«Espectros, delirios y colmillos»: clásicos del terror mexicano ‘traídos a la vida’ por Cinemex y reseña de «El vampiro»

El día 9 de mayo de 2023 se realizó una alfombra roja y proyección del clásico de terror mexicano «El vampiro» (1957), como motivo de la presentación de la llegada de un nuevo ciclo de películas, de terror y mexicanas, llamado “Espectros, delirios y colmillos”.
Acerca del ciclo…
Espectros, delirios y colmillos es un evento cinematográfico que busca retomar viejos clásicos de terror, considerados por algunos como de culto y respetados por otros, a la gran pantalla. De la mano de Cinemex junto con Alameda Films viene esta propuesta, la cual contempla cinco obras: «El vampiro» (1957), «El barón del terror» (1962), «Misterios de ultratumba» (1959), «La maldición de la Llorona» (1961) y «Chabelo y Pepito contra los monstruos» (1973).
Originalmente, la idea nace de cuando en una ocasión Alameda Films le presentó al Museo de la Academia en Hollywood una composición de cinco películas para exponer en un ciclo allá, en los Estados Unidos. Después de presenciarlo, Cinemex se acercó a Alameda y propuso replicar dicha hazaña pero ahora en todo México: es así, que da inicio este ciclo.
Películas que poca gente pudo en su momento ver en el formato original para el que fueron concebidas, el cine; son ahora retomadas para volver a la luz y ser degustadas por aquellos amantes de lo sobre natural, lo intrigante y lo descabellado. Una oportunidad para conocer lo más emblemático del terror mexicano de antes; un viaje al pasado para ver al cine en el cine.
Espectros hace alusión a los filmes de Misterios de ultratumba y La maldición de la Llorona, que basan su narrativa en personajes de índole paranormal: la primera envuelta de secretos espiritistas y la segunda con la acechante presencia de una entidad del más allá.
Delirios corresponde tanto a El barón del terror como a Chabelo y Pepito contra los monstruos; esto se debe a la presencia de criaturas extrañas que tan desconocida es su existencia que pareciera que solo pudiera ser delirio del observador que las presencia. La primera muestra una entidad con una rareza exorbitante, un monstruo original del cine mexicano y que llama mucho la atención. Para el caso de la película de Chabelo, es una sátira que involucra a varios de los diferentes personajes que ha engendrado el cine de terror; el Scary Movie de antes y mexicano.
Finalmente están los colmillos, que hacen referencia a la característica morfología de los chupa sangre y en este caso a El vampiro, que como dato curioso fue el tercer filme que cuenta con una escena del vampiro mostrando los colmillos, la primera vez fue en 1922 con Nosferatu y la segunda en 1953 con Drácula en Estambul; y por si se tiene duda: la razón del porqué la escasez de estos en otras películas yacía en la dificultad que implicaba para el actor hablar con los colmillos, por eso eran usualmente descartados.
El ciclo es corto y comprende del sábado 13 de mayo al miércoles 17 de mayo en los siguientes estados de la república: Baja California, Ciudad de México, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Veracruz y Yucatán; conformado de la siguiente manera:
«El Vampiro» (reseña)
La idea de vampiro, un mítico personaje que posee la habilidad de transformarse en murciélago y chupa la sangre de los cuellos de sus víctimas, nace por primera vez de la cabeza de Bram Stoker con su más importante novela de terror Drácula. Personaje que ha sido transportado a la pantalla grande mediante diferentes interpretaciones desde Nosferatu (1922) hasta mucho más recientes como Renfield (2023).
El conde no se ha escapado a bastas adaptaciones por parte del cine mexicano: el barón Brakola, el conde Frankenhausen, el conde Sergio Subotai, el barón Draculstein y Chiquidrácula; fueron algunas que se hicieron aquí. Pero antes de ellos, y quién dio pie a la tendencia, fue la película de la que se ha dedicado hoy una reseña, el Vampiro, por medio del conde Lavud (Germán Robles); y bajo la dirección de Fernando Méndez.
La narrativa nos muestra a dos personajes: Marta y Enrique quienes recién se conocen en una parada de tren; que por inconvenientes en el servicio de transporte se han visto imposibilitados a ir a sus referentes destinos. Aunado a eso el lugar donde se encuentran, “Sierra Negra”, parece estar infestado de un terror que atemoriza a todos su pobladores; motivo por el cual les sugieren no irse por marcha propia. Es aquí, que un hombre extraño quién pasa a recoger una caja con tierra proveniente de Hungría; accede a darles un ride a ambos.
La joven Marta se dirige a la casa de su tía, junto con su nuevo amigo Enrique; pero tras llegar a la morada se entera que recién ha fallecido. Situación que convierte lo que sería una visita fugaz, en una más prolongada. Durante su estadía, ambos personajes van descubriendo y testimoniando diferentes sucesos extraños; dando fe a lo que tanto les advertían del lugar. Sobre todo la enigmática aura que rodea a un peculiar personaje el conde Lavud les estará constantemente dando de que hablar.
En palabras de Abraham Castillo Flores: El vampiro es la única película mexicana de terror que se ha salvado de la crítica horrenda con la que el género se ha visto siempre sometido. Abel Salazar, actor y responsable de la producción; quién irónicamente se dice era una persona muy creyente, al punto de rezar todos los días. Pero que a su vez tenía una fascinación, o al menos fe, en que este tipo de producciones de terror harían eco en el gusto del público mexicano. Y bien no estaba equivocado, pues fue un rotundo éxito; pero el mismo no se hubiera alcanzado sin el tan bien ejecutado trabajo de Fernando Méndez, cuya familia había dejado precedentes de cine en Morelia, y quién sin duda el aprendería para mostrar el músculo.
Encerrada de misterios y una historia simple, se va descubriendo viendo poco a poco la verdad de este ‘pueblito’ de mala muerte. Sus personajes no son lo que parecen, aunque la trama ya es algo a lo que uno podría estar acostumbrado; los efectos son deficientes para los estándares actuales pero en su tiempo eran los correctos. Es por eso que el espectador debería preparar su cuello, para dejarse absorber por este clásico del terror más aún ahora que se haya revitalizado, como si hubiera bebido sangre fresca.