Observar Las Aves, la nueva película de Andrea Martínez Crowther

Muchas veces se ha mencionado que el arte es la manera de expresar sentimientos y emociones por excelencia, desde alegrías brillantes hasta oscuros miedos. Y es justo lo que la directora Andrea Martínez Crowther ha realizado con su nueva película: «Observar las aves». Un filme muy emocional que nos invita a conocer la filosofía de vida de Lena Daerna antes de olvidarse de todo por el Alzheimer.

El Alzheimer es una enfermedad crónico degenerativa que produce que las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral, ocasionando la pérdida de memoria. En el filme nosotros conocemos a Lena Daerna (Bea Aaronson), una escritora reconocida a la que le fue diagnosticado el Alzheimer y que, como último gran trabajo, decide documentar su paso por las etapas de este padecimiento.

“Esta cinta nace de un miedo personal a que a mí me diera Alzheimer, como a mi mamá le dio y lo viví junto a ella durante 10 años. Me comenzó a dar ese pánico de pensar si me fuera a dar a mí la enfermedad, ¿qué haría?, así que decidí hacer una película de despedida de la vida. Afortunadamente no me dio la enfermedad, así que este documental que tenía planeado hacer, lo convertí en ficción, en parte también como un homenaje a mi mamá”, relató la directora en conferencia de prensa.

«La cinta no pretende ser una respuesta a nada, sino que intenta tocar los corazones de la gente»

En el filme vemos a Lena adquiriendo cámaras para su proyecto teniendo todo el apoyo de Rita (Anna Cetti) su hija que vive en Canadá, pero Marcus (Roberto Cavazos) el hijo mayor, se opone al trabajo de su madre.

«Marcus no quería enfrentar la situación que vivía, prefería pensar que no estaba pasando y decía: ‘luego lidiamos con ello, cuando se vuelva serio’, pero desde el inicio se convirtió en algo serio» comentó el actor Roberto Cavazos

“Marcus es una pieza clave, él piensa que su madre toma a la ligera su enfermedad y no es así, eso, por un lado, por otro creo que también se tiene la mala cultura de ocultar al Alzheimer por el ‘qué dirán’ a Marcus le da vergüenza a Lena no, la enfermedad es una realidad y mientras no se acepte no hay manera de lidiar con ella”, añadió Andrea Martínez

La cinta resulta muy interesante en su estructura, pues mantiene un lenguaje documental muy bien ejecutado que al atraparte te puede hacer olvidar que estás viendo una ficción.

“Desde un principio, cuando escribí el guión tenía claro que el lenguaje debía ser verosímil. Lena no es una cineasta profesional, y eso se nota a lo largo de la cinta. Una de las cosas que más me divirtió fue pensar en cómo crear errores, de repente Lena deja la cámara en una mesa y el encuadre es de la cintura para abajo hay desenfoques, malos encuadres, planos sobre expuestos, en fin, disfruté mucho esa visión, fue como un juego”, mencionó Andrea

“Desde el principio concebí esta historia como una ficción con lenguaje documental, fue todo un proceso. Andrea tenía una visión muy clara de lo que quería lograr, asumimos el reto y el riesgo, durante la película se pueden apreciar distintos tipos de grabación desde una cama profesional hasta una GoPro y una de celular, esos detalles son la parte natural para la narrativa de la historia, el filme tiene una belleza humana que vincula y empatiza”, añadió Angélica J. Ramírez, productora del filme.

No solo lo visual está bien cuidado en el filme, puesto que el diseño sonoro es algo también a resaltar, puesto que el 90% de los sonidos de la cinta fueron creados en la postproducción.

«Realmente a veces siento que la gente no presta atención al sonido y es la mitad de la ecuación. Por la naturaleza del documental, fue una cosa bárbara, el equipo y yo dedicamos mucho tiempo a la parte sonora. Buscamos en fonotecas el sonido de todos los pájaros que aparecen en la película, fue un compromiso enorme, las pisadas, la música original, el viento, las hojas de los árboles, fue un proceso de mucha entrega. Creamos un jardín y curiosamente plantamos unas flores que atraen mucho a las mariposas, hay una escena en ese jardín, entonces, para lograrla de la mejor manera creamos el sonido del vuelo de la mariposa con cáscara de cebolla”, comentó la directora.

«Esta película no pretende ser respuesta a nada sino, simplemente, compartir una historia que toque los corazones de la gente y se sientan acompañados en su dolor. La vida tiene cosas muy dolorosas, sufrimos pérdidas, ausencias, tristezas, pero aún con todo, la vida vale la pena y ese es el mensaje, que hay que apreciarla y vivirla al máximo”, concluyó Andrea Martínez Crowther.