23 Festival de Cine Alemán: «Corre, Lola, corre» (reseña)
Muchos catalogan al amor joven como ingenuo, por no decir estúpido, donde quizás el ejemplo más sonado sea la visión shakespeariana que engloba «Romeo y Julieta». Para otros el amor joven en realidad es el más franco y noble.
«Corre, Lola, corre» (Lola rennt, 1998) es una cinta de acción con toques de comedia y romance; dirigida por Tom Tykwer, considerada por muchos la mejor película del director, sobre una chica que esta dispuesta a todo por salvar a su pareja.
Al enterarse que la vida de su amado Manni (Moritz Bleibtreu) esta en peligro por el extravío de un dinero. Lola (Franka Potente) tiene 20 minutos para ayudarlo; por lo que buscará a cualquier forma conseguir ese dinero. Extrañamente tendrá varias oportunidades, lo que se vuelve una repetida carrera contra reloj.
La historia que desarrolla Tykwer es muy rica en posibilidades, literalmente, pues el guion juega con las mismas a manera de efecto mariposa. Dejando en el camino varias interrogantes en torno al personaje de Lola y sus atributos que se perciben de orden sobrehumano; lo que es terreno fértil para la acción.
Entre líneas se puede ver, a pesar de ser una cinta cargada de acción, que también se abordan problemáticas adolescentes, como: padres que no prestan atención a sus hijos, en este caso una madre más al pendiente del teléfono y un padre que ni siquiera sabía que su hija tenía novio desde hace un año; el amar intensamente y dar todo en una relación, que es en lo que se sustenta las motivaciones de la protagonista; búsqueda de la independencia hacía los padres, pues Lola se siente sola: sin nadie, más que Manni; y más temas; que justo dan pie al romance y comedia.
En el apartado de romance, me parece que sucede un poco como con en El cuervo (The Crow, 1994) donde podemos ver que realmente no se muestra mucho en pantalla la relación entre ambos protagonistas; solo sabemos que existe dicha relación, pero por la forma de actuar, que solo explica un amor profundo, se termina por consolidar la idea que el vínculo de pareja es de lo más fuerte. Ya que nuestra protagonista no duda en sus acciones: importa más el fin, o sea, su pareja, e incluso este amor esta por encima del hacia su padre. Además, los no tan frecuentes momentos de humor son bastante hilarantes y sorpresivos: se caracterizan por romper la atmósfera del ambiente, que en general esta cargado de mucha adrenalina.
La construcción de personajes es muy asertiva; pues sabemos que los actos de ambos protagonistas son cuestionables. Sin embargo, se siente una empatía y conexión inmediata; debido a cosas que hemos descrito anteriormente como: sus lazos, personalidad, vida con problemas y más. Por otro lado, el diseño de Lola es sencillo en cuanto a su vestimenta y característico pelo; pero es muy identificable. Cada intento humaniza más al personaje y sus “derrotas” solo alimentan la curiosidad de cómo terminará esto.
La fotografía es muy llamativa debido a su estética dinámica con colores muy característicos y que además incorpora secuencias animadas. Desde los créditos de inicio nos deleitamos con una animación acompañada de una música que genera tensión. En las escenas siguientes vemos un juego con las distancias, los ángulos y la velocidad. Muestra de ello es cuando Lola esta al centro de la toma corriendo hacia en frente o cuando objetos de la cinta están en el aire en cámara lenta, al estilo de la icónica escena del hueso en «2001: odisea del espacio«.
Por otro lado existe un juego en la iluminación que va de la mano de los colores. Pues vemos que en el momento que el padre esta hablando con su amante: la fotografía toma una tonalidad más seria y enfoca mucho a ambos mirándose, un ejemplo de la importancia de las distancias, lo que crea una atmósfera de tipo romance de telenovela. Por otro lado, cuando se nos muestran flashbacks de Manni y Lola platicando, acostados en una cama y fumando, se ve una iluminación roja que busca marcar sentimiento de profundidad y pasión. Además de esta escena, hay un par de objetos importantes que también son rojos: el pelo de Lola y su teléfono. Lo que muestra una inclinación hacia ese color por parte del director; un recurso que probablemente busque expresar urgencia, alarma y peligro.
El trabajo de Tykwer tiene un apartado musical que va evolucionando; pues conforme se avanza el soundtrack tiende a ritmos más fuertes y frecuentes. Lo que acompañado con la fotografía dinámica es un mix ideal para la acción y el suspenso que establece.
«Corre, Lola, corre» es un clásico del cine alemán que a sus 25 años de existir sigue emitiendo mensajes vigentes y resonantes. Perfila en su protagonista una figura llena de feminismo con vínculos hermosos, capacidades extraordinarias y fuerza. Una historia de lo más emocionante que se adorna con una estética llena de colores, ritmos y dinamismo.
