Lo bueno y lo malo de la primera temporada de “House Of The Dragon”

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Han pasado 3 años desde el desastre que fue la última temporada de Game Of Thrones. En la opinión pública y especializada quedó una deuda pendiente con los fans y la gente de HBO, este 2022, decidió redimirse de la mano del showrunner Ryan Condal al lograr reconquistar incluso a los más dolidos fans de la saga audiovisual del mundo de hielo y fuego.

El pasado domingo 23 de octubre se estrenó “The Black Queen” el último episodio de esta primera temporada de “House Of The Dragon” y aquí te daremos nuestra opinión en forma de top de lo bueno y lo malo.

Antes de comenzar, cabe resaltar que habrá spoilers sólo de la primera temporada de HOTD, no de lo ya escrito en el libro “Fuego y Sangre”.

Lo bueno:

-El cast en general: 

Este punto es de los más impresionantes, ya que el parecido entre los personajes jóvenes y adultos de la princesa Rhaeryna Targaryen y la reina Alicent Hightower es enorme. Otros cambios de cast a la altura de lo que hizo “DARK” (2017) fueron los de lady Laena Velaryon, y Aemond, este último logró transmitir la esencia del personaje, alguien resentido, y que sus miedos los defiende al atacar primero, por irónico que parezca.

Aunque tienen un par de piedras en el zapato de las que hablaremos más adelante. Sin embargo, el cast y sus cambios producto de la trama en general son un gran acierto.

-Las actuaciones:

En esta nueva entrega, las actuaciones son de primer nivel, con apenas unas miradas y efectos prácticos de cámara te hacen sentir las emociones, intenciones y reacciones de los personajes sin abusar del diálogo de exposición.

Podríamos hablar de las virtudes de cada personaje, sin embargo, destacaremos solo algunos. Para comenzar, Matt Smith entrega una actuación formidable como Daemon Targaryen, “El príncipe canalla”. Hace honor a su sobrenombre mostrándonos lo despiadado que puede ser, pero siempre preocupado por su familia y su legado a pesar de ansiar el poder que otorga el trono de hierro. No se tienta el corazón si tiene que defender lo suyo.

Paddy Considine nos regala una interpretación magistral del rey Viserys Targaryen, en palabras de George R.R. Martin creador de la saga. “Es mejor que la forma en que escribí al rey Viserys en Fire and Blood”, “Tu Viserys es mejor que el mío” Le hizo llegar en un mensaje el autor a Considine. Y cómo no, si la profundidad a la que llega el personaje, su evolución y su transformación física es digna de un galardón según la audiencia.

Matthew Needham como Larys Strong, deja ver el lado mas maquiavélico de este mundo, jugando para los verdes, pero teniendo de rehén a la Reina Alicent, algo que nos recuerda a los mejores años de Littlefinger en GOT.

Y por último Milly Alcock y Emma D’arcy como Rhaenyra Targaryen te dejan boquiabierto con su interpretación, en todo momento sabes lo que piensa, lo que cree, y lo que trama. Un personaje con el que es fácil empatizar, que está sumergida en un mundo controlado por hombres al que planea dar un vuelco. Sientes sus derrotas y sus victorias como propias, y además de notar lo fuerte que puede llegar a ser para sobreponerse a la adversidad.

-Los bandos bien equilibrados:

Es fácil dejarse llevar por un argumento u otro entre los verdes y los negros, esta no es una historia entre buenos y malos, es una escala de grises mas oscuros que otros, hay maldad en la bondad y misericordia en la crueldad. Mientras que, en el libro al incio pintan a los verdes como los malos malotes, en la serie exploran el sentir de cada personaje, sus motivaciones y logras entender su postura, haciendo incluso cambios sutiles a la trama para bien. En especial destacamos cómo es que la Reina Alicent juzgó durante toda su vida a Rhaenyra por su actuar, y cegada por esto su hijo primogénito se le fue de las manos convirtiéndose en alguien peor, mientras que Rhaenyra se tornó en una madre que orienta y escucha a pesar de sus errores.

Lo anterior te posiciona de un lado u otro, incluso te podría hacer cambiar de bando sin que te des cuenta y eso es un gran acierto. 

-Ritmo y evolución:

Esta es una serie que no para, no hay nada que se sienta de más, hay un excelente uso de los recursos narrativos, sobre todo el planting y pay-off. Todo el tiempo es bien aprovechado en pantalla y cada diálogo está bien pensado para que aporte algo en lo inmediato o en el futuro.

Y una clara muestra de ello es el punto siguiente.

