Una Corte de Alas y Ruina, un cierre momentáneo para la saga de ACOTAR

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Ha llegado el momento de hablar sobre Una Corte de Alas y Ruina, el tercer y, hasta hace unos años, último libro de la saga; afortunadamente Sarah J. Maas convenció a sus editores que valía la pena extender este relato porque aún tenía mucho que contar. Y fue una decisión acertada porque, como se