Dogman, el amor incondicional hace la diferencia

0

Nuestra primeras etapas de vida, cuando somos indefensos y no podemos valernos del todo por nosotros mismos, deberían estar sumergidas en varios momentos familiares llenos de apoyo, amor, comprensión y otras cualidades propias de un hogar sano. Si por el contrario, este no cumple su propósito y resulta ser hostil. Es normal buscar un lugar o una compañía que dicte alguna de estas cualidades; por lo que un amor incondicional, como el de los perros, resulta ser un alivio para estos pesares.

En la cinta, Dougman, del últimamente polémico director Luc Besson, se desarrolla una historia que tiene por premisa una situación similar. Y es que la película arranca con una frase de Alfonso De Lamartine (ex ministro francés del siglo XIX) que dice: «Donde hay un desgraciado, Dios envía un perro». La cual nos da un preámbulo inicial de que tipo de historia estamos por presenciar.

Tras ser detenido, Douglas (Caleb Landry Jones) relata los acontecimientos más importantes de su vida. Empezando por una infancia dura bajo el yugo de un padre fanático religioso y violento, quién lo enjauló buena parte de su vida con perros. Es de aquí, que nace y se explica su fuerte vínculo con estos animalitos de cuatro patas. Continuando por su gusto al teatro, cabaret y robos sigilosos (efectuados por los perros).

La historia de origen de Dogman recuerda un poco a la de Tarzán, pero creo que una diferencia que pudiera hacerla de cierta forma más trágica: es que en el caso de Douglas no estaba incomunicado de la civilización, o más precisamente del amor de su padre; sino que le era negado. Y peor aún, le era brindado una vida de limitaciones, golpes, tortura y más.

Un punto en contra, a menos desde mi gusto, es que no se muestra, tan explícito, en pantalla porque Douglas tiene una relación tan cercana a los perros; pues se entiende que ha vivido con ellos toda la vida y son su única familia de facto. Pero pese a que queda claro este punto, salvo contadísimas escenas, se muestra una interacción real, es decir, profunda entre él y los perros. La cinta se enfoca mucho en los problemas que tiene Douglas en diferentes etapas de su vida y como en ocasiones sale adelante por el adiestramiento de sus canes. Sin embargo, el cómo convive con ellos, cómo se distrae con ellos, cómo salen a dar un paseo, cómo ríen, cómo le brindan amor incondicional, es muy omitido; por lo que creo que queda muy a la imaginación y se da por hecho que sucede; pero no esta tan ejemplificado por escenas o secuencias. Añadido que hubiera dado un valor más sentimental y mayor peso a los perros.

La actuación multi-facética de Caleb resulta ser destacada porque su personaje sufre distintos procesos donde se van mostrando cambios sustanciales de personalidad: alguien tímido, alguien valemadrista, alguien refinado, alguien más alocado y creo que las interpretaciones son notorias. Por otro lado, los lomitos se llevan obviamente también muchos aplausos sobre todo aquellos que ya tenían cierto entrenamiento y fueron encargados de realizar ciertas secuencias que podrían fácilmente considerarse maniobras. Aunque otras creo que sí rayan en la fantasía; por lo poco verosímiles que resultan.

DogMan: Viaje a la mente de un perturbado – El Contraplano

En mi opinión, Dogman es una historia cruda pero por como esta creado el montaje final cuesta empatizar del todo con su protagonista, Douglas y eso que tiene presente tantos perritos que por si solo suelen ser seres con los que se tiende uno a encariñar. En parte, puede que esto se deba a la faceta que se muestra más de ser participes de los atracos y ataques que su amo les dirige; en vez de una faceta más afectiva y de como estos animalitos sanan el dolor de Douglas, que repito se muestra pero de forma muy, muy liviana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »