21 Semana de Cine Alemán: Querido Thomas (Reseña)

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Por 21ava ocasión, el Goethe Institute Mexiko presenta la Semana del Cine Alemán. A partir del 10 de agosto y hasta el 21 del mismo mes, se presentarán 26 películas alrededor de distintas salas de la ciudad. Desde el mismo Auditorio Altana del Goethe Institute así como la Cineteca Nacional, Cinépolis Diana, Cine Tonalá, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris y la plataforma del Goethe-On-Demand, podremos disfrutar de largometrajes de origen germano multipremiados por la crítica y distintos festivales.

Mientras B Traven será el homenajeado de esta edición, al recorrer su trabajo en Alemania, Estados Unidos y México, el festival abrirá su semana con el clásico de terror, Nosferatu, a 100 años de su primera proyección y que será musicalizada en vivo, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, por el mexico-argentino, Julián Lede.

Unplugged News pudo ser partícipe de una función de prensa, en el Goethe Institute, para poder ver la multipremiada Querido Thomas y aquí les contamos todo.

Querido Thomas se estrenó en cines alemanes, el pasado 11 de noviembre de 2021. De la mano del director Andreas Kleinert, la película abrió en el Festival de Cine de Munich, donde fue aclamada por todos los asistentes, por 10 minutos. También fue partícipe del Festival de Cine Black Nights Tallin.

La cinta cuenta con guion de Thomas Wendrich y busca contar la historia del poeta y escritor Thomas Brasch, el cual vivió en su juventud la época más álgida de la República Demócrata de Alemania. Si bien la historia es una vívida película biográfica del autor, también nos permite vivir todo el contexto histórico en el que Brasch se desarrolló.

En una Alemania dividida, después de la Gran Guerra y que se enfrentaba a un mundo también dividido por la Guerra Fría, Brasch es un joven universitario que junto a sus amigos distribuían panfletos en contra de la  Primavera de Praga. Brasch ya había tenido textos censurados por su propia universidad, al ser duras críticas en contra de las políticas de la República Demócrata de Alemania.

Su propio padre, viceministro de Cultura de la RDA, Horst Brasch, lo entregó a la STASI, el servicio de inteligencia del régimen, tras enterarse de la actividad de contrapropaganda que su hizo y colectivo realizaba. Tras pasar un breve tiempo en la cárcel, su propio padre ayudó para que saliera antes y cumpliera la condena trabajando para una fábrica.

Con la expectativa de que Brasch se relajará en cuanto a sus ideas, Thomas simplemente demostró que podía escribir sobre lo que sea y donde podía encontrar distintas situaciones donde él pudiese construir una estructura que cuestionara las distintas relaciones de poder que el socialismo de la Alemania Oriental suponía. Incluso, sus detractores utilizaban a Marx para reprochar las ideas de Brasch. Sin embargo, el autor siempre lo utilizaba para reiterar la idea que el mismo planteaba cuestionarse todo.

El amor fue un gran eje y motivación de Brasch. A pesar de mantener una relación un tanto estable, el enamoramiento que sostenía por Katarina Thalbach, actriz de teatro era tanto que lo impulsó a robarla aún después de que llevará poco tiempo de casada y a tomar como suya la hija de que Katharina tuvo de su relación pasada. Ella lo impulsó a escribir su primera obra de teatro completa, Lovely Rita.

Su deseo por huir al mundo occidental fue completado por el motor que su propia familia representaba. No la que dejaba atrás con una difunta madre, un padre que iba en contra de todo lo que creía, su hermano Klaus, aspirante actor, o incluso sus dos hermanos menores. Todo eso parecía quedar atrás cuando finalmente se le autorizó cruzar el muro de manera legal.

“Antes que los padres, mueren los hijos”

Aún cuando parece que todos los problemas que enfrentaba con la censura, o más que censura, no publicación de sus textos, acabaría con su llegada al Berlín occidental, Thomas nunca se retrata así mismo como un sobreviviente o víctima de la Alemania Oriental. En ocasiones, pareciese que esa es la figura que la prensa de su época busca vender, pero que él rechaza categóricamente a aceptar.

La historia, si bien sirve para contar la historia de Thomas Brasch, funciona en ocasiones mejor para explorar todo lo que sucedía por su mente. En muchas ocasiones, el espectador desconoce si lo que el autor está viviendo es real es producto de su fantasía o de la paranoia que sus drogadicciones ya le provocaba.

La cinta está todo el tiempo en blanco y negro, y se presume como un recurso utilizado para evocar a la nostalgia de tiempos que la caída del Muro de Berlín hizo por terminar. Lieber Thomas muestra las enormes contradicciones que el poeta vivía. Aún cuando su más grande deseo era ser publicado, estaba seguro que la RDA simplemente era un paso en pro a una sociedad con un socialismo aplicada de manera adecuada. Los constantes choques en los que vive Brasch no sólo son entretenidos, por decirlo de manera muy burda, para el espectador, sino también remueven hipocresías y humanizan a una figura que priorizaba la verdad en su forma más constante, sobre cualquier cosa.

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