La mano peluda, el episodio maldito
Un joven buscará en los archivos radiofónicos qué sucedió realmente con su padre, un popular locutor; quien al conducir uno de los programas con más audiencia misteriosamente perdió la vida.
Realidad y Antecedentes.
En agosto de 1995 se emitió el primer programa de “La mano peluda”, a través de la señal de Radio Fórmula, el cual fue conducido por Rubén García Castillo; producido por Gina Avilés, Juan Ramón Sáenz y Nacho Muñoz. Si bien en su momento se trataba de emular lo que en antaño fue aquella gran radionovela de la XEW “Apague la luz y escuche” con la locución y narración del gran actor Artur de Córdova. Donde se relataban aquellos casos de terror con efectos de sonido en vivo, así sucedió en las primeras ocasiones; pero las historias, las leyendas ya muchas personas las conocían por lo que para darle un dinamismo distinto se abrieron los teléfonos, situación que hasta ese momento a altas horas de la noche no sucedía. Así que fue el mismo público el que se involucró para que despegara la popularidad de dicho programa.
El nombre de dicha emisión tiene mucho que ver con aquella sección que tenía a su cargo el locutor Víctor Manuel Barrios Mata, titulado “La mano pachona”; pero al considerarlo como de doble sentido se le cambió por “La mano peluda”; puesto que en distintas partes de la república mexicana, había historias sobre una supuesta mano con este tipo de característica que asustaba a propios y extraños.
A mediados del año de 1999, Rubén García Castillo dejó al lado su trabajo dentro de la conducción por problemas de salud debido a las desveladas; para no dejar caer el raiting que ya tenía entre los escuchas fue Juan Ramón Sáenz quien se quedó en su lugar y no era un puesto que desconociera, porque ya llevaba un tiempo en la locución como animador de “Los grandes de la salsa”, también de grupo fórmula.
Ya con Juan Ramón Sáenz al frente de “La mano peluda”, se dejaron atrás todos los efectos de sonido que entorpecían los relatos del público y que parecía más una burla. Se le dio toda la seriedad posible, así como invitar a la cabina a pastores evangélicos, sacerdotes católicos y cualquier otro tipo de especialista en la materia para tratar de auxiliar a los radioescuchas para que se tranquilizaran si estaban viviendo casos de posesiones demoníacas o de cualquier ámbito sobrenatural.
Fue así como a lo largo de los años dos mil que se supieron de los distintos casos, entre ellos el célebre relato de Katia una chica que vivió un tipo de posesión estando al aire; junto con el de un señor que pedía ayuda pues a su hijo le habían salido unas extrañas protuberancias en la frente; esto fue conocido como “Roberto, el niño con cuernos”; quien decía jugar con “el diablo a matar” y también durante el en vivo uno de los involucrados lo trató de calmar. Aunque nunca se volvió a saber de ellos.
Pero el caso más relevante, el que causó mayor terror, al que se le dio todo un seguimiento durante meses fue el de “Josué”, un joven que comentó que hizo un pacto con las fuerzas del mal, que éste a cambio de todo lo que quería tenía que ofrecer en sacrificio a uno de sus familiares; siendo así que decidió terminar con la vida de su abuela, mismo que terminó describiendo ante Juan Ramón, las personas de producción y uno de los pastores que estaban conectados a la otra vía telefónica. Siguió contando su historia cuando de pronto se empezó a alterar, gritando y hablando en distintas lenguas o un tipo de dialecto.
Pese a que esa noche todo terminó de manera abrupta, tiempo después se supo que esta persona gracias a la ayuda de Juan Ramón y el pastor entró a un monasterio donde lograron salvarlo y terminar con la maldición. Pasaron los años y en una de las emisiones del programa Extranormal, los condutores y productores lograron dar con el paradero de Josué, aunque prefirió no dar la cara ante las cámaras pidió que la entrevista se hiciera en un paraje remoto y que él sobre qué había ocurrido aquella noche que llamó a la cabina y quería también tener una charla con su interlocutor. La cita llegó según lo pactado, se llevó a cabo la entrevista sin ningún problema; pero días después de una manera inexplicable Juan Ramón Sáenz falleció, el pastor enfermó y poco después también murió, parte de la producción del programa de televisión también tuvieron algunos accidentes. A ciencia cierta se sabe que Juan Ramón tuvo una bacteria en el estómago y esto le provocó la muerte; pero por lo mediático que fue lo ocurrido con Josué, aún hay personas que aseguran él estuvo detrás de todo.
