Buladó: el vuelo de Curazao hacia los Premios Óscar

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Buladó, la película Holandesa que competirá en la 93° edición de los Premios de la Academia bajo la dirección de Eché Janga que nos muestra el dilema personal de una niña entre la tradición y la búsqueda de un mejor futuro.  

La historia se desarrolla en Curazao en la época actual, una isla situada en Sudamérica como territorio independiente perteneciente a Holanda. Es un país con una historia  llena de sangre, esclavitud e imposición cultural del occidente, donde hasta el día de hoy sobreviven las tradiciones y creencias propias de las religiones del Caribe.

Kenza, es una niña de 11 años que tras la muerte de su madre busca de su identidad entre las ideas de superación de su estricto padre que trabaja como policía y las creencias espirituales de su abuelo. Se encuentra en una encrucijada entre su entrada a la adolescencia, observar lo que es aceptado en la sociedad y su profundo deseo de seguir conectada a su madre.

Se trata de una película inspirada en las vivencias personales del director, el padre de Kenza, es el vivo retrato de su padre, el abuelo le recuerda a su tío y en Kenza ve a su hermana. Incluso, comenta que la protagonista iba a ser un niño, porque le sería más fácil hablar desde primera persona, pero decidió que era importante reflejar el machismo y las dificultades que atraviesa una mujer en Curazao.

Mi padre es originario de esa isla, mi tío igual y es un auténtico creyente de la relegión que me contaba historias. Mientras que mi mamá es holandesa. En Curazao se vive una mezcla con africanos por las lineas de sangre y es muy interesante la cultura y el lenguaje, comentó Janga.

Panel con Eché Janga y Amanda N’Duka

Janga menciona que el título Buladó significa “el vuelo de un pez”, un título que hace referencia a la búsqueda espiritual que viven los protagonistas dentro de la historia y una forma muy poética referente al realismo mágico muy característico de la región.    

La esencia de la historia, platica el director, gira en torno a que son tres generaciones que se necesitan mutuamente para comprender lo que son y hay que respetar los ideales de cada una.

Para mi es importante mostrar a las tres generaciones que tienen diferentes opiniones acerca de la vida. Que como en todas las familias hay peleas, pero finalmente son un equipo y se necesitan, por eso se deben de respetar.

Además, la película  ofrece guiños muy sutiles a la diferenciación que hay entre los descendientes de europeos que se divierten en sus campos de golf y lugares turísticos y los descendientes de esclavos africanos y caribeños que buscan una mejor calidad de vida.

En general la película está hecha con una delicadeza y un cuidado cautivador, la fotografía y la edición nos permite observar tanto los difíciles escenarios en los que crece Kenza en medio de un cementerio de autos, hasta la determinación en sus ojos para encontrar quién es ella. Las escenas que le dan ese toque espiritual conectado con la religión, no caen en la exageración y el sonido se presenta como  complemento adecuado en el ambiente para la reflexión sobre este dilema personal.   

Las actuaciones son una de las partes más destacadas, con el debut de Tiara Richards en el cine, que nos regaló un personaje infantil con un poder auténtico. Everon Jackson Hooi (padre, Ouira y Feliz de Rooy (abuelo, Weljo ) son grandes actores que mostraron una buena sinergia con la pequeña Kenza y el reflejo de las diferentes creencias en la isla con el respeto que merecen.     

Esta película es la primera propuesta Holandesa en idioma papiamento que llegará a los Óscar y la segunda producción del director. Janga enfatiza su emoción de que el mundo ponga los ojos en una historia de Curazao.

Curazao es un país con muchos problemas y que se coloque en el mapa a través de los Oscar es algo enorme.

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