El Libro de las Soluciones: entre la obsesión, la creatividad y la salud mental
¿Qué tan clara es la línea que separa a la pasión desenfrenada del caos mental más explosivo? Sin duda, cuando se investiga a los grandes genios creativos la respuesta se alza cual monumento: se disuelve, se hace difusa, ambos lados se confunden, se alimentan. Las consecuencias van desde crisis que sacan traumas profundos que pueden desencadenar que la persona toque fondo o se vaya hundiendo en una espiral de frustración mortal.
Además, quienes componen el entorno del atormentado personaje sufren sus episodios emocionales, pero al mismo tiempo, si sale bien la movida, se sorprenden por los resultados que se salen muchas veces de lo establecido, que surgen del aparente sinsentido y de una mente con una mirada distinta, en ocasiones distorsionada.
Este viaje que corresponde a la disyuntiva inicial es la base en la que Michel Gondry construye su más reciente filme: “El Libro de las Soluciones”, una propuesta arriesgada (como es sello del realizador francés) que fue una de las apuestas fuertes en el 27° Tour de Cine Francés y que llega en un contexto en el que la salud mental posee especial foco, con generaciones que han tomado consciencia (a veces con la seriedad debida, otras como simple justificación a su accionar).
Marc, un excéntrico director de cine, ha recibido una dura noticia: su más reciente producción ha sido rechazada por la productora debido a su carácter difuso. Sin pensarlo mucho, el realizador decide huir junto a Sylvie (su asistente) y Charlotte (su editora) a la casa en el campo de su entrañable tía Denise para terminar de montar su película. En aquel lugar de su infancia y alejado del control tanto de ejecutivos del estudio como de sus medicinas, Marc vivirá un torrente de ideas que lo llevarán a enfrentar sus traumas del pasado, dando como resultado la redacción de su “Libro de las Soluciones”, guía de consejos prácticos que bien podrían encaminar su vida.
Para esta producción Gondry (el mismo director de la icónica “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” o del espectacular documental sobre Noam Chomsky «Is the Man Who Is Tall Happy?”) decide apostar por una historia que lo toca de cerca como lo es la realización de proyectos que salen de lo establecido y van contra la rentabilidad de la industria. Es a través de esto que el director francés aborda las dificultades emocionales que nacen de una presión impulsada por la obsesión, los traumas no resueltos, pero sobre todo la importancia de la estabilidad psicológica no solo para llevar a cabo los objetivos, sino que encontrar un balance con las personas tanto cercanas como externas.
Si bien hay una trama central que es la relativa al proceso de edición de la película, lo cierto es que Michel Gondry aporta algunas subtramas que ayuden a establecer al protagonista. Para esto, el cineasta no hace uso de flashbacks sino que decide utilizar conversaciones, secuencias un tanto experimentales y hasta los tics de Marc para conocerlo completamente.