«Drácula: Mar de sangre» o Una adaptación que peca de lenta
Si bien uno de las leyendas e historias mas grandes del terror que ha tenido la humanidad es la de Drácula, aquel ser que se saciaba de sangre para seguir viviendo y que aterrorizaba a las personas donde se pronunciaba su nombre, en esta ocasión, le toca sobrevivir a su propia leyenda y nos presenta una historia “casi” de origen y de como fue que el monstruo llega a Inglaterra.
“Drácula: Mar de sangre” se toma sus libertades narrativas para explicarnos el porque de la criatura, no podemos negar que la manufactura de la película es de gran calidad, y eso se agradece, se agradece por que en tiempos donde todo es generado ya por inteligencias artificiales y efectos especiales, podemos apreciar cierto valor en la creación del mundo de esta película, que sí, si hace uso de efectos pero lo hace de manera cuidadosa, y lo que tiene como recursos los aprovecha a su favor, tal es el caso de haber grabado la mayoría de las escenas de noche para darle un mayor impacto y el del maquillaje de las personas cuando estas mostraban sus heridas, un trabajo de 10.
Un punto a favor es que el elenco en su mayoría casi desconocido hace bien su trabajo, se comprometen en su papel de marineros sin mayor anhelo en la vida mas que unas monedas y una botella de alcohol, es casi perceptible la peste que se viene con ellos y el mal augurio asi como también la desesperación de pasar semanas en la alta mar, detalles que solo actores profesionales logran debido a su extremo entrenamiento, vaya, para esto se preparan años pues.
Claro que no todo es como dulce de leche, y hay espacios en los que la historia se siente que no avanza pues siendo sinceros si se toman sus minutos para arrancar con lo realmente importante de la película, bueno, lo que realmente como publico uno quiere ver cuando va al cine a ver este tipo de cintas, hombres despedazados y ataques brutales destripadores que no hacen mas que sorprendernos y querer ver más y más. Pues aquí, los primeros minutos, quizás la primera media hora pasa plana, sin sorpresas, realmente nefasta, pero a partir de que la bestia se hace presente, todo cambia y la tensión hace su efecto.
Quizás no sea la adaptación más exquisita que hemos visto de Drácula a la fecha, pero si es una de las más arriesgadas pues presenta a un monstruo expuesto, casi neófito, capaz de morir más fácil de lo que anteriormente nos habían dicho y eso hace que la audiencia se interese más pues pone en el mismo plano al monstruo y al humano, claro, con sus respectivas y leves ventajas (para Draki obvio).
Un punto más a favor es la apariencia de la criatura, pues por años hemos visto las diversas personificaciones de la leyenda, sin embargo si hacemos remembranza quizás es la de Anthony Hopkins la mas famosa de todas, aquella en la vestía de forma elegante y usaba una capa que por los siglos de los siglos ha sido imagen del vampiro, aquí nos lo presentan mas bien como un tipo zombie gris que necesita, mejor dicho, requiere de la sangre de los marineros para subsistir.
“Drácula: Mar de sangre” es un retrato como nunca antes lo habíamos visto en el cine, o por lo menos no en los últimos años, que muestra a una embarcación aterrada por la presencia de la leyenda chupasangre y que hace uso de todas las herramientas posibles para entregar al final un producto casi decente, mejor dicho, decente, casi muy bueno.
Si eres los amantes del terror, y los vampiros te encantan, esta cinta quizás no sea la que más gritos te vaya a robar, pero es una grane excusa para ir a pasar una hora y media al cine de manera divertida, por que eso si, no es una película perfecta, pero de que te vas a entretener, lo vas a hacer.
Deja que “Drácula: Mar de sangre” se alimente de ti ya que la puedes encontrar a partir de ya en todas las salas del país, solo recuerda ir llevar siempre contigo una cruz en cadena y por si acaso, una estaca de madera.