‘Navalny’: el documental sobre el líder que tambalea a la Rusia de Putin
«La realidad supera a la ficción», un viejo refrán que se ha dicgo hasta el cansancio y sin embargo, la historia demuestra que es una ley atemporal que continuamente da muestras de su existencia con lo más surreal posible. En estos tiempos, lo que sucede con el dominio de Vladimir Putin en Rusia, país que ha visto en Alekséi Anatólievich Navalni??, más conocido por su apellido occidentalizado Navalny, un torbellino que ha trastocado hasta llegar a las grandes premiaciones.
El propio líder opositor ha hecho de todo medio de alcance mediático (redes sociales, cine, ahora streaming) un poderoso proyector para retratar toda la corrupción del régmien actual que repite fórmulas vistas en los más emblemáticos filmes policíacos, así como de las historias de espías más emocionantes. No obstante, la adrenalina da paso a la frustración e ira por tratarse de algo que sucede en el mundo real, en un gobierno que anhelan repetir ciertos líderes que admiran a Putin por justamente conseguir ese sueño que se les niega.
Contar la historia de Navalny desde la visión del documental es ya de por si un acierto. Pero el llevarlo de la manera en la que lo lleva Daniel Roher es de aplauso, una muestra de como este género puede tener la misma seriedad e impacto que con el formato más conservador. El registro de lo que sucede está ahí, con la diferencia crucial que se ha llevado a través de todo tipo de materiales: vídeos tomados de noticieros, de las diferentes plataformas digitales, de lo que han grabado las cámaras que están en todos los lugares e incluso de animaciones que explican de una manera clara el contexto e importancia de esta producción.
Este contenido original de HBO retrata, desde los ojos del opositor, de sus aliados y de su familia, la seguidilla de sucesos que desencadenaron el envenenamiento cometido por la agencia de inteligencia rusa para acabar con la vida de Navalny. De ahí, la misión de desenmascarar toda la maquinaria de corrupción que ha llevado a una dictadura cínica e impune al país más grande del mundo, una advertencia de lo que llega a suceder si se deja que un hombre concentre demasiado poder.
Las emociones están garantizadas, pues la manera en que se plasman los distintos sucesos esconde giros que no se podrán creer de lo increíblemente rídiculos que llegan a ser. Este documental aprovecha para mostrar una cara valiosa del activismo y periodismo bien enfocado, contrapeso de figuras degradadas por sus excesos amarillistas. Por el lado del primero, esa muralla de interés que se forma por el hambre de atención, fama, así como de jugosos beneficios estatales; mismo caso que el de los segundo, quienes se ha convertido en perros de presa del gobierno. Inteligentemente muestran la importancia que el trabajo en equipo tiene cuando se destapar la verdad se trata.
Acertadamente, el director no duda en dejar ver la imperfección del líder de la oposición. Desde contradicciones al pactar con fascistas para llevar adelante su proyecto de nación como de su soberbia que lo lleva de tropiezo en tropiezo, este largometraje no busca ser el medio en el que Navalny sea martirizado. Tampoco para justificar la corrupción usada como medio para lograr un objetivo. Es un contrapeso sútil que sin duda beneficia la experiencia que es emocionante gracias a un ritmo ágil, un tono concreto y una narración que permite a todo tipo de público conocer claramente lo que rodea a este episodio histórico.
A esta producción no le sobra ni le falta ningún segundo, cerrando sólidamente cada cabo presentado. De principio a fin, se genera un interés para que el espectador investigue, se adentre en este caso, compruebe que lo que se dice es real y también pueda verificar que los cambios en la dinámica política se han dado en armas tan importantes como las redes sociales que utiliza a diario, sin dimensionar que cada vez es más complicado callar la denuncia, la injusticia y la tiranía.
Navalny es una gran propuesta que ha ganado a pulso sus reconocimiento, dejando a un poderoso como Putin en una imagen que muchos señalaban pero que aquí dejan sin defensa para sus mayor defensores. La tendencia del documental evoluciona, se perfecciona y se convierte en una opción que además de entretener, informa, consigue hacer reflexionar de manera global, siendo un recordatorio de que es posible hacer temblar a quien sea, sin importar el tamaño de su influencia.
