad se trastocó, mi percepción era distinta, veía el tiempo de otra manera, evaluaba y valoraba cada experiencia de manera diferente y quise contar la historia de Oliverio a partir de eso», comentó emotivamnete.

De ahí, ese sentimiento pasó al guión, con el que tuvo apoyo de Gibrán Portela para aterrizar las ideas. «Somos muy amigos, fuimos compañeros de clase. Él venía de un viaje largo y le platiqué “tengo ganas de hacer esto” y se prendió todo. Él y yo ya habíamos escrito algo antes juntos y empezamos ahí a desarrollarlo. Estamos hablando del proceso de muerte, del duelo, pero hay mucho humor en la película. Buscamos que la gente se ría, pero que también haya una profundidad, una mezcla entre la alegría y la lagrimita, también», explicó Palerm-Artís.

 

Para lograr ese balance entre drama y comedia, el guion tuvo que pasar por muchas manos y revisiones e incluso desarrollo de personajes. «Tardamos mucho tiempo en encontrar financiamiento para la película, eso nos permitió que cada cierto tiempo pudiéramos leer, refrescar, leerlo de nuevo y mover piezas. Es un texto muy manoseado para bien, muy trabajado. Creo que no hay elementos que no formen parte de una estructura dramática, de diferentes planos de comunicación y percepción y cada personaje, según fue apareciendo le tuvimos que ir dando sus propias sub tramas. Lo fuimos enriqueciendo sobretodo con el rol de Rosita, interpretada por Jorge Zárate. Cuando tenemos este personaje, del cual no quiero decir muchos detalles para que sea sorpresa, lo construimos y de dimos su historia propia», afirmó el realizador mexicano.

Olivier y los Simbolismos

Una de las partes más atractivas de este relato sobre la pérdida y aprender a seguir adelante es el uso de sueños y simbolismos muy interesantes que van desde la misma piscina hasta una cucaracha. Al respecto, Palerm-Artís manifestó lo siguiente: «Son las partes que uno le da a su propia historia. Los sueños para mí son de suma importancia, tanto que un momento tomé un seminario con un budhista que era “yoga de los sueños” para tener experiencias lúcidas y de chavo me leía a Castañeda. De alguna forma tenía una predisposición al decir que tenía sueños así, siempre me ha fascinado ese tema y está aquí, en mi primera película. Hablo de las cosas que me gustan y entre ellos existen los simbolismos como el agua que se presenta con la piscina y nos reflejamos en ella. Hay mucho de eso en el filme, sin duda«.

Incluso, el realizador y guionista habló de la magia que hubo al agregar estos factores en una puesta en escena casi teatral. «Hay una parte en la que había una consciencia de hacer una ópera prima en un contexto controlado en una burbuja, muy contenido, que fuera hecho en un escenario realizable, pero que no hiciéramos algo tal cual teatral. Siempre quisimos seguir contando con imágenes en acción, con esos simbolismos e ideas y creo que lo logramos, es una película visualmente atrayente sin movernos mucho de un lado a otro«, aseveró.

Actuando a través de la pérdida

Si bien Oliverio es el personaje con el.que gira todo este relato, es el resto del cast quien ayuda a que su enfrentamiento de la pérdida llegue a buen puerto. Arcadi ahondó en ese proceso de casting y la elección de los histriones que facilitaran el flujo de este relato. «A Mónica Huarte la conocí hace mil años, haciendo una especie de making off de una obra en la que ella actuaba. Nos caímos muy bien y la invité a mi primer cortometraje de ficción. Aunque para hacer de la madre de Oliverio si evalúe a alguien más en algún momento pensando en opciones, al final fue volver a ella. Y es que tiene una fuerza de la naturaleza brutal, compromiso, muchísimas herramientas actorales, generosidad, tiene un montón de virtudes además de que hubo química. Ella y yo nos comunicamos super bien, nos entendemos sin esfuerzo. Funcionamos tanto que ya hasta tenemos un proyecto juntos donde desarrollamos juntos el guion a partir de esta experiencia».

Jorge Zárate tambien sorprende con Rosita, pero la forma en que Palerm-Artís se aproximó a él en el proyecto fue distinto. «Él no necesita demasiado, no sé si es su proceso natural. Con Jorge sólo fui mandando algunas referencias, y él trabajó por su parte y nada más modulaba, yo le daba las notas para hacerlo y listo. Son los dos extremos, Moni y él», mencionó. «Luego tenemos a César Troncoso que aquí casi no lo conocen, pero es un actor uruguayo, leyenda en su país que creo nos da las notas más altas de la película. Es el papel más exaltado y lo hace fuera de lo que significa ser un actor, tan dramático. Nos da las notas de humor de manera eficiente y es curioso porque nunca había venido a México. Lo invité y vino a hacer la película, portándose generoso, solidario, increíble, humano, un histrión increíble», agregó el director y guionista.

A ese cast tan interesante se le sumó Jacobo Lieberman, ex miembro de la banda Santa Sabina, creando una conexión entre todos los participantes que el realizador destacó abiertamente. «Lieberman, que no había actuado porque es músico, tenía las tablas de estar en musicales y de haber estado en Santa (Sabina). Y justamente eso me atrapó, el no tener miedo. Lo vi en un cortometraje que son él y Chema Yazpik y aquí viene y hace dos personajes . Lo busqué porque quería que en estos personajes se reflejara la calidad humana, creo que es lo más difícil de actuar y él tiene esa aura de buena onda y es un buen ser humano. Hubo una suerte que en el equipo se armó muy buena onda y fue una relación que no se quedó en lo profesional».

La luz en la oscuridad: Arcadi y la pérdida luminosa

La cinta habla de la pérdida, por lo que preguntamos al director para él qué significa esa palabra, esa sensación a lo que amablemente, respondió: «Es muy difícil decírtelo o darte una definición precisa, pero te voy a decir una de las cosas que aprendí y que trato de reflejar porque creo que la ficción también nos ayuda a eso. Hay una ficción en la que hay aprendizaje emocional. Una parte importante de mi crecimiento emocional viene del cine y lo que me ha enseñado es que no deberíamos hacernos o tener el pensamiento de ser inmortales y permitirnos estar en pleito con personas que queremos y que nos quieren. Pidámosles perdón, perdonemos y movámonos. De eso es la película, del diálogo de perdonar y perdonarse porque no sabemos cuando va acabar todo esto».

Mirar la luz en la oscuridad de la pérdida no es tan sencillo, pero gracias a la visión de sus dos actores jóvenes es posible, llevando el filme a buen puerto. El descubrimiento de ambos fue mérito de otros pero bien aprovechado por el realizador. «Viridiana Olvera es la directora de casting y ella tiene todo el mérito de encontrar a Alejandro Arean y Camila Calónico, que son los chavitos actores con los que sí hubo un proceso. Si bien, para los adultos fue todo intuitivo y los escogí desde mis ganas de trabajar con ellos, con los chavitos, no fue así. No conozco a niños actores y ahí Viridiana estuvo filtrando, viendo videos, luego ya físico con una selección. Ir viendo químicas, Mónica vino y nos hizo un ejercicio de improvisación con ellos para ver cómo funcionaba y dimos con este par que lo hicieron muy bien. Su trabajo era algo con lo que estábamos impresionados en el rodaje, con la naturalidad con la que trabaja esta niña, fue un proceso alucinante. Aprender de la pérdida a través de la inocencia adolescente es algo que nos muestra un poco de luz en la oscuridad del momento, algo que se logra también a través del protagonista y su vida en la piscina», confesó para concluir Arcadi Palerm-Artís.

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