Puesta en escena y ficción.
En una habitación lóbrega con pocos muebles, algunos de ellos cubiertos con plásticos; se presenta J. R. Un joven que cuenta que él es hijo de José Ramón Sanz, conductor del célebre programa “La mano peluda”, lleva un tiempo tratando de investigar qué fue lo que pasó con su padre, por qué razón tuvo una muerte tan inesperada.
Todo esto debido a que cuando su padre murió, él aún era un niño y sólo ha escuchado la versión de su madre; quiere llegar hasta el fondo de dicho suceso, así como dejarle un testimonio a su hija; para que ella conozca su pasado y quién fue su abuelo, por qué razón era alguien tan querido por el público de la radio. Hay veces que esos secretos o misterios no deben salir a la luz, dejar que todo quede en una leyenda urbana. Porque llegar hasta el fondo de las cosas es adentrarse a temas muy oscuros y perturbadores, con todas las consecuencias que esto pueda traer para uno mismo o la familia.
Tomando en cuenta lo popular que fue a mediados de los 90 y todos los 2000 el programa de radio “La mano peluda”; José Manuel López Velarde escribe y dirige esta puesta en escena; quien para no tener problemas legales cambia los nombres de los personajes involucrados, incluso al estar montada en el teatro Ofelia hay ciertas referencias a “La dama de negro” puesto que también ahí se ha representado por mucho tiempo esta obra que ha marcado a generaciones.
Usando la escenografía a su favor, junto con otros elementos como son tener distintos dispositivos desde una grabadora de voz, un magnetófono una consola de audio de los años 90, una computadora de esa misma época, un antiguo tocadiscos; así como algo mucho más moderno como los smartphones, una laptop y unos audífonos. De manera brillante el director aprovecha todo esto para ir metiendo al público dentro de la ficción; aunque por el hecho de llamar a Juan Ramón como “José Ramón”, ahí se pierde un poquito; pero vuelve a elevar el nivel cuando se habla sobre el caso de “Josué”.
Hace creer que realmente lo que se va a ver sobre el escenario, las demás personas conectadas a través de la laptop van a presenciar en tiempo real todo lo que ahí se manifieste. Además con el simple hecho de que el actor Raúl Villegas, interpretando a J. R., pida que el público que se ponga los audífonos que están sobre los respaldos de las butacas, que cierren los ojos y que dejen fluir sus sentidos, que imaginen olores o que presten atención a sonidos de baja intensidad; hace que los espectadores vivan esa emoción, puesto que a lo largo de la puesta en escena se escuchan murmullos, susurros muy del estilo de las psicofonías.
Es un espectáculo inmersivo que hace que el público conecte con J. R., que se deje llevar por el relato y que entienda por qué razón José Ramón perdió la vida, cómo se involucró de más en un caso que en apariencia fue de una sola vez estando al aire durante una de las emisiones. Cuando esto va mucho más allá, lo que lo vincula a esto tiene otro trasfondo mucho mayor, con fuerzas sobrenaturales y pactos de sangre.
La obra se sostiene por sí sola gracias a la notable actuación de Raúl Villegas que pasa por distintos registros dentro de su repertorio como histrión, además es apoyado por distintos actores o actrices que interactúan con él a través de llamadas telefónicas, entrevistas grabadas en zoom que son mostradas por la laptop y escuchas las voces que quedaron atrapadas en uno de esas antiguas cintas de casstte.
Aunque por momentos pudiera remitir a esas películas sobre sectas, lo cierto es que “La mano peluda, el episodio maldito”, cuenta con un final completamente inesperado que dejará a más de un espectador impactado. Disfruten de esta obra hasta el 29 de diciembre en el teatro Ofelia de jueves a domingo.
Dramaturgia y Dirección: José Manuel López Velarde. Elenco: Raúl Villegas y Alberto Eliseo.
Productor: Gou Producciones.
Ubicación: Teatro Ofelia, avenida Thiers 287, colonia Azures, alcaldía Miguel Hidalgo. Fechas y horarios: Jueves y viernes a las 9 pm, sábado 6 y 9 pm; domingo 1 y 5 pm.
Temporada: Del 28 de noviembre al 29 de diciembre.