RFF: El Corazón del Mundo, la antonomasia de los animales

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La relación entre los seres humanos y los animales es tan antigua como la aparición del género Homo en el planeta Tierra. Hace 600 millones de años, aproximadamente, evolucionaron en los océanos los primeros organismos y, a partir de ahí, el desarrollo y la transformación de los animales ha sido impresionante.

El hombre moderno como lo conocemos ahora, apareció apenas hace 4 millones de años. Por derecho de antigüedad, pareciera que los animales tienen mucho que mostrarnos sobre el mundo, pues han sido el centro y la vida del planeta por mucho tiempo….

El corazón del mundo es un filme dirigido por la directora rusa Natalia Meshchaninova, acerca de un veterinario llamado Egor, (Stepan Devonin), quien trabaja en una granja y donde su tarea principal es cuidar de todos los animales que habitan ahí. Egor es solitario y triste, habla poco de su vida personal y le gusta convivir con la familia para la que trabaja. El joven de 25 años cree firmemente en la naturaleza y no se da por vencido si de salvar a un animal se trata. Empero, sus convicciones son puestas a prueba cuando activistas pro-animales acusan a la granja de maltrato animal y, por otra parte, sus problemas familiares lo alcanzan y lastiman.

No solo los temas pro-ambientales y consanguíneos están presentes en El corazón del mundo, ya que Meshchaninova también aborda el argumento de la libertad en la cinta, haciendo hincapié tanto en la de los seres humanos como la de los animales y, además, no la limita al aspecto físico sino también al espiritual y emocional. Por ejemplo, Egor es un personaje sumamente aturdido por sus recuerdos y su historia personal, y sus emociones están atrapadas y condicionadas por su pasado. Él no es libre a pesar de tener la oportunidad de caminar en el bosque y levantarse cada mañana para cuidar a sus cabras, perros y pollitos.

Por otra parte, los animales al cuidado de Egor han sido domesticados y son entrenados para ser presas y ser cazadores. El filme contiene escenas finamente elaboradas para recrear entrenamientos, en donde un zorro debe correr dentro de un túnel para escapar de la mordedura de un perro. Los perros que logran atrapar a los zorros con mejor habilidad reciben las mejores calificaciones. De esta forma, la película señala un evidente abuso animal pero, al mismo tiempo, enfatiza en las conexiones emocionales entre los zorros y los hombres, y cómo la domesticación coloca a los animales en un estado de vulnerabilidad, en medio de un mundo que, por antonomasia, les pertenece a ellos.

Otro aspecto interesante del filme son las atmósferas emocionales que envuelven a los personajes ya que, de alguna manera, todos están sedientos de amor y cariño. En algunos casos, esta necesidad está vestida de violencia, adicciones, berrinches o indiferencia, no obstante, estas carencias son visibles y los animales también se hacen presentes para aminorarlas. Este guion construye y da paso a diferentes puntos de vista del significado que tienen los animales en la actualidad, desde el aspecto primitivo hasta el más visceral.

El corazón del mundo con un bello y emotivo cartel, en el cual un bosque parece cobijar a un zorro, quiere sacudir al espectador de su cómoda posición en el mundo para ver más allá y entender la sabiduría que la naturaleza le ofrece, así como examinar emociones propias de los seres humanos, las cuales no los convierten ni buenos ni malos, sino en animales racionales e inteligentes, pero no por ello menos voraces, negligentes y violentos.

El Festival de Cine Ruso incluyó El corazón del mundo en su edición de 2020, y este y otros siete filmes pueden ser vistos, sin ningún costo, en la plataforma de streaming FilminLatino.

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