Memorias de un Caracol (Reseña)
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El dolor y la belleza de soltar y seguir adelante.
Se insiste: el cine de animación ha sido uno de esos oasis de creatividad y calidad, de nivel elevado que solo consolida su lugar como uno de esos epicentros que logran conmover a todo tipo de público.
Al anunciarse la lista de los nominados a los Oscars 2025 había un título que causaba curiosidad y expectación. Una cinta australiana de stop motion y a cargo de Adam Elliot, una de esas voces que tarda en traer sus nuevos proyectos pero que cuando llegan son simplemente obras que quedan en la mente del espectador, que ocupan un sitio en esas listas de imperdibles de las últimas décadas.
Curiosamente, una nueva nominación llega más de 2 décadas después de su triunfo en los Oscars 2004 con su estatuilla a Mejor cortometraje animado por Harvie Krumpet.
La vida de Grace, una chica a la que le gusta coleccionar caracoles y las novelas románticas, se desmorona tras la muerte de su padre. Poco a poco, Grace aprende a rehacerse, ganar confianza en sí misma y mirar la vida con valentía.
Algo que sorprenderá a más de uno es la carga de humor ácido y oscuro con una historia trágica que conmueve por la gran conexión que se genera entre espectador y personajes. Es indudable que lo que sucede en pantalla, aunque en apariencia un tanto estrambótico y surreal, se puede entender y hasta tomar como propio por esa carga de crudeza que evita que existan esos espamos de fantasía de felicidad artificial.
Como la vida, el guión de Adam Elliot tiene momentos complicados, aprendizajes dolorosos, retrospectivas a lo que se tenía y que llevan a comprender el peso que personas, momentos o circunstancias poseen, episodios que han llevado a cada uno a ser quienes son, a enfrentar con más esmero los obstáculos que llegan siempre.
Memorias de un Caracol es un ejercicio creativo y espectacular en lo que respecta a la importancia de la historia. Su diseño un tanto grotesco de personajes, lejos de la pulcritud que a veces existe en la animación, se amolda perfecto con el tono frontal a la vez que duro de un relato que nace, crece y se desarrolla a través del dolor.
La forma es peculiar, extraña con una belleza única. Todo esto sirve de trasfondo y escenario para confeccionar una autobiografía que tiene sus momentos de mayor impacto en sucesos que son tan universales como cualquiera de los que se viven día con día pero es justo esto lo que hace increíble la manera en que puede mover a todo tipo de espectador.
La música es perfecta para ilustrar las emociones que se experimentan, con cuerdas y ese espectro de melancolía a la vez que reflexión. Esto complementa una animación espectacular, una que saca lo mejor de su técnica, con escenarios únicos y que todo elemento tiene mucho más que contar de lo que pueda parecer.
Algo que también impacta es la cantidad de temas que aborda en sus 94 minutos. El amor propio, la relación entre individualidad con el «yo» en comunidad-familia, la muerte, los lazos familiares, la belleza, el autorrespeto hasta el rostro más terrible de los dogmas (tanto las creencias religiosas como la filosofía de vida), se abordan con una mezcla de seriedad y sus toques de comedia negra, sin llevar esto a la caricatura en la que se suele caer.
El ritmo es ágil, la cinta se disfruta y conforme pasan los minutos, el espectador transita por todo tipo de sentimientos y reflexiones. Hay de todo tipo de secuencias, una analogía a que cada camino vital se puede transitar de maneras inesperadas pero siempre con el común de poseer sufrimiento, felicidad, tristeza, dolor y, si se tiene suerte junto al valor para salir de los baches en los que a veces se caen por acción propia, de luz en medio de las tinieblas.
El elenco de voces en idioma de origen es inmejorable al contar con nombres como Sarah Snook, Kodi Smit-McPhee o Eric Bana, labor que se ha trasladado de manera entregada con un cast de doblaje lleno de pasión. Cassandra Ciangherotti, Magda Giner, Emilio Treviño, Javier Ibarreche, Germán Fabregat o Raúl Anaya son dirigidos con maestría por parte de Leyla Ra
Porque como sucede con los caracoles, debemos seguir adelante, a veces con la necesidad de salir de nuestro caparazón para encontrar un nuevo hogar, ligeros de todo el dolor pasado.
@unpluggednews Tuvimos la gran oportunidad de ver #MemoriasDeUnCaracol , una hermosa película australiana que está nominada a Mejor Película Animada en los #Oscars2025 ??? @Emilio Treviño @Javier Ibarreche Cassandra Ciangherotti @StiviDeTivi y @LeylaRangeloficial estuvieron presentes en la premiere ? Gracias a @CineCANIBAL por la invitación Cobertura de @Jofemelu #Cine #Animación #EmilioTreviño #JavierIbarreche #Doblaje #CinetecaNacional #Premiere #Oscars
? Memoir of a Snail – Australian Chamber Orchestra & Jane Sheldon & Elena Kats-Chernin