Reseña- Chain of Thorns. Cassandra Clare
La pandemia afectó el mundo del entretenimiento y la cultura, retrasando un sinfín de proyectos, entre ellos se encuentra Chain of Thorns, la tercera entrega de la trilogía de Las Últimas Horas (The Last Hours), escrita por Cassandra Clare. Esta obra forma parte del universo de Cazadores de Sombras, siendo el libro número 20 de un total de 24. En principio el libro tendría que haber salido a la venta aproximadamente en marzo de 2022, sin embargo, su lanzamiento se pospuso para noviembre de ese año y, posteriormente, se fijó para el 31 de enero de 2023, por lo que serían casi dos años después de la venta de su antecesor Chain of Iron.
Para compensar el retraso, la autora publicó por medio de Tumblr Los Secretos de Blackthorn House, cuyos relatos serán el puente que unirá la trilogía de The Las Hours con The Wicked Powers, la trilogía final. Si bien, no es una lectura obligatoria para Chain of Thorns, sirve para entender las pequeñas referencias a lo largo del libro, además de la resolución de algunos cabos sueltos.
Chain of Thorns continua justo después del final de Chain of Iron, donde Cordelia y Matthew huyen a París buscando segundas oportunidades, mientras que James, después del conflicto con Grace, va en su búsqueda solo para verse interrumpido por su padre, Will, que le pide ayudarlo a encontrar a Lucie, la hermana de James, quien ha huido junto al Gran Brujo de Londres para intentar revivir a Jessie Blackthorn. En este libro los protagonistas tendrán que enfrentarse a las consecuencias de sus secretos y a uno de los mayores conflictos que ha visto el mundo de los Cazadores, porque es la batalla final contra Belial, uno de los nueve Príncipes del Infierno y, si fallan, podrían perderlo todo.
El inicio del libro es un poco flojo e incluso se podría decir que decepcionante, dado que se había planteado que el tema de Lucie y Jesse sería algo muy grave, pero los encuentran en cuestión de días, y todo tiene una resolución casi inmediata. El tema realmente se sintió como una especie de barrera para alargar el problema de James y Cordelia, y así dar el tiempo necesario para que pudiera pasar algo entre ella y Matthew.
Por otro lado, esta la trama de París, que únicamente sirve para darle a Cordelia más problemas y un nuevo guardarropa. La autora intento que ahí se desarrollara el conflicto de la protagonista siendo paladín de Lilith y, además, se dan algunas pistas del plan de Belial, pero éstas solo sirven para el lector, porque nunca se ve que los personajes hagan nada con ellas; solo piensan “The Wake” ¿Qué me querrá decir? Y continúan con los dramas personales.
Con esto pasamos al siguiente punto en contra. Es el libro donde los protagonistas pasan menos tiempo juntos y se nota en la resolución de los conflictos. En libros pasados se podía ver a la pandilla de Los Ladrones Alegres investigando y comunicándose la mayoría de los problemas, pero aquí todos están por su cuenta y, excepto por una ocasión, no se detienen a discutir. Los secretos afectan mucho a la trama porque si bien, son parte del clímax, a veces se abusa del recurso. Por ejemplo, Cordelia tenía la información que le había dado su padre en París, y concordaba con datos de otro personaje, pero por alguna razón ella no dice nada. Hay secretos sin sentido y mucho de los problemas se basan en la falta de comunicación.
La perspicacia de los cazadores quedó en el olvido, uno pensaría que enfrentando el fin del mundo cada cierto tiempo ya tendrían experiencia en manejar a personas psicópatas que quieren acabar con ellos, pero al parecer no es así. Es frustrante ver cómo subestimaron a Tatiana Blackthorn, porque en lugar de castigarla por sus claros vínculos con un Príncipe del Infierno, solamente la mandan a la Ciudadela Infracta y, después las mismas hermanas de hierro, en lugar de tenerla bajo profunda vigilancia, la dejan pasear por el lugar. Después huye y la atrapan de nuevo y, aunque es muy sospechosa su actitud piensan ¿Qué más podría hacer? No es como que justo ha huido de uno de los lugares más protegidos del mundo, vamos a dejarla con muy poca vigilancia en esta cárcel. Hubiera seguido causando problemas si no es por la intervención de Lilith, que, a pesar de sus fines malvados, ayudó a que Cordelia la asesine y acabar de una vez con la amenaza.
