El misterioso comportamiento de adolescente es revelado en “Monster”
“Monster” es la nueva película del multipremiado director japonés, Hirokazu Kore-eda, quien se caracteriza por narrar historias sobre las complejidades familiares de la vida moderna, retratando la falta de armonía y perfección del núcleo familiar, mientras franquea a los integrantes de citado núcleo, para plasmar los efectos de dichas situaciones. Es conocido por películas como: Un asunto de familia (Shoplifters, 2018) e Intercambiando vidas (Broker, 2022), donde acostumbra profundizar en los límites de la familia y estas nuevas estructuras modernas, llenas de rupturas, mentiras y desequilibrios.
“Monster” inicia mostrando a Saori una madre viuda que tiene un hijo preadolescente, Minato, con quien tiene una relación cordial y positiva, pero poco a poco empieza a notar algunos cambios en la actitud de su hijo: cortes de cabello, desaparición de cosas y del hijo, rasgos de violencia que se van dando en la escuela y que ella los atribuye a su profesor de clase. Decide acercarse a la escuela para encontrar respuestas, pero lo único con lo que se topa son con disculpas, sin ninguna justificación y un profesor burlón que no le explica nada sobre la actitud de su hijo.
La película se divide en 3 distintas visiones de la misma situación iniciando con la versión de la madre, la cual nos llena de dudas, no solo sobre su hijo, sino también sobre otros integrantes de la historia, como la directora de la escuela, el profesor de clase y un misterioso incendio en el vecindario.
La segunda parte narrada desde la perspectiva del profesor, a un maestro que es acusado de violentar a un niño, mientras el mismo es violentado por el sistema educativo, que más que entender el panorama completo, busca evadir problemas para la escuela. Por otro lado, también va revelando parte de la violencia cotidiana entre compañeros de clases, particularmente con Yori, un niño tímido al que constantemente amedrentan en la escuela, y si bien no es muy amigo de Minato, curiosamente siempre se encuentra cerca cuando Yori está en problemas. Con un sentido más dramático, se va mostrando cómo la vida de este académico se va volcando en un caos mientras trata de entender qué es lo que ocurre con Minato y Yori, buscando respuesta en los padres y en los pequeños. Entendiendo que los padres solo tienen una visión muy escueta de sus hijos.
Al llegar a la parte descrita desde la visión de Minato, el rompecabezas cobra sentido, evidenciando a un par de niños insertados en un sistema social infantil donde es importante estar integrado, para no ser molestado por los otros, buscando que nadie sepa que en realidad Minato y Yori, se caen bien y disfrutan de su compañía. El despertar de los principios individuales, amistosos y amorosos llega a escena, cuando ese par de niños van descubriendo que su conexión va más allá de la amistad.
Mientras que guardan las apariencias, las mismas que también guardan los adultos, se retrata el contraste de la situación escolar para un niño maltratado, versus un niño bien adaptado, denunciando tácitamente que dichas apariencias los oprimen, y también manifestando buena parte del abandono familiar en el que se encuentra Yori, pues el desentendimiento de los padres o la mala interpretación de estos provoca que el universo de los niños se vea permeado de complejos, contrastando con el lado mágico y fabuloso del descubrimiento mismo del amor y la amistad. Mientras tanto, los adultos solo se dan a sí mismos explicaciones erróneas y golpes de pecho.
La narrativa de la historia todo el tiempo se irá desenvolviendo como un misterio que se va revelando poco a poco, con diversos giros inesperados en cada uno de los personajes. A su vez, la violencia se hace presente como un ente cotidiano en la sociedad, dejando en entredicho que se manifiesta a todos los niveles sociales, desde el núcleo familiar hasta el institucional o mediático.
Pero la adolescencia es un despertar emocional y corporal que también se refleja en el convivir de los pequeños, de forma muy orgánica y natural, pues ellos dos solo se encuentran a sí mismos en su convivencia y en su estar.
Kore-eda de nuevo explora profundamente parte de los nuevos patrones sociales de la modernidad, los nuevos estilos de vida, que podrían ser vistos como cotidianos, si son sumamente corrosivos y generan ruptura dentro de los caracteres de los niños. Una película con un final abierto, con una búsqueda del entendimiento de la personalidad y la sexualidad. Descifrando que el ser distinto podría generar que uno se interprete a sí mismo como un extraño monstruo por no ser aceptado en este mundo.
La película como todo el trabajo de Kore-eda tiene un estilo íntimo con un ritmo tranquilo y constante dotado de misterio. Si bien en este caso no cae en términos extremistas, como en otros de sus trabajos como director, si continúa mostrando la tristeza de los jóvenes de este siglo por medio de una hermosa historia, con un bello manejo de las visiones infantiles acompañado de una excelente banda sonora, con notas en piano, llenas de melancolía y ternura.
La película recibió el premio de la Palma Queer en el festival de Cannes 2023 y el director es reconocido a nivel mundial por su estilo particular y por su virtuosismo para trabajar con niños y adolescentes.