Carnada: el paraíso hecho pesadilla
Meg y Kayla son pareja, una noche mientras caminan rumbo a un antro, son rodeadas por unas chicas homofóbicas, después de recibir todo tipo de insultos; Meg es rodeada por ellas y es severamente agredida; Kayla por su parte, por miedo no hace algo por ayudarla. Tiempo después, tras una larga recuperación física y anímicamente; Meg viaja a un resort para acompañar a Lizzie a su boda; ella tiene una amistad de años con Cam y Ruth, quienes serán sus madrinas de honor, junto a Kayla.
Tras un tiempo considerable sin verse, las amigas deciden pasar juntas el último día de Lizzie como soltera y para ello se dirigen hacia una playa virgen, pero por un incidente ahora estarán a merced de la fauna marina en un lugar inhóspito, donde los lazos de amistad se fortalecerán o se separarán por completo.
Si bien “Jaws” en 1975 no fue la primera película sobre tiburones que atacaban a las personas o que ponían en riesgo a toda una población costera; sí fue la que puso de moda a los escualos, lo peligrosos que podían llegar a ser para toda una sociedad o incluso estar sedientos por aniquilar a cualquier especie o humano, cerca de lo que ellos consideraban su territorio.
Infinidad de filmes desde los que cuentan con un gran presupuesto a los que se hacen de manera independiente o amateur; han tenido como eje principal las consecuencias de viajar a lugares exóticos, en medio del mar u océano, que por una u otra causa quedan a la deriva después de sufrir un accidente o por un descuido las personas son abandonadas a su suerte; teniendo que afrontar los mareos, las inclemencias del tiempo, ya sea por las tormentas o el intenso calor y por ende la deshidratación, así como sortear los peligros propios de la naturaleza marina.
En el caso de “Carnada”, tiene muchos elementos de lo que se ha visto en películas como “Mar Abierto”, “A 47 metros” o “Miedo Profundo”. Pero lo que le da un toque de frescura es que las escenas con los escualos, son más realistas; ya que realmente le da credibilidad a un ataque de tiburón, en donde no siempre se ve la aleta dorsal. Estos animales por curiosidad se acercan a los humanos, para tocar o tener cierto contacto, saber qué es lo que está en el agua dan algunos mordiscos y es la sangre lo que los atrae; pero es simplemente por el instinto de alimentación.
Lo que no favorece a la película es su historia; los personajes están llenos de clichés, desde un inicio ya que se presenta la premisa y vas conociendo a cada una de las actrices a sus personajes; te puedes dar cuenta quién va a sobrevivir y el por qué. Además de que como ya es costumbre o se ha vuelto trillado está la chica que se pone histérica, la que quiere ser empática o positiva ante una situación adversa, la que sólo está ahí para ser la víctima, la que llega a ser molesta o desesperante por sus gritos o quien fue a un lugar playero y no sabe nadar, además que siempre hay algo que se pretender dejar en secreto, pero por vivir un accidente inesperado, todo poco a poco se empieza a revelar.
Pese a ciertas cosas negativas, es que “Carnada” tiene la duración justa y necesaria, ni hay cosas rebuscadas o material absurdo y de relleno, es obvio que todo se va a centrar o enfocar en la relación, en el vínculo sentimental entre Meg y Kayla. Porque como suele suceder en muchos casos, son estas experiencias adversas e inesperadas las que sirven para fortalecer o romper por completo la amistad o el romance entre alguien.
A destacar que “Carnada” o como se debería haber estrenado bajo su título original “Algo en el agua” es un filme preponderante donde se muestra la fuerza de las mujeres, donde ocupan los puestos más destacados de la producción; empezando con que resulta ser la ópera prima de la directora Hayley Easton Street, la productora es Julie Baines, el guion corre a cargo de Cat Clarke, hay 5 actrices en pantalla cada una mostrando un rango actoral distinto con el que el público se puede sentir identificado y la música la realiza Nainita Desai.