Aquí pasamos al punto final de las cosas negativas y es la sorpresiva muerte de Christopher. En entregas anteriores, Cassandra ha sido criticada por prometer que sus libros tendrán muchas muertes, pero siempre termina matando a gente un poco irrelevante, a excepción de la muerte en Lord of Shadows. En esta ocasión la autora no prometió nada, pero al parecer escuchó las críticas y dijo: vamos a sorprender. Y sorprendió tanto que incluso al leer la escena, no crees realmente que el personaje murió, porque es un escenario un tanto caótico y, además el personaje empezaba a tener protagonismo dentro de la historia, pero al parecer fue una estrategia de la autora para que doliera más.
La confusión también se debió al árbol genealógico presentado en Princesa Mecánica, si bien, Cassie dijo que no se tenía que tomar en cuenta porque estaba mal, el fandom no creyó mucho esto, porque dio pistas a lo largo de la trilogía de las parejas finales, por lo que el árbol encajaba a la perfección. Sin embargo, de una manera un poco forzada, explican que la información en ese documento fue obra de una cazadora de sombras random que decidió hacer una genealogía. Una explicación un poco pobre.
Pero no todo es malo en este libro, porque tenemos un gran desarrollo de personajes secundarios que se robaron el protagonismo. La pareja principal en teoría es Cordelia y James, que por un momento (nunca nadie lo pensó) estuvo en duda si estarían juntos o ella elegiría a Matthew, que, por cierto, es un triángulo amoroso un poco cuestionable, pero que sin duda regaló escenas fantásticas de salseo.
En fin, tenemos a Thomas y Alastair, que son de las parejas favoritas del fandom. En esta obra, Cassandra desarrolló de una manera casi perfecta a esta pareja, dándoles un crecimiento personal, sobre todo a Alistar, quien se desprende de las ataduras sociales y decide ser abiertamente homosexual. Thomas no tenía un camino tan difícil, porque si bien tenía un poco de temor sobre lo que dirían sus amigos, no era una preocupación importante, su crecimiento se dio durante el segundo libro y aquí es más el soporte emocional del grupo.
Seguido de ellos se encuentran Anna y Ari, quienes tienen un arco similar, por un lado está Anna que vive según sus normas y Ari, que estaba atrapada dentro de las reglas sociales y que por fin encuentra su camino e identidad gracias a este grupo. La pareja es linda pero no tiene muchos momentos memorables, sin embargo, individualmente es cuando tenían lapsos reflexivos que aportaban a la narrativa.
Una pareja que sin duda sorprendió por su química fueron Christopher y Grace, ya se había dejado ver que tendrían algo una vez que James saliera de la ecuación. La cuestión es que el fandom no estaba muy convencido por el pasado de Grace, sin embargo, a través de esta relación fue como ella logra su arco de redención y encuentra su lugar en el mundo de Cazadores, que al no ser entrenada, nunca hubiera podido ser realmente una guerrera, pero Kit le enseñó que hay otras formas de luchar y, gracias al trabajo de ambos es como se logra salvar Londres y la pandilla. Lo más triste de todo, es que una de las escenas más románticas se da entre ellos, pero es muy al estilo de la película “Ghost”.
Por otro lado, tenemos a Lucie y Jesse cuya relación se manejó de manera muy orgánica. Con ella evolucionó el personaje de Lucie, que al inicio se comportaba muy infantil y era algo que exasperaba a los lectores, pero lo vivido con Jesse le otorga la madurez y contención necesaria para alguien de su edad, sin alterar la esencia fantasiosa del personaje. Por su parte, Jesse al volverse parte de la Enclave adquiere la responsabilidad de limpiar su apellido, porque no solo su madre hizo cosas terribles, sus antepasados parece ser que igualmente cometieron muchos crímenes, entre ellos el de Annabell y Malcom, que, de no ser por esa cuestión, no se tendrían muchos de los problemas en Renacimiento y The Weeked Powers.
Siguiendo con los Herondale, la pareja principal no brilló como se esperaba. Es inevitable comparar a Cordelia y James, con Tessa y Will, es decir, estos son los padres de James, por lo que las expectativas de escenas con diálogos extremadamente románticos estaban muy altas, si bien las hubo, quedaron un poco opacadas por el drama. Por ejemplo, la escena donde James le revela a Cordelia el secreto del collar que le regaló pudo ser algo bonito, pero se sentía poco realista que se hubiera dejado un mensaje así porque él estaba bajo la maldición y, aunque él estaba luchando contra ella sin saberlo, es imposible que el hechizo le permitiera hacer tal cosa; además, el hecho de que ella no le de tiempo a explicarse hace que la revelación pierda su encanto.
No obstante, una vez que se terminan los secretos, todo gracias a la influencia de nuestro querido Christopher, el sol brilla para la pareja, dejando una de las escenas más picantes en toda la saga de Cazadores de Sombras. Tristemente los lectores no tienen la oportunidad de disfrutar más escenas felices entre ellos, tal y como es costumbre en estos libros, pero se puede decir que tienen un final que dejará conformes a todos.
Siguiendo con el desarrollo de los personajes, tenemos a Matthew, quien era la persona que tenía mas preocupados a los fans porque existían mil teorías de que se convertiría en un subterráneo, ya que siempre tenemos ese personaje que vuelve a aparecer en siguientes entregas, pero parece ser que lo único en esa cuestión fue la explicación del por qué una mundana como Bridgett, que entró a trabajar en el Instituto en 1878, sigue ahí en el 2012.
Continuando con el cazador de sombras, en este libro se demostró que fue un claro error que lo involucraran en un triángulo amoroso que no llevó a nada, quizá lo único bueno es que le dieron una solución realista, porque las cosas están bien pero no del todo, ya no habrá esa confianza entre él y Cordelia. No se hizo un Tessa, Will y Jem 2.0, parece ser que esa relación es verdaderamente única. A cambio de no repetir sus patrones la autora destruyó una bonita amistad sin un objetivo claro.
Por otro lado, el tema de la adicción de Matthew fue muy bien llevado, se pensaba que moriría o se arreglaría por medio de magia, que fue poco así por el tema de las runas y Edom, pero mostraron que no es tan sencillo como simplemente dejar de beber, el alcoholismo es una enfermedad que al estar muy avanzada, el intentar dejarlo puede llevar a la persona a la muerte, parece ser un callejón sin salida, pero con el apoyo adecuado siempre hay una luz al final. Y es lo que Cassandra demostró, se dejó ver que la amistad, el cariño familiar y, sobre todo, el perdón y la comprensión, son las bases para poder superar este tipo de situaciones.
Los personajes secundarios fueron muy olvidables, tenemos a Charles que recuerda un poco a Percy Weasley, de Harry Potter, un personaje que ansiaba el poder y despreciaba un poco a su familia. Como él, se redime al final, pero ya es un poco tarde, al menos desde la perspectiva del lector, el daño estaba hecho. Por su parte, Charlotte y Henry, los padres tanto de él como Matthew, decepcionan mucho, al haberlos visto en Los Orígenes nunca se pensó que fueran padres ausentes, pero lo fueron; la historia intenta mostrar que fueron los hijos quienes pusieron una barrera, pero no se ve un esfuerzo real por acercarse y sanar el vínculo.
Contrario a ello tenemos a todos los Lightwood que son todo lo que está bien en esta vida, aceptando y apoyando la orientación de sus hijos. Y claro, en padres amorosos igualmente están Tessa y Will, quienes no decepcionaron al momento de la crianza, en Lucie y James se puede ver muy claro que a pesar del trabajo y las adversidades que enfrentan, les dieron un hogar al que podían acudir. No lo hicieron por conveniencia de la trama, pero ya no fue culpa de los padres. Ahora, la parte negativa es que a veces Tessa está irreconocible, desde las historias de Fantasmas del Mercado de Sombras, se veía que ella estaba apenada de su herencia, pero esa no es la Tessa que literalmente salvó el mundo en Princesa Mecánica. Ahora la muestran como alguien que llora todo el tiempo, solo en pequeños fragmentos pudimos ver al personaje valiente e intuitivo, tristemente nunca fue en momentos cruciales. Por la necesidad de hacer brillar a los protagonistas de esta trilogía dejaron perder lo construido en otros libros.
Ahora, pasemos a lo que hace brillar al libro, el villano. Desde que se anunció que Belial estaba detrás de todos los ataques, resultaba difícil imaginar cómo lo derrotarían, es decir, el lore de este mundo va de que no se puede matar a un príncipe del infierno o un ángel, al menos no por un mortal/subterráneo, a lo mucho pueden ser debilitados por un periodo de tiempo, tal y como le pasó a Lilith en Ciudad de Ángeles Caídos.
