«Blanquita»: revisando el Caso Spiniak
Siglo XXI. Plena época de activismo a favor de múltiples aristas sociales. Luchas importantes. Sin embargo, la doble moral de algunos grupos de poder ocultan producciones que tocan las atrocidades que algunos de sus miembros han perpetrado. Sound of Freedom ha puesto de manifiesto esto y mientras aquella sonada producción llega a cines, PIANO trae la galardonada Blanquita, película que retrata el Casp Spiniak, uno de los procesos judiciales más sonados de Chile referente al estupro, pornografía y prostitución infantil.
El 17 de diciembre de 2022 en la rotonda Lo Curro de Santiago de Chile, el empresario Claudio Spiniak junto al productor de ballet Patricio Egaña y a Luis Acevedo, fuerond etenidos por cargos de narcotráfico así como de tenencia ilegal de armas. Pese a que Spiniak recuperó su libertad el 13 de julio de 2003, el 30 de septiembre de ese año se le acusó de integrar una red de pedófilos, sumando acusaciones por facilitación de prostitución y abuso sexual de menores. Pese a sus atroces crímenes, Spiniak saldría de prisión tras 12 años en la cárcel (2015) y en el marco del vigésimo aniversario de que sucedieron los hechos, el cienasta Fernando Guzzoni ha realizado una película que se enfoca en Blanquita, la testigo clave en estos hechos.
Utilizando el género de thriller para llevar esta historia, Guzzoni lleva a la reflexión de este tema, haciendo hincapié en la necesidad de fortalecer la protección infantil de estos riesgos que cada día ocurren en mayor volumen. Esto se suma a una señalización insistente en la deficiencia del sistema judicial para abordar estos temas, así como de asegurar justicia para las víctimas.
También el director acusa a los a medios de comunicación al momento de dar a conocer este terrible proceso. De la misma manera, la corrupción política y hasta la Iglesia, reciben su señalamiento en afán de dimensionar las carencias que existen en casos como este que no encuentran alivio para sus víctimas.
A través de Blanquita, una joven de 18 años que vive en una casa de acogida, el espectador conocerá el escándalo que involucró a políticos y gente de grandes fortunas en el daño a estos niños. Si bien, cuanta más información llega a conocerse, menos claro queda sobre cual es el papel de Blanquita, que por cierto se debe reconocer la excelente actuación de la debutante Laura López, quien transmite el pesar, el nerviosismo y la presión por ser la persona clave de este caso, que por cierto, está basada en Gema Bueno.
Tanto Alejandro Goic como Amparo Noriega reafirman su capacidad actoral al entregar interpretaciones de calidad, sobre todo la de Goic como el padre Manuel, quien da una cara distinta del típico encargado de casa de acogido, siendo en este caso alguien firme, bondadoso y de buenas intenciones, siendo estos puntos positivos los que alimentan el dilema de empatizar con él cuando se le ve cometiendo algunos actos cuestionables.
Guzzoni quizá comete los pecados más recurrentes del cine latinoamericano: volcar al melodrama un thriller con todos los elementos que le permiten brillar, generar más impacto. También quedan abiertas preguntas que merecerían una respuesta, aunque es cierto que a más de 20 años, las cosas siguen siendo confusas, dejando a la ficción como camino más viable ante la falta de ciertos elementos que aún quedan en vilo.
Si bien, la experiencia es sofocante por la confusión del guión, lo cierto es que Blanquita es un válido recordatorio de que estos casos requieren de recordatorios constantes, fuertes y de un espectro artístico que solo el cine puede dar.
