La probabilidad estadística de amor a primera vista – Netflix
El pasado 15 de septiembre llegó a Netflix “La probabilidad estadística de amor a primera vista”, que es una película basada en el libro homónimo de la autora Jennifer E. Smith. Actualmente, ha tenido una gran aceptación por parte del público que la ha colocado dentro de lo más visto en la plataforma; lo cual resulta curioso porque allá por el lejano 2011, cuando se publicó el libro, no fue algo tan sonado, pero realmente era de esas joyitas que se mantienen ocultas.
La premisa tanto del libro como de la película es que una chica y un chico se conocen en un aeropuerto y se enamoran durante el viaje a Londres. Todo transcurre en tan solo un día, pero aún con ello logran captar una gran historia de amor. El libro está narrado en tercera persona concentrándose únicamente en Hadley, una chica estadounidense que se encuentra a bordo de ese avión porque tiene que acudir a la boda de su padre a quien no ha visto un largo tiempo. Dentro de las páginas nos vemos atrapados en sus pensamientos por lo que solo percibimos una parte de Oliver.
Por su parte la película toma otro camino, eligen poner a la actriz Jameela Jamil (conocida por su papel en la serie The Good Place) que tomará el papel de narradora, pero también agente del destino, dado que a lo largo de la cinta ella les dará pequeños empujones a los protagonistas para que se sigan encontrando y la historia avance. El que exista un narrador permite ver las perspectivas de Hadley (Haley Lu Richardson) y Oliver (Ben Hardy) por lo que vemos una nueva faceta de este último, al no estar siempre atrapados en el punto de vista de ella.
Casi podría decirse que es una adaptación fiel, sin embargo, existen tanto pequeños cambios, como la adaptación de la historia a las nuevas tecnologías y el tema de los asientos en el avión, como grandes que tocan partes fundamentales de la historia como el motivo del viaje de Oliver a Londres. En el libro él no tiene una buena relación con su padre, aunque es cierto que su círculo familiar y sus circunstancias no resultan tan interesantes como en la película, en lo escrito por Jennifer E. Smith era un personaje plano, tenía personalidad, pero hacían falta cosas, por su parte la cinta de Netflix le da esa profundidad que faltaba, sin embargo, al modificar la historia en consecuencia se ve afectada la de Hadley.
El libro nos presenta no solo una historia de amor, también representa la relación padre e hija, la ruptura de la relación y la reconciliación, pero lo aborda de manera profunda al tener acceso a flashbacks de la infancia de la protagonista, que nos da una idea muy clara del vínculo con su padre y hace que la quiebre de ésta resulte más doloroso y, que la evolución que hay dentro del viaje sea más entrañable, dado que presenta sobre todo al padre de Hadley con muchos matices. Es decir, podemos considerarlo mala persona y mal padre porque engañó a la madre de ella y no manejó de buena forma el cambio que le ocasionó a Hadley su partida; no obstante, en Londres podemos leer el desarrollo y redención del personaje, así como el crecimiento de la protagonista al permitirse soltar el pasado y aceptar el futuro.
Parte del desarrollo de Hadley se da gracias a la interacción con Oliver, que no solo la incentiva a leer Un amigo en común, donde dentro de sus páginas podrá dar el primer paso hacia la reconciliación con su padre y su presente. Además, el trasfondo de la visita de Oliver provoca que ella se de cuenta que hay momentos en que por más que desees recuperar las relaciones es imposible, que hay situaciones peores que la de ella y hace que vea su vida en perspectiva y logre encontrar el perdón.
La película, aunque intenta cubrir todos estos aspectos, la resolución del problema queda corta, no es tan emotiva como en el libro y es por la falta de reflexión que podemos tener a través de los flashbacks de la infancia y de la conversación que tienen Oliver y Hadley en la iglesia. Por lo que, al darle profundidad a él, quitaron parte de la esencia de ella, sobre todo porque omitieron por completo el papel de su mamá, que, aunque no tiene gran protagonismo dentro del libro, aporta partes fundamentales a la historia. De igual forma, algo que se echó de menos son los momentos románticos entre Oliver y Hadley, porque no se entiende el por qué quitaron la escena del beso en el aeropuerto, ya que era vital para entender las partes en las que está construida la historia, ese beso representaba el adiós pero con un poco de esperanza, que daba pie a que ella lo vaya a buscar después y no se vea tan loca al hacerlo.
Ahora, los aciertos están en aquello que no pudimos ver en el libro, acá se nos explica por qué Oliver abandona el aeropuerto sin esperarla y, es entrañable como toma la decisión de buscarla posterior a la conversación que tienen en el funeral. Y también se agradece que por fin expliquen su obsesión con las estadísticas y números, porque es importante para la historia, es decir, de ahí parte el título y, a decir verdad, en el libro sí quedaba un poco odioso o raro que no tuviera una explicación.
Igualmente se agradece que no dejaron un final abierto y nos contabilizan hasta los grandes momentos de su relación, lo que provoca esa sensación de esperanza y anhelo de poder experimentar la experiencia de formar parte de la estadística del amor a primera vista.