«Muerte, Muerte, Muerte»: slasher y thriller desde los ojos de la generación Z
Cuando se habla de thrillers, a la mente llegan imágenes de películas de época que adapten y que homenajean las historias de escritores cómo Arthur Conan Doyle, Agatha Christie, teniendo de ejemplos las cintas Muerte en el Nilo o Mira Cómo Corren. También llega al recuerdo aquellas historias más actuales de la mente de directores destacados como David Fincher con Seven, Gone Girl o The Girl With The Dragon Tattoo.
Sin embargo, las nuevas tecnologías y los jóvenes de la generación Z ofrecen oportunidades creativas interesantes, siendo A24 un estudio que apuesta por sus visiones. Dentro de este esfuerzo por darle vida a los esquemas del pasado pero con elementos actuales, llega Muerte, Muerte, Muerte, una experiencia peculiar que demuestra que puede existir mucho más de un llamado de atención por parte de las personas que en 2022 son veinteañeras o universitarias.
Un grupo de siete amigos prepara una fiesta en una recóndita casa durante un huracán y debido a que el tiempo no les permite salir de ese lugar, deciden comenzar a jugar a un juego llamado Bodies, bodies, bodies: en el que hay que resolver falsos asesinatos. Debido a las mentiras y secretos que tienen entre ellos, él juego comienza a salir mal y los lazos de amistad comienzan a romperse. Sin embargo, pronto descubren que se ha producido un asesinato real y tienen que buscar nuevamente al asesino entre ellos.
Debutando en largometraje en inglés y tras críticas mixtas con su debut como directora en Instinct, Halina Reijn hace una lectura adecuada de esta era de las redes sociales para construir personajes, situaciones a la vez que diálogos que permiten criticar de manera punzante pero divertida los sinsentidos que han llegado con la búsqueda de likes, RT y demás interacciones de las diferentes plataformas.
Cada uno de los integrantes de este grupo de jóvenes reflejan diferentes actitudes que alimentan la sospecha y aumentan la tensión de este caso tan peculiar, siendo los secretos que salen a luz por la confrontación aquellos vehículos que atrapan al espectador, conociendo poco a poco su trasfondo y sus motivaciones.
La música y la fotografía, calzan con el tono desenfrenado de la cinta, algo que ayuda a tomar ambiente tanto festivo como de clásico slasher. Así mismo, esa manera de grabar hace que el público sienta que está viendo cámara oculta, con poco margen de visión que mantiene el secreto necesario para enganchar a la audiencia.
Pese a estas virtudes, la película hace demasiado énfasis en los excesos de sus propios personajes, mismos que conducen a algunas conveniencias que hacen avanzar la trama. Las actuaciones son convincentes aunque le quitan tiempo en pantalla a varios de estos jóvenes amigos, siendo Maria Bakalova, Rachel Sennott y Amanda Stenberg los que mejor lo hacen, demostrando su versatilidad para interpretar personajes opuestos con los que saltaron a la fama.
Con cualidades que la harán disfrutable, sobre todo para los fanáticos del slasher y humor negro, Muerte, Muerte, Muerte, es una propuesta que podría definirse como la puesta cinematográfica de misterio, refrescando el thriller y una alegoría a los ridículo que puede llegar a ser la búsqueda de atención.
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