‘Super…¿quién?’ : Riéndose de los superhéroes y sus universos cinematográficos
El dominio en el mercado de las cintas basadas en los cómics de superhéroes es innegable. Basta ver el listado de las películas con mayor éxito en taquilla para darse cuenta que la fórmula ha funcionado, que ha marcado a la cultura pop y que ha impuesto una tendencia en cuanto a los blockbusters: los personajes son las estrellas y los eventos cinematográficos son lo más esperado.
No obstante, tanto Marvel como DC han caído en excesos (siendo La Casa de las Ideas la que más) que han desgastado aceleradamente esto, situación que en esta ocasión sirve al director-guionista-actor Philippe Lacheau para satirizar, señalar y burlarse en Súper…¿quién?, una comedia que sin duda se posiciona como un desahogo ante la creciente falta de compromiso de los grandes estudios de las propuestas de héroes y villanos con superpoderes.
Cedric es un actor fracasado, sin dinero y al que su novia le ha dejado. Hasta que por fin consigue un papel protagonista: el del superhéroe Badman. Se le presenta la oportunidad de salir de un pozo de desgracias y ganarse de nuevo el respeto de su padre. Sin embargo, un día Cedric se marcha del rodaje a toda prisa sin quitarse el traje de superhéroe y tiene un accidente de tráfico. Se despierta con amnesia, convencido de que es un superhéroe con la misión de acabar con el mal.
De ritmo ágil, sirviéndose de la exageración que calza bien con el tono de humor basado en el ridículo e irreverencia, Lacheau construye un relato de aventura lleno de situaciones que funcionan para divertir, sacar risas, a la vez que ser efectiva con sus señalamientos al MCU y DCEU con múltiples referencias a personajes, estilo visual pero con su propio toque francés que no se tienta en ser frontal, ironizando con la copia de lo ya visto (analogía a este tipo de producciones donde todo parece repetirse) pero «con menos presupuesto».
El filme se desboca y no pretende más que hacer reír, especialmente a los fans de personajes como Batman, Joker, los propios Avengers, así como diversos momentos icónicos como una clara alusión a la escena del beso de Mary Jane a Spiderman en la primera cinta de Sam Raimi. Como no podía faltar, la crítica también se hace a la industria francesa, con la utilización sin aparente límite de chistes, gags y elementos un tanto elevados de tono que evita que en los momentos de dramatismo decaiga la atención del espectador.
La historia, pese a su sencillez, es bien llevada e incluso, la multitud de tramas que aparecen con personajes que van entrando en escena, se cierran de manera satisfactoria, siguiendo la lógica alocada del relato y que posee giros que sin duda terminarán de ganarse el aprecio del público para con los personajes, todos ellos con circunstancias, defectos y peripecias que ayudan a que la trama avance.
Los efectos austeros, animaciones un tanto precarias, la música que remite a esas composiciones propias del género, y las actuaciones que demuestran diversión por parte del cast, encajan perfectamente con los propósitos de la cinta, incluso, todos estos parecieran estar hechos con mayor pasión que lo que la fase 4, con toda la «seriedad» a la vez que un presupuesto que supera por mucho al de esta propuesta, ha ofertado y que ha fallado al momento de brindar ratos de entretenimiento puro por una agenda que parece sermonear a todas las audiencias.
Si bien habrá quienes puedan sentir un tanto pesado el humor y hasta ofenderse por tocar a sus personajes favoritos, Super…¿quién? es sin duda una excelente opción para divertirse, reír sin tapujos e incluso rememorar momentos ya lejanos que han legado tanto Marvel como DC. Seamos como Cedric que, pese al oscuro horizonte, se esfuerza por ser un héroe que está más cercano que lo que parece.
