UNDERTAKER: THE LAST RIDE, el adiós inesperado de una leyenda de la lucha libre
El mundo de la lucha libre siempre ha tenido una mística especial alrededor de las leyendas que mediante este deporte espectáculo han conquistado los corazones de los fanáticos, rompiendo incluso las barreras del tiempo para volverse imborrables en su historia.
Ya sea en México, donde los nombres del Santo y Blue Demon, entre otros, trascendieron al grado incluso de formar parte de la cultura popular gracias a su participación en proyectos de cine, así como en Japón y en Estados Unidos hay nombres que han marcado legados importantes como el de Justin Liger, Ric Flair, entre otros, el pancracio siempre ha tenido esta manera popular de conectar con familias enteras y diversas generaciones.
En el monstruo internacional del mundo del wrestling conocido como la WWE (antes WWF), donde nombres como el de Hulk Hogan, Dwayne «The Rock» Johnson o «Stone Cold» Steve Austin han dejado marca en el camino a seguir, existía un personaje que salía desde las sombras para intimidar a cualquiera que se le pusiera en frente.
Con su caminar lento, su altura de poco más de dos metros, su vestimenta casi completamente de negro e inspirado en Michael Myers, villano estrella de la saga de terror «Halloween”, nació un gimmick que marcó a la industria con su pura presencia, su pasión por el deporte y el respeto que generaba. Ese era el Undertaker.
La mística alrededor de esta figura que duró poco más de tres décadas en la WWE era inigualable. Famoso por nunca romper su personaje, incluso estando fuera del show o en eventos con los fans, el Undertaker se convirtió en un pilar para la empresa luchística de Vince McMahon.
Sin embargo, todo legado llega siempre a su final y la historia del famoso «Enterrador» también tenía que descansar en paz. Pero para llegar a ello fue un largo proceso de años, mismo del que los fans pueden ser testigos en la serie documental de cinco episodios titulada «The Last Ride«, exclusiva de WWE Network.
Aquí, por primera vez en años, podemos ver al hombre detrás de la mítica figura y el traje negro, este oriundo de Texas de nombre Mark Calaway que se abre ante las cámaras para hablar de su carrera y la pelea más grande de su vida: decidir cuándo es el momento de colgar las botas, buscando un final perfecto para la figura del «Deadman» que tanto le dio en el gremio.
Desde el primer episodio somos testigos del factor humano que esta serie documental tendrá, dándonos un viaje introspectivo a la vida detrás del ring, donde acompañado de testimonios de su esposa, la ex Diva Michelle McCool, entre otros nombres del pancracio que van desde leyendas hasta nuevas estrellas, vemos la duda que Calaway tiene acerca de poner fin a su carrera, todo esto a partir de Wrestlemania 33 donde fue duramente derrotado por Roman Reigns.
Ese momento comenzó a provocar una sensación en Calaway de que los tiempos del Undertaker comenzaban a llegar a su fin. A partir de lo que rodeó ese momento, el viaje comienza y vemos esa constante lucha personal de Calaway que pareciera no querer dejar ir algo que tanto le otorgó durante más de tres décadas.
Otro gran punto de este documental es que emula momentos de sus lesiones, del dolor físico que este luchador tenía cada vez que durante los últimos seis o siete años regresaba así como la tremenda dificultad que era para él volverse a poner en forma, sacudirse el óxido del cuerpo y entrar en ritmo para poder dar lo mejor de sí y hacer bien a su compañero de lucha en todo momento, la entera vena de un profesional.
Incluso, el relato íntimo de Calaway plantea momentos interesantes como el gran storytelling detrás de esa rivalidad de cuatro años que involucró a Shawn Michaels y Triple H, conocida como «El Final de una Era» y su sentir acerca de cómo ese pudo ser el momento para decir adiós, así como esta visión constante de su relación con su esposa y el respeto que sus compañeros de oficio tienen con él.
Pero es el último episodio, cuando habla del reto de enfrentar a un luchador como AJ Styles y su match en el último Wrestlemania, donde la emotividad rompe a todos con una revelación final que, aunque algunos podrían haber esperado, resulta sorpresiva, al ver como Mark Calaway, este gran gladiador, admite que no hay más para él en el ring, marcando un final para una carrera llena de grandes logros, de mucho dolor y de un ser humano que siempre dio todo por los fans y su empresa.
Momentos emotivos como su relación con McMahon, las buenas y malas luchas en Arabia Saudita, los momentos cercanos a una lesión peligrosa (sobre todo en esa lucha contra Goldberg) y la relación cercana con su esposa e hija, hacen que la serie se sienta como una mezcla peculiar entre lo visto en la serie de Jordan y los Bulls, «The Last Ride» combinada con el drama de ficción bastante realista de Darren Aronofsky, El Luchador (2008), mismo que funciona en todo momento.
Así, este último viaje del Undertaker resulta ser un documento emotivo e interesante que nos muestra a aquel hombre que siempre tuvo la carga de ser un líder en un vestuario que siempre cambiaba, un luchador cuyo profesionalismo destaca como el de pocos, una leyenda que ayudó a formar a nuevas generaciones y enfrentó a grandes de su industria. Pero sobre todo, vemos por fin a ese individuo, a Mark Calaway, quien detrás del traje encontró al fin el adiós que él quería lograr para dejar descansar en paz a tremenda figura como lo fue el Undertaker.
Si quieren saber un poco más acerca de la carrera de este gran luchador, su pasado e incluso de esta serie documental, los invitamos a oír el podcast de Hyde’s Wrestling Stories, donde podrás escuchar más contenido acerca del mundo de la lucha libre.
Calificación: 9 / 10
