‘Moonage Daydream’ o el homenaje definitivo a David Bowie
La vida y obra de los más grandes personajes de la música se ha decantado cada vez más por las biopic. En mayor o menor medida, estas cintas han entregado resultados que suponen experiencias que reavivan el amor por canciones que vuelven a cobrar relevancia, retumbando en las listas de éxitos de las plataformas o que se propagan por las redes sociales.
Sin embargo, resulta interesante que en el cúmulo de producciones donde grandes actores y directores construyen un relato al alcance de todos de los inicios, clímax y caídas de las leyendas musicales, para 2022 aterricé a los cines una experiencia audiovisual hipnotizante que supone quizá el retrato mejor logrado de un artista sin igual: David Bowie.
Extravagantes colores, un perpetuo viaje al espacio y la presencia siempre en evolución del Camaleón del Rock, pasando del gliter, transitando por el rubio platinado, llegando a una elegancia en blanco, el viaje con el que guía la voz del propio artista es estimulante, repleto de memorables momentos que los más accerimos al creador de Ziggy Stardust podrán recapitular o que conquistarán a aquellos nuevos potenciales miembros de esta tripulación.
Brett Morgen, director de amplia experiencia en la confección de retratos cinematográficos de personalidad cruciales como Kurt Cobain, el productor Bob Evans o de la conservacionista Jane Goodall (todas producciones de gran nivel), se atreve a ir más allá de lo que los documentales proponen, siguiendo con extremo cuidado las palabras que ha recolectado de entrevistas y archivos, los testimonios de gente cercana como su segunda esposa Iman, además de videos de presentaciones que de alguna manera regresan para completar el panorama.
La labor de edición, de la que también Morgen es responsable, es de una maestría total, mismo nivel aplicado a una restauración y optimización que aprovecha con brillantez las bondades del formato IMAX. Porque la música del Duque Blanco, compuesta para explorar diferentes recovecos sonoros, diferentes épocas históricas (Life On Mars como oda al entusiasmo por los viajes al espacio entre 1960-1970 o la propia Heroes, himno a quienes vivían el epicentro de la Guerra Fría en aquel vibrante Berlín o el optimismo que llegó con la década de 1980 musicalizado con el hit Let’s Dance) aquí encuentra un vehículo en el que explota más fuerte que nunca.
No sólo se conoce la parte artística, el legado multidisciplinario (pintura, escultura, escritura, diseño de modas) sino que se deja ver un pedazo de lo que fue un personaje que cambió las reglas. Se hace contacto con David Robert Jones, aquel niño que tuvo una infancia «ordinaria», que pasó a ser un símbolo de la liberación tanto sexual, de aquella frenética revolución estética donde se rompieron límites, de un hombre que amaba desafiarse constantemente, que se desdecia en sus pensamientos pero que siempre encabezó el ideal de lo que el humano es: un ser que lo vive todo, que se deja llevar pero que tarde o temprano se encuentra así mismo en una evolución perpetua.
Es por ello que Moonage Daydream es el proyecto más ambicioso referente al montaje cinematográfico de la historia vital de artista alguno, con sus defectos, sus manías, sus talentos, sus temores, sus ideales, todo con llevado por un auténtico viaje alucinante que nadie debe perderse.
Seamos héroes en lo que hagamos y nunca dejemos de arriesgar, porque vida solo hay una y poco tiempo para ser quienes somos.
Gracias David.