Se tenía a Cortana para poder herirlo, pero era obvio que en este libro iba a lograr poseer a James y, aplicar la fórmula de la protagonista apuñalando a su novio para salvarlo, ya se había visto con Jace y Clary. Se podía repetir, el problema estaba en cómo salvarlo de la muerte una vez que se rompiera el vínculo. Por lo que se creó una nueva regla, los paladines, en este caso Cordelia, son capaces de curar con su arma. Podría parecer una solución conveniente, porque tiene agujeros argumentales, como en teoría al matar a Belial, se rompe el pacto entre ella y Lilith, pero aun así es capaz de curar a James, aunque técnicamente ya no es un paladín, pero dejando eso de lado, posiblemente el tema tenga repercusión porque los paladines serán de suma importancia en la próxima trilogía, por lo que se tenía que establecer el lore.
Belial resultó ser un villano formidable, porque no solo era poderoso, tenía cierto encanto, se podría decir que hasta humor y al final humanidad. Su muerte es literalmente tanto divina como aterradora. Hay arrepentimiento y maldad en un personaje, demostrando que siempre hay una zona gris en ellos. Y da pie a teorizar sobre la construcción mitológica de la saga.
Al igual que en Reina de Aire y Oscuridad, que tuvimos un vistazo a Thule, un mundo gobernado por el infierno, en Chain of Thorns tenemos algo similar. Londres se convierte en una pesadilla donde los humanos y submundos son victimas del juego entre ángeles y demonios, son pocas las escenas, pero transmiten mucho. Hay un ambiente terrorífico, y puntualmente la escena donde Belial se comunica a través de los humanos y, estos siendo desintegrados de maneras muy grotescas al no soportar su poder, es alucinante. Hubiera sido mejor que se extendiera un poco esta trama porque por ese final vale totalmente la pena leer el libro.
Por otra parte, los hermanos silenciosos parece que siempre serán las víctimas en las batallas, porque ya en Ciudad de Cenizas hubo sucesos violentos en la Ciudad de Hueso y, ahora la historia se repite, pero de una manera más violenta y profana. Al ser enterrados “vivos”, son un recipiente perfecto para los planes de Belial y se convierten en grandes oponentes contra los cazadores, que simplemente la visión de un hermano silencioso de manera ordinaria es una experiencia incómoda, ahora poseídos era algo digno de una película de terror.
La idea de ellos como amenaza fue buena, pero su relación con Lucie arruinó un poco las cosas. Ella en el libro anterior logra que Jesse expulse a Belial y, si bien, se nos explica que ella no puede ver las almas de los hermanos silenciosos y las hermanas de hierro, no perdía nada con intentar ordenarles que luchen contra los demonios que los controlan. En la pelea en el Instituto, todo parece indicar que hará eso, pero solo nos dan una escena, sí conmovedora, pero innecesaria entre Rupert Blackthorn y Jesse. Invocarlo fue una triste solución, se demuestra que Tatiana estaba mal, pero era algo que ya se sabía, igualmente, hacen la conexión con los relatos de Los Secretos de Blackthorn House, pero no termina de convencer, porque con mayor razón resulta raro que al menos Jesse, no intentara hacer algo por su padre después de que este confiesa que Tatiana le hizo algo y lo mantiene atrapado en un lugar parecido al purgatorio.
En suma, Chain of Thorns sirvió como el puente para preparar las piezas de la batalla, tanto resoluciones como rencillas salen después de esta historia. Es un libro que cayó en clichés de su propio mundo, lo cual dice mucho sobre la enormidad de este, pero al mismo tiempo deja la duda de si Cassandra es capaz de escribir el final de sus sagas de manera satisfactoria, porque hasta el momento solo lleva un acierto y es Princesa Mecánica. Nada ha logrado superar la construcción de esos libros.
La evolución de esta trilogía es regular, esta última entrega le sobró drama y le hizo falta la característica unión que por lo general se ve en los grupos de los protagonistas en las conclusiones de este mundo, además de enfocarse en el problema real, porque una vez que lo hace las cosas fluyen y se convierte en un gran producto. En retrospectiva, el desenlace es de los mejores pero el clímax tiene fallas que lo opacan. Es claro que Cassandra Clare tiene que pulir algunas cosas, pero sin duda va mejorando en la escritura, lo que no es poco, ya que ella es muy buena, no por nada ha logrado posicionar este mundo dentro de los bestseller por más de una década. El universo de Cazadores de Sombras cada vez es más pesado y corre peligro de ser consumido por el mismo, solo el tiempo dirá si logra cumplir con las expectativas.
