Maestro: Bradley Cooper y una mirada personal a Leonard Bernstein
La vida de Leonard Bernstein (1918-1990) ha sido objeto de atención tanto por su destacada carrera como compositor como por su vida personal de peculiar existencia. No cabe duda, el «Maestro» tiene un lugar asegurado en la historia de la música y la cinematografía debido a una iconicidad que incluso inspiró a Michael Stipe de R.E.M. para su clásico ‘It’s The End Of The World», con mención especial en su letra.
Teniendo en cuenta esto, Bradley Cooper continúa su ascendente carrera como realizador con Maestro, una de las apuestas fuertes de Netflix para esta temporada de premios, con méritos técnicos, de guión y por su puesto de dirección.
Maestro se centra especialmente en dos bases que transcurren en paralelo: la trayectoria de Bernstein y su historia de amor con la actriz Felicia Montealegre, quién además de su esposa fue una de las inspiraciones tanto para sus composiciones como para seguir adelante.
Cooper junto a Josh Singer tienen delante un reto mayúsculo al tratar de darle balance a estos aspectos en una película de más de 2 horas. El resultado: un largometraje que le da más peso a la inestable faceta amorosa de «Lenny», en la que se comprueba que en el «devoto esposo» había un complejo vínculo con Montealegre a la vez que con la dualidad entre el amor hacia las personas pero altas dosis de depresión que el musico tenía .
Esta decisión de darle mayor peso al plano sentimental del legendario personaje, aunque promesa cumplida por parte de su director, pierde una oportunidad de trastocar un estilo de películas que podrían darle mayor luz a la parte musical, a la parte de la elaboración y composición de piezas. Lo anterior se asemeja un tanto a Tár (2022), en la cual vimos una propuesta con potencial audiovisual que se quedó en un retrato a través de lo musical, rubro que es de gran calidad.
A este último habrá que destacar y celebrar por la gran manera en la que se ha ejecutado a la vez que montado. Se nota bastante la experiencia del Cooper cineasta para manejar un lenguaje cinematográfico ágil, con el uso de todo tipo de recursos en la fotografía, movimientos de cámara y hasta de trazos que los actores (siendo el mismo quién lleva la cinta) siguen para regalar secuencias en las que se ve la pasión así como el genio de Leonard (mención especial a la secuencia de la catedral, simplemente genial).
Sin duda, el también protagonista ha sabido hacer de los 129 minutos una cinta que tiene un buen equilibrio en el ritmo, con una fotografía deslumbrante, un diseño de producción que transporta a las diferentes épocas y que también hace participe tanto a las canciones seleccionadas ( de las bandas Tears For Fears o R.E.M., por eiemplo) como a la propia partitura del verdadero Bernstein.
En cuanto a las actuaciones, cada uno de los presentes da lo mejor de si, pero hay que destacar especialmente a Carey Mulligan y al propio Bradley Cooper. En el caso de Mulligan, es innegable que ella es responsable de que lo emocional crezca, también que ha sabido transmitir la química correcta con el principal y es también que con un maquillaje excepcional que el paso del tiempo sea convincente (se ve un cambio palpable hasta en la voz conforme pasan los años).
Mientras que de lado de Cooper, se nota que ha dado todo y ha sabido hacer su tarea al investigar los manerismos, la manera de hablar e incluso la forma en la que dirigía la orquesta Bernstein. También se debe reconocer que al tener la responsabilidad de producir, escribir y dirigir, el actor conoce a detalle los tonos que debe llevar cada escena, entregando una actuación que estará peleando los principales reconocimientos en el año.
Aunque la cinta no es una obra maestra y que quizá caiga en algunos clichés de películas de este estilo, lo cierto es que Maestro ofrece un largometraje de calidad que lleva al público general la vida de un auténtico genio cuyo legado aún es relevante. Una celebración que pese a que requería de mayor música a plenitud si que da lugar a una faceta que humaniza a Leonard Bernstein.