¿Cuántas veces, cuando eras niño, fuiste víctima de tus propios sueños? ¿Cuántas veces resultaba más divertido imaginar mundos y universos que jugar con un simple juguete? Al crecer, ¿sentiste que conservaste esa gran imaginación? ¿Cómo se reflejó en tu vida? Postales es todo eso y más; solo que aquí no tenemos que dejar, al menos en la narrativa, el planeta para descubrir un nuevo mundo.

Bajo la tutela de Iván Sotelo, Postales regresa a Un Teatro casi un año después de su primera vuelta. En aquella ocasión, la obra tenía como protagonistas a Aída del Río y Carolina Reyes, alternando cada semana. En esta ocasión, cuando la oportunidad se presentó para hacer una nueva temporada, Sotelo trabajó en conjunto a Reyes para poder explorar la valentía a partir del mismo miedo.

Y es que la valentía y el autodescubrimiento son los ejes principales de motivación para su protagonista. Isabel, quien, desde muy pequeña ha tenido que lidiar con la pérdida tan bien como ha podido. Inmersa en su propio mundo que se mueve dentro del ámbito de la realidad y la imaginación, Isabel nos relata a través de distintas postales, distintas etapas de su vida. Desde momentos de suma e inocente alegría, así como aquellos donde se ve sumergida en el dolor de su propio contexto.

Carolina Reyes logra encarnar de excelsa manera a Isabel. Su travesía es compleja en muchos sentidos, desde recorrer el enorme mar de emociones que su personaje le requiere hasta explorar, con cada postal, diferentes etapas de su vida y cómo es que Isabel enfrenta cada una de ellas.

A través de las historias de Chavelina y el Capitán Jason -que son una analogía, para su propio padre y la misma Isabel-, Carolina Reyes aprovecha su amplio rango histriónico para trasladarnos a cada etapa en la vida de Isabel. Con su voz puede mostrarnos la dulzura de una niña pequeña que, aunque asustada, muestra mucha valentía a las adversidades que enfrenta, pero también nos muestra a una adulta enamorada, dispuesta a todo, aún cuando sigue siendo perseguida por los demonios de su infancia y adolescencia.

Con unas cuántas tablas, una tina tremendamente oxidada que parece que nunca va a estar limpia y apenas unos cuántos props, la audiencia es capaz de viajar a todos los mágicos lugares a los que la historia busca llevarnos. La configuración es la misma que el año pasado, al menos de manera escenográfica. Sin embargo, algunos de los motivos que hacen que este reestreno resulte más entrañable que la temporada pasada, constan en que Reyes fue anunciada como la protagonista, sin un alternante que le imponga regla.

Esta labor se le fue confiada, al menos de manera tácita para el espectador, después de que Carolina Reyes haya conseguido más tablas en el mundo teatral en papeles protagónicos, al haber estelarizado Urinetown y Nación Primordial, obras de la compañía Ícaro Teatro, oriunda de Querétaro. Toda esta nueva experiencia, le da un peso escénico mucho más prolífico a la ascendente actriz. Tan es así que su interpretación de Isabel, en esta nueva puesta de Postales, le ha valido una nominación al Premio a la Revelación Femenina por parte de la Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro (ACPT).

Si algo nos enseñó Postales es que Chavelina, como en casi cualquier historia, siempre ha requerido de un capitán para poder conquistar nuevas tierras. Visualmente y en un inicio, uno puede sentir que está viendo la misma obra de la temporada de 10 meses atrás. Sin embargo, el director, Iván Sotelo, le dio un tratamiento diferente a su propia adaptación de la obra original del dramaturgo, Martín López Brie.

Si el crecimiento de Reyes como actriz ha sido notorio, el de Sotelo también ha sido también exponencial. Para el director, lo más importante es poder traer esta pieza desde un lugar honesto. Ser capaz de definir en cada una de las intenciones de Isabel cuál es el propósito de cada una, aún cuando parezca que no hay más allá de lo que aprecia el ojo a simple vista.

La vida es una aventura, y parte de la maduración de su trabajo directorial y de la obra en sí, respalda esta simple, pero recalcitrante declaración.  Postales no solo es un monólogo donde nos cuentan historias que nos pueden hacer reír y llorar, también es el reflejo del duro proceso que implica el crecer y, por lo tanto, el sufrir. Sufrir de diversas maneras: desde la pérdida de un padre o un amigo, hasta perder la pasión por lo que sea que amamos.

Uno de los mensajes más fuertes que la obra tiene para el espectador es darle la tarea de encontrar esperanza, en la propia desesperanza. Desde poder conectar con tu niño interno que podía ver el mundo de una manera más polar, pero efectiva, hasta ver en la desgracia la oportunidad de encontrar nuevos caminos. Afrontar los miedos propio tanto como sea posible, hasta que cesen de atormentar a la persona en cuestión.

Sin duda, Postales apela a nuestra nostalgia. Nos ayuda a reflexionar sobre las decisiones que tomamos y que nos llevaron hasta esa butaca. Desde la pulcra y divertida actuación de Carolina Reyes, así como el trabajo en conjunto que se realiza, a cargo de Iván Sotelo, para llevar la magia hasta el asiento. Siente la nostalgia de los días que ya no vuelven y quedaron en viejas postales para ser contadas y no te pierdas Postales todos los miércoles a las 8:30 pm, en Un Teatro, y hasta el 14 de septiembre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »