«Enferma de Mi»: o apología al narcisismo

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Conforme llegan nuevas tecnologías y formas de comunicación inevitablemente se van produciendo cambios en la sociedad; pues se requiere una adaptación a estas nuevas plataformas. La idea de sobresalir o destacar ha resultado siempre algo atractivo en las personas y es más evidente en estos nuevos tiempos donde para algunos el hecho de no publicar contenido es sinónimo de estar muerto, digitalmente y/o socialmente hablando. Una era donde pesa mucho si alguien reacciona, o no, ante una publicación; llegando en ocasiones a dictar el estado de ánimo del que postea. Esta vanidad siempre ha estado presente en los seres humanos, inclusive no es algo propiamente de nosotros; comportamientos similares están registrados en otras especies animales. Lo que sucede con nosotros, y más que nada ahora, es muy fácil sucumbir ante ella; por los diferentes estímulos con los que interactuamos en nuestro entorno que nos mantienen tan comunicados e informados de las opiniones de los demás.

La película noruega «Enferma de Mí» (2022), titulada originalmente como Syk Pike, del director Kristoffer Borgli es una sátira que no raya tanto en desviarse de la realidad actual. Mediante la historia de Signe y Thomas; una pareja conformada por dos ególatras que buscan sobresalir el uno más que el otro; relación en donde no hay cabida para el afecto y apoyo, sino lo contrario, una sagaz competencia para ver quien se “corona como el mejor”: a manera de concurso de popularidad, básicamente.

Syk pike – Kunstnernes Hus

Las cosas empiezan a salirse del plano de lo aceptable cuando, tras un repentino éxito de Thomas, Signe en su afán de no “quedarse atrás” empieza a querer llamar la atención de forma negativa, como coloquialmente se dice. Primero mediante la fabulación de sucesos ficticios, que después escalan a autoatentados para provocarse situaciones desfavorables que le hagan entrar en un papel de víctima. Esta nueva forma de ser flanco de los reflectores toca su punto máximo cuando Signe empieza a tomar unas pastillas para provocarse una enfermedad cutánea; es de este punto en adelante que su vida toma un giro nuevo y distinto.

Simbólicamente la protagonista ‘gana’, es decir se sale con la suya, pues cumple con acaparar más las miras que su pareja; pero aquí encaja bien el término de victoria pírrica: el cual hace alusión a una victoria con un costo tan grande que podría considerarse derrota. Es por ello, que resulta oportuno preguntarse ¿realmente vale pena todo esto que ha hecho la protagonista para alcanzar la fama? Pareciera que hoy más que nunca este insaciable deseo mueve a las sociedades actuales y que muchos están dispuestos a todo por conseguirlo: incluso si eso implica atentar contra ellos mismos.

Crítica: Sick of Myself - Cineuropa

Ideas similares se han visto en otras producciones, viene mucho a mí, un capítulo de Black Mirror donde en un futuro el ser, o no, famoso repercute a unos niveles ridículos. Sin embargo, en esta película, Borgli olfatea atinadamente la obsesión por sobresalir en el mundo actual. Atando el mismo fenómeno como una serie de fenómenos, valga la redundancia. Que entrelaza factores psicológicos y paranoias; pues se aprecia como la protagonista constantemente se “va” de la realidad para visualizar en su mente los “posibles” escenarios futuros que resultarían de hacer o no tal cosa; para ser especifico: acciones que se encaminan en mantener, por no decir tapar, y reforzar su farsa.

Llena por momentos de humor ácido y situaciones disparatadas; Enferma de Mí construye una historia que pareciera de amor pero que no es de amor y todavía menos de amor propio. Por lo que catalogar la película en un género resulta una tarea complicada de hecho, puede sentirse como comedia y repentinamente tornarse en horror; siendo sin duda una comedia incómoda o como se publicita ella mism una comedia anti-romatica. Y algo que debe reconocerse de la película es, sin duda, su gran trabajo en el área de maquillaje; toda la parte artística realizada en Kristine Kujath Thorp (Signe) para mostrar las diferentes etapas de su enfermedad dermatologica resultan muy impresionantes y con alto grado de realismo.

Una ficción que se plasma en la pantalla como herramienta terapeútica, por parte del director, para aquellos con necesidad de atención; al explorar las posibles últimas consecuencias de estos comportamientos. La película se mantiene bien durante casi toda su duración, pues es sólida y fuerte con su mensaje. Solo quizás la última parte de la misma no es tan predecible; pero tampoco muy impactante y es que, a mi gusto, va perdiendo potencia conforme se acerca a su fin.

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