Viernes Negro (Reseña)
La festividad de Acción de Gracias no será la misma
Estar agradecidos y celebrarlo con las personas más importantes es uno de los cometidos de Thanskgiving, o día de acción de gracias que se celebra principalmente en Estados Unidos, donde la noche del cuarto jueves de noviembre la familia se reúne y realiza una cena simbólica a la llegada de los peregrinos a territorios norteamericanos. Idealmente esta es la forma de festejar acción de gracias, pero poco a poco se ha tergiversado a Black Friday, siendo el viernes siguiente el día perfecto para hacer desenfrenadas compras de oferta de diversos productos.
Dentro del cine de género diversas fechas emblemáticas y festividades se han tomado para realizar cintas temáticas como Halloween (1978), también My Bloody Valentine (1981) y April Fool’s Day (1986) por mencionar algunos ejemplos, pero hasta ahora ninguna había puesto la mira en la celebración de acción de gracias. En 2007 Eli Roth se percató de esto y realizó un tráiler falso que se proyectó en Grindhouse con las cintas Planet Terror (dir. Robert Rodríguez) y Death Proof (dir. Quentin Tarantino) bajo el nombre de Thanksgiving.
En dicho avance se mostraba a un asesino que tomaba el atuendo de John Carver (líder peregrino) y comenzaba a cometer actos atroces a un grupo de adolescentes de Massachusetts. Roth nunca descartó la idea de convertirlo en un largometraje y de la necesidad de contar una historia llega Viernes Negro (2023), su regreso triunfal al slasher como solo el cineasta sabe hacerlo.
Plymouth, Massachusetts es el lugar de nacimiento de esta festividad y la ubicación perfecta para colocar el terror. Durante una venta especial de Black Friday en la tienda de la localidad, los disturbios por entrar primero y alcanzar las mejores ofertas terminan en una tragedia que cobra vidas humanas. Un año después el recordatorio de aquel duro acontecimiento revive cuando un sujeto vestido de peregrino y con máscara de Carver, comienza a realizar asesinatos a las personas que directa o indirectamente tuvieron que ver con el altercado.
Un caso de típica venganza asecha al pueblo, y el sheriff Eric Newlon (Patrick Dempsey) será el encargado de descubrir quién es el responsable mientras que Jessica (Nell Verlaque) y sus amigos por medio de las redes sociales, son etiquetados para ser parte de la cena de acción de gracias de John Carver. Al ver que la policía no puede detenerlo, deciden investigar por su cuenta antes que terminen en manos del hacha del homicida.
El trazo de personajes bidimensionales hace que no resulten olvidables por completo y sus decisiones en su mayoría sean coherentes. Por un lado está Jessica, quien intenta detener esta masacre de una vez por todas y con ello la sospecha de su novio y hasta de su ex. En el otro puñado están los amigos de ella, su padre y madrastra que intentan dejar el terrible accidente en el pasado y decidir no recordarlo más. Al final una cena macabra va unir a todos para dar las gracias con un anfitrión que desea transmitir por las redes sociales su obra.
Ritmo y narrativa se conjuntan para llevar desde los primeros instantes a la audiencia en una estructura clásica de asesino serial y de su posible identidad. La secuencia del alboroto en la tienda convierte una aparente inofensiva noche de compras en una estampida que puede llegar a cobrar la vida de alguien. A partir del primer asesinato, las teorías por descubrir la identidad del perpetrador se comienzan a idear en la audiencia.
No obstante su nombre queda resguardado con atino durante toda la cinta. Las pistas que se ofrecen dan la idea, pero resulta favorable que el rostro y motivo de este personaje no se revele hasta el clímax del tercer acto, lo que le brinda el suspenso suficiente para atrapar y retener la atención. Pese a contar con una trama predecible, donde al final se debe montar una trampa para atrapar al responsable, la cinta sabe jugar bien sus cartas para no repetirse en un cliché demasiado obvio para el género.
Eli Roth cuenta con un amplio repertorio si de cine de horror se refiere. Desde su debut con Cabin Fever (2002), pasando por Hostel (2005) y The Green Inferno (2013), le brindan el respaldo suficiente para una nueva propuesta sangrienta. El resultado es una película redonda para aquellos que buscan muerte, sangre y formas creativas de asesinar personas, donde Viernes Negro brilla en su ejecución e impacto.
Centrar las historias en personajes adolescentes es un factor distinguible en la filmografía de Roth. En voz del mismo cineasta, la elección por retratar siempre jóvenes se vuelve palpable al decir que ellos son los personajes perfectos para las cintas de horror, que incluso se apoyó de sus hijos y sus amigos para darle verosimilitud al comportamiento de estos preparatorianos protagonistas en Viernes Negro.
Pasando al apartado técnico, el uso de maquillaje y prostéticos para cada muerte en pantalla se luce de forma brillante. Eli siempre intenta descubrir nuevas formas divertidas de matar personas, y en este caso no es la excepción, retorciendo incluso la forma en que se hornea un pavo para la cena. Aquí realmente el director no escatimó o se limitó en lo gráfico de su violencia, que queda en una dosis suficiente para los más fervientes fans del slasher.
Con un correcto balance entre la historia, suspenso y violencia, Thanksgiving resulta en una agradable apuesta para fin de año, en ese limbo entre la temporada halloweenesca y navideña, donde pocas cintas de horror logran destacar y mucho menos tomando una fecha festiva como lo es acción de gracias. Eli Roth demuestra nuevamente su amor por el oficio cinematográfico y su visión del género se plasma con pasión en la gran pantalla.
