Historia de vida que dan a pensar sobre la guerra. Reseña Escape Bajo Fuego.
Este 27 de julio llega a las salas de cine esta producción de manos de Diamond Films, cinta bastante curiosa, pues la trama está basada en las historias del guionista Mitchell Lafortune mientras estuvo de servicio en Afganistán.
Hablando de los eventos de esta cinta, nos presenta a Tom Harris, interpretado por el comandante espartano Leónidas en 300 (2006) y el agente del Servicio Secreto en Londres y Olimpo Bajo Fuego (2013 y 2016), Gerard Butler, quien es un agente de la CIA en una operación secreta en la ciudad de Kandahar, tras una serie de eventos, su identidad es descubierta, así que tendrá que atravesar varias ciudades de medio oriente, junto con su traductor, para poder llegar a un transporte de extracción seguro, esto, claro está, mientras varias organizaciones de estos países lo quieren atrapar.
El director de la cinta más reciente de la saga Bajo fuego, Agente Bajo Fuego (2019), de El Día Del Fin del Mundo (2020), entre otras más donde también ha trabajado con Butler, Ric Roman Waugh, ha regresado a dirigir a Gerard en una secuencia de peleas, disparos y explosiones que ya son característicos de la gran mayoría de cintas que ha dirigido. Por ello, sabe trabajar bien estas secuencias sin saturarlas de una u otra cosa, hace que el ritmo de la película sea fluido y poco pesado, salvo al inicio.
Butler, si bien se encasilla de cierta manera en papeles de acción, hace buen trabajo, pues, aun siendo un personaje que tiene que escapar de cientos de peligros, se da la oportunidad de verse frágil, sentimental y humano.
Otro personaje que carga de cierto modo con la cinta es su traductor Mohamed, o Mo para los amigos, interpretado por Navid Negahban, conocido recientemente por ser el padre de Jazmín, el Sultán en la cinta live action de Aladdín (2019), ahora, siendo un padre desafortunado de haber perdido un hijo y no poder volver a casa por ser el traductor del protagonista, pero tiene la función de hacer reflexionar a Harris en ciertos momentos del filme.
Los tres antagonistas principales son Kahil Nasir de la organización I I-S, interpretado por Ali Fazal; el agente de Jerusalén Farzad Asadi, interpretado por Bahador Foladi; y un líder militar afgano de nombre Rasoul, a quien da vida Hakeem Jomah. En cuanto a actuaciones, hacen un trabajo muy bueno, son patriotas para sus propias naciones, queriendo protegerlas y conseguir llegar a su objetivo. Sin embargo, en cuanto al desarrollo y tiempo de aparición de cada uno, deja a deber, quedan simplemente como obstáculos semiplanos que el protagonista tiene que pasar.
En cuanto a la historia, si es bastante lineal, de punto A a punto B, pero, aun así, funciona muy bien, pues su fin es contar algunos de los acontecimientos que vivió el guionista, además de dar a conocer las dos caras de la moneda cuando dos o más países están en guerra.
Los efectos son de calidad, no se exagera en la cantidad de disparos y explosiones, hay buena sinergia entre ambos y en las secuencias de acción en auto o a pie. Además de tener una buena relación con la banda sonora que hace sentir la euforia clásica de las películas de acción.
Los contextos de guerra siempre tienen una moralidad dual, pues, desde el punto de vista de unos, ellos son los buenos, mientras que del punto de vista de los otros, ellos lo son, siempre se pelea por intereses diferentes que hacen creer que tu lucha es la única lucha correcta, cuando en realidad, ningún lado gana una guerra, siempre hay bajas inocentes y las guerras no se acaban.
