«Alas Blancas»: el don de la amabilidad
Alas Blancas (White Bird, 2023) es la más reciente película de Marc Foster (director de Guerra Mundial Z del 2013 y Christopher Robin del 2018). Una narrativa que esta inspirada en un libro, White Bird, que a su vez es una especie de secuela y forma parte del universo de Wonder, ambos libros de la autora R.J. Palacio.
Después de ser expulsado por cometer bullying, Julián Albans (Bryce Gheisar) es visitado por su preocupada abuela, Sara (Helen Mirren), quién le contará una historia personal, sobre su infancia durante el holocausto judío, para darle una lección de bondad y humanidad.
En su niñez, Sara (Ariella Glaser), no era muy diferente a su nieto, le faltaba empatía por los demás. Julien (Orlando Schwerdt) era un chico con muletas, víctima de la polio, que nadie respetaba. Sin embargo, durante la persecución Julien va a poner en riesgo su vida para salvar a Sara; dándole refugio. Acontecimientos que harán que Sara valore a las personas más allá de su apariencia.
Si bien la cinta tiene una conexión con Extraordinario (Wonder, 2017), lo cierto es que no es requerido haberla visto o saber de ella, ya que se trata de una historia completamente independiente con personajes nuevos. Aunque existen ciertos paralelismo con la primera, son únicamente en el mensaje.
En los momentos más intolerantes de la Francia, ocupada por los nazis, de ese tiempo se vivieron los actos más inhumanos, pero también más esplendorosos por parte de aquellos que apoyaban a los perseguidos a costa de poner en riesgo su propia vida. Un símbolo muy poderoso de la empatía y amabilidad.
El vínculo que se forma entre ambos niños termina por entretejer un romance. Es aquí que la cinta se viste de momentos mágicos propios de la inocencia de los protagonistas; en donde pese a la penumbra aún se puede cohabitar con gratos momentos.
La parte histórica es otro aspecto destacable de la cinta, pues arroja guiños y referencias a aspectos reales de la época. Se ve el papel que tuvo la propaganda anti-judía que era impartida en todos los niveles, desde obras de teatro con títeres para los infantes hasta películas doctrinantes: en donde estudiantes se unian a las filas militares impulsados por estas creencias implantadas. Además de otro dato revelador que un discapacitado, como Julien, y un judío, como Sara, eran tratados con el mismo desprecio.
Si alguien acude a la sala de cine a ver esta película esperando saber más respecto a qué pasó con los personajes de Extraordinario, debe advertirse que no encontrará eso. Lo que sí, es que si busca una historia del estilo de aquella película del 2017, la encontrará.
Algo que no se puede pasar desaparecido es que el tiempo que ha pasado entre cintas es notorio, pues el actor Bryce Gheisar se ve muy diferente físicamente aunque en la línea temporal de los sucesos de ambas películas no ha pasado tanto tiempo. Aunque esto solo es un detalle visual, pues las actuaciones se aprecian correctas, ya que logran transmitir bastante.
Alas Blancas nos alienta a no dejar de ser amables y reconocer el verdadero valor de las personas fuera de su apariencia, mediante una enternecedora historia protagonizada por dos niños durante la Segunda Guerra Mundial. Que al estilo de Extraordinario encantará a la audiencia.