Kill, masacre en el tren
El amor de una pareja lo puede todo, incluso vencer las adversidades, sobreponerse ante una tragedia, cobrar venganza y hacer justicia.
Tulika es una joven atractiva, hija de Baldeo Singh un poderoso magnate; sostiene un noviazgo en secreto con Amrit un oficial del ejército. Como éste no tiene un gran capital y al desconocer la relación con su hija; Baldeo organiza un matrimonio por conveniencia con alguien a quien ella no ama. Al enterarse de esta situación Amrit decide ir por Tulika, acompañado por su compañero Viresh sin importar las consecuencias. Amrit y Viresh se infiltran en un tren donde Tulika y su familia viajan rumbo a la boda; una vez ahí los enamorados se encuentran en uno de los vagones, se juran un amor verdadero y profundo, deciden fugarse en la noche, para que nada ni nadie los pueda separar ni en vida ni en el más allá. Sin imaginarlo, en ese mismo tren hay toda una banda de delincuentes que sólo buscan hurtar a los pasajeros, para obtener un gran botín. Las cosas se salen de control, uno de esos atracadores hiere mortalmente a Tulika ante la mirada impotente de Amrit, quien ahora no descansará por vengar a su amada.
“Kill, masacre en el tren”, está basado en un caso real ocurrido al propio director del filme, durante sus años de escuela; él se tenía que desplazar en tren desde su ciudad natal hasta la capital de la India. Todo este trayecto lo hacía en tren, en el que pasaba muchas horas y una noche mientras casi todas las personas dormían, fueron atacadas por ladrones, despojándolas de sus pertenencias. Este hecho quedó grabado en su memoria y para exorcizar sus demonios, eso que había guardado por cierto tiempo; decidió plasmarlo en un filme que no sólo se reflejara ese hurto en una en aparente pacífica noche de descanso, que fuera más allá y donde hubiera también una historia de amor.
Así como sucedió con el filme hindú “RRR” de la región télugu, dirigido por S. S. Rajamouli en el 2022; que se hizo muy popular y viralizó por sus coreografías de baile, sobre todo “Naatu Naatu”; es de esas películas a las que la mayoría del público asocia con el llamado “Bollywood”. En el caso de “Kill” dirigida por Nikhil Nagesh Bhat, es una película representativa dentro del idioma hindi y muestra a la perfección lo que se ha logrado en cuanto a secuencias de acción se han realizado en la India. Donde todo es sin parar, no hay tantos momentos de respiro para el público y las peleas se ven muy realistas.
El director de fotografía Rafey Mehmood, junto a los directores de acción Parvez Shaikh y Se-yeong Oh, así como los coordinadores de stunts Su-bong Lee y Young-hoon Shin. Es una muestra de cómo pudieron trabajar de la mejor forma posible tanto el talento de la India y de Corea; para ofrecer secuencias espectaculares, que hacen ver tan realistas los golpes, las patadas; así como el uso de distintos objetos que pueden utilizarse como un arma para defenderse o atacar. Algo como lo que se ha visto en filmes de Jackie Chan, pero sin caer en lo cómico.
Lo exagerado es que cómo después de una paliza tan terrible, la cual le hubiera roto cualquier tipo de huesos o simplemente zafarle los dientes al protagonista, éste con unas simples vendas sigue adelante con su venganza. Es como el caballero “Seiya, de pegaso” que sin importar la dificultad, la fuerza, la corpulencia de sus adversarios y que pese verse muy dañado continúa en la lucha logrando superar a quien se le ponga en frente.
Es de llamar la atención cómo cuando el público cree que ya vio todo, que ya ocurrió la gran tragedia que marca a los personajes centrales, después de los 40 o 45 minutos del filme aparece en pantalla el título y pese a que uno pudiera creer que va a finalizar así de golpe. Es sólo un momento de respiro y tal cual viene lo mejor, con muchos más momentos de acción y violencia explícita.
En “Kill, masacre en el tren” se muestra en pantalla cómo se pone en entredicho una creencia, una filosofía de vida por parte de los malhechores; quienes ya cometieron tal o cual acto, un crimen por doloroso que sea para los demás personajes; cómo esto les trae consecuencias a ellos, donde también tienen un código de honor y ya quieren poner un punto final, pero se ven obligados a seguir adelante por también haber perdido un familiar en el campo de batalla.