«Cassandro» (Reseña)
El ídolo de los exóticos salta a la pantalla grande en una biopic que profundiza más allá de dos a tres caídas sin límite de tiempo.
El deporte de la lucha libre es un cosmos exquisito; durante su apogeo se le consideró a la lucha libre mexicana como la mejor del mundo, porque llevaba consigo una cultura extensa junto a una tradición inherente que ha perdurado hasta el presente. En México esta práctica ha dejado innumerables leyendas del cuadrilátero en el consciente colectivo. Es imposible no pensar en nombres como El Santo o Blue Demon, y mucho menos relacionarlo con el cine, lo que deja una conexión íntima entre la lucha y el séptimo arte.
De entre los míticos nombres de luchadores emblemáticos se encuentra “Cassandro El Exótico”, un ídolo que se le atribuyó el nombre de “liberador de la lucha libre” y que por primera vez salta a la pantalla grande para develar su historia. Previamente en 2010 y 2018 se realizaron un par de documentales que retrataban la vida de Saúl Armendáriz, luchador profesional que bajo el nombre de Cassandro demostró que los combatientes exóticos podían tener una verdadera oportunidad en el mundo de la lucha libre. La vida de Saúl fue difícil, al ser homosexual sufría de discriminación pero eso no lo detuvo y gracias a su determinación logró conquistar al público y abrió una brecha para más exóticos de la época.
Una historia que merece ser contada a través del lenguaje cinematográfico hace de esta biopic deportiva una apuesta grande para su protagonista, y con buenos comentarios del festival de Sundance a inicios de 2023, el próximo 20 de septiembre, dos días antes de su estreno mundial, llega Cassandro a la plataforma de Amazon Prime Video en México. Producida en 2021 con las dificultades pandémicas, finalmente somos testigos de la vida de un hombre que con mucho en contra y en su búsqueda por descubrir su identidad, va a cambiar los estatutos y la percepción que se tenía en aquellos años, convirtiéndose en el ídolo exótico por excelencia.
Gael García Bernal carga con el peso de la cinta de forma convincente, casi natural, respetando la esencia de Saúl, haciendo suyo a Cassandro y con ello logra una de sus interpretaciones más sólidas y memorables de su trayectoria. Su director Roger Ross Williams al ser admirador de la lucha libre y del personaje, plasma los pasajes más importantes que hicieron convertirse a Saúl en el gran Cassandro.
Con algunas libertades creativas y adecuando la historia para fines más emotivos vemos los inicios de Armendáriz: su estadía en Ciudad Juárez y El Paso, la relación tan cercana que tenía con su madre, a su vez la distancia que guardaba con su padre y cómo la popularidad de ser exótico lo llevaron a enfrentarse al gran Hijo del Santo en una pelea icónica el 30 de enero de 1992 en la ciudad de México. También se profundiza en su homosexualidad, del amorío prohibido que mantenía con un colega y de su abuso de sustancias.
Mediante el guion de David Teague y el mismo Williams, la vida de Saúl cobra vida dentro y fuera del ring. Se distingue la puesta en cámara y dirección de su cineasta, porque se hace palpable la emoción, atmósfera y jocosidad del cuadrilátero, de los eventos, la animosidad de la gente y gracias al diseño de producción se mantiene un genuino retrato de este deporte familiar, lo que le da a la película un valor sobresaliente de manufactura. El formato 4:3 cuadrado engloba a la perfección la época de finales de los ochenta e inicios de los noventa, sin olvidar la música que acompaña acorde a la sección en cuestión, las canciones y ritmos precisos en cada situación.
En el ensamble actoral encontramos nombres familiares como Joaquín Cosío, Perla de la Rosa o Roberta Colindrez, incluso participaciones como Benito Antonio Martínez Ocasio o el legendario Hijo del Santo en persona, cada uno con una aparición atinada, siendo el firme soporte para Gael en todo momento.
Cassandro resulta identificable para todo aquel que en algún momento pasó por dificultades en su vida, con marea en contra y con pocas probabilidades de éxito pero con esa intención, esa pequeña voz en el interior que clamaba por seguir adelante, hacia enfrente hasta lograr el objetivo. Saúl Armendáriz demostró que en la lucha libre un exótico puede ganar y de paso no temer a ser diferente dentro o fuera del cuadrilátero.
