Urinetown regresa a las tablas con un prolífico reestreno. Tras dos años de ausencia, la obra original de Greg Kotis llega al Teatro Milán, de la mano de Ícaro Compañía Teatral, compañía independiente con base en Querétaro, México y que, desde 2017, se ha encargado de darle vida al ya clásico de Broadway.

La divertida obra plantea una sociedad distópica (cada vez con más posibilidades de realizarse en nuestra realidad), donde, después de una crisis sanitaria que acabó con gran parte del agua en el mundo, la comunidad tiene que pagar un impuesto para poder hacer del baño, debido a la escasez. Impuesto que cada vez resulta más difícil de pagar para los habitantes del Public Amenity #9.

Vuelve Urinetown, el musical para orinarse de risa - Grupo Milenio

Miguel Septién retoma su papel como director que ya le ha valido premios de la ACPT como director y como mejor obra en los últimos años. A él mismo, Memo Sánchez, Lalo Siqueiros y Andrea Biestro se le unen para retomar los papeles que vienen haciendo y perfeccionando desde 2017, donde se les ve naturales en sus roles.

Urinetown nos deja claro desde el principio que no es un musical que busque complacer a todo el mundo. El Oficial Lockstock (Lalo Siqueiros) es el encargado de narrar el espectáculo y rompe constantemente la cuarta pared para darnos suficiente contexto de lo que está sucediendo. 

La única persona con la que él interactúa directamente al momento de narrar es con la Pequeña Sally, interpretada por Lili Rojas y María José Bernal. La Pequeña Sally parece ser la única que se maneja con cordura a pesar de su corta edad y la inocencia que despliega. La Sally de Rojas logra mantener la jovialidad de su personaje y con una enternecedora voz nos hace olvidar que, en realidad, es una adulta. Entre Sally y Lockstock hacen delicias con las referencias que comparten al hecho de que un final feliz no les dará audiencia o que nadie tradujo el nombre de la obra.

Urinetown, regresa el musical que sorprendió a todos

Urine Good Company es la empresa que se dedica a la regulación de los baños públicos. Con cuotas cada vez más altas y un pueblo asustado por romper las reglas y ser enviados a Urinetown (que resulta ser la muerte), Cladwell B. Cladwell (Felipe Reyes) lidera a la compañía y con la llegada de su hija, Hope Cladwell, el tirano líder siente que ha cumplido con todo lo que se ha propuesto en la vida.

Hope (Carolina Reyes y Caro Vélez) es amable, ingenua y soñadora, y pronto se toparía con Bobby Strong (Memo Sánchez), quien trabaja para la Srita. Pennywise (Andrea Biestro), y ha visto de primera mano la crueldad con la que las personas, incluido su padre, han sido tratadas por la UGC. A pesar de eso, y sin saber realmente el origen de cada uno, ambos se enamoran. 

Carolina Reyes, al igual que Caro Vélez, hace su debut en este papel. Su imagen y la dulzura que le impregna a Hope nos hace constantemente sentir simpatía y empatía por su situación, a pesar de que se convierte en el arma secreta de la rebelión. Eso sin mencionar la pulcritud de sus interpretaciones musicales.

Conocer a Hope, motivó a Bobby a empezar una revuelta para que nadie tenga que pagar otra vez por usar un baño. Rápidamente, la obra se torna en una auténtica lucha de clases, porque mientras la revolución lucha por los derechos que creen que les pertenecen por ley natural, el séquito de Cladwell considera que lo único que han hecho es preservar la estabilidad de un moribundo y cada vez más seco planeta.

Urinetown tiene escrito musical por todos lados y, más allá de lo evidente, lo logra llevar a otro nivel. Ésta es una obra donde sus personajes están el 95% del tiempo cantando y bailando, lo que tiende a aligerar la acidez de lo profundo del mensaje que nos da la obra y, sobre todo, aliviar las situaciones de estrés a las que se enfrentan los personajes. 

Regresa “Urinetown, el musical” de la compañía Ícaro Compañía Teatral al Teatro Milán | Fernanda Tapia

Las coreografías corren a cargo de Arantza Muñoz y cada movimiento hecho por estos actores se nota perfectamente cuidado y sincronizado. Los bailes y la música que entonan le agregan color a un diseño de escena que juega con tonos cafés y grises, y que hasta parece que le tomó inspiración a Mad Max (no solo en lo distópico/post apocalíptico) en cuanto a cómo debe lucir un universo en crisis.

Aún cuando parece que han jugado con nosotros y que la puesta en escena sí tiene un final feliz, Urinetown nos demuestra que nada es ideal y que por más buenas intenciones que podamos tener para hacer un cambio, a veces, el malo sí tenía razón. Urinetown se presenta en el Teatro Milán los viernes, sábados y domingos del 15 de mayo al 26 de junio.

 

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