-El capítulo 8, “El señor de las mareas”

Una pausa tensa antes de la tormenta, o mejor llamada “Danza de Dragones”. El arco final del rey Viserys. Mientras los verdes conspiran para ganar aliados a su reclamo, los negros y en especial Rhaenyra busca una última ratificación de su derecho de parte de un muy enfermo Rey Viserys, quién a pesar de todos sus males, de una forma épica, logra en la escena del salón del trono, darnos esa última satisfacción de ver su poder, y su forma de defender lo mas sagrado para él, la familia y el reino al ratificar a Rhaenyra como su única heredera, a su vez hacer las paces por fin con Daemon en una escena improvisada donde al rey se le cae la corona, el príncipe la levanta y se la coloca en su lugar, tan impresionante fue este momento que quedó en el corte final reflejando totalmente la solemnidad del evento.

Posteriormente en la cena, le dan al rey una última satisfacción, ver a todos unidos conviviendo, sanando temporalmente las heridas y rencillas entre ellos. Sin embargo, si algo hemos aprendido en esta saga es que siembras lo que cosechas, y todo el odio entre la reina y la heredera, ha permeado en sus hijos, quienes alteran la paz conseguida por el rey.  Para finalizar con la malinterpretación de Alicent sobre la profecía de Aegon de “la canción de hielo y fuego” que da un último golpe a la frágil estabilidad creada y dejando por fin descansar al Rey.

Aún hay aspectos que destacar como la música, el vestuario, la atmósfera, las locaciones, entre otros, pero no todo puede ser perfecto así que te presentamos…

Lo malo (o ambiguo).

-Aegon II:

La piedrita en el zapato de la que hablamos anteriormente, el cambio de actores de Aegon II adolescente a adulto, parece una involución del personaje, a pesar de que él se fue corrompiendo por el rechazo de su padre, asemeja que su físico lo hizo con él, pero no de una forma creíble. Mientras que Aemond creció para convertirse en la cara fuerte de los verdes, Aegon en la elección de actor da dos pasos hacia atrás, pareciendo un niño berrinchudo antes incluso de la versión anterior que vimos de él.

-Criston Cole:

Mientras que personajes como Otto Hightower son fáciles de odiar pero verosímil en su actuar, Criston Cole se odia y se desprecia porque además de ser pesado tiene poderes de guión que lo libran de las consecuencias inmediatas de sus actos según su posición de caballero de la guardia real, puede asesinar a un caballero de la nobleza de Westeros en la boda real como Joffrey y también romperle el cuello a un miembro del consejo real sin apenas recibir miradas de desprecio.

Cabe destacar que el actor no envejece ni un pelo, han pasado 20-30 años aproximadamente en toda la primer temporada y Criston Cole se ve como el primer día, por lo menos en Daemon encontramos que su lenguaje corporal y su cabello han cambiado según los saltos temporales, pero en el guardia real ni una cana.

-El salto temporal de 10 años:

Entre los episodios 5 y 6 existe un salto temporal de 10 años, que deja algunos huecos por cubrir, no sabemos si nos espere algún flashback en temporadas siguientes que aclaren las dudas que dejan este intervalo de tiempo, y aunque de forma sutil con unos pocos diálogos nos dijeron qué ocurrió, no es suficiente.

-No es una serie para verse de fondo: 

Este punto no necesariamente es malo, pero hay un tipo de público acostumbrado a la vida ajetreada que suele ver sus series mientras hace otras cosas, House of the Dragon no es recomendable para este estilo de visualización, ya que desde el intro puede darte detalles de lo que esta sucediendo o lo que está por suceder. Se toma el tiempo de plantear cosas y después detonar un conflicto que probablemente no se entendería si se ve de una forma superficial, o no detectar las mentiras lanzadas en un diálogo poderoso que solo creen los personajes, pero el espectador con todo el background no.

-La temporada 2 llega en 2024:

Si, otro punto malo es que tendremos que esperar casi dos años o pueden ser más para ver la continuación de la danza de dragones, aunque si eres un fan reconquistado de Game Of Thrones sabrás la producción titánica que tiene detrás esta serie de apenas 10 capítulos o menos por temporada, y ya con lo aprendido en la secuela, preferimos esperar y tener un producto de calidad que ser timados de nuevo como en 2018 y 2019.

Hasta aquí lo bueno y lo malo de “La casa del dragón” o como algunos cariñosamente la llamamos, “la novela del domingo”, o  “la pelea por los terrenos del abuelo Viserys”, sin duda nos dejó un gran sabor de boca y ansiosos de ver más de este enriquecido mundo de Hielo Y Fuego. Puedes seguirnos en diferentes redes sociales y dejar tus comentarios, opiniones, puntos negativos y positivos sobre la serie y nos leemos pronto, muy pronto. 

Valar Morghulis

 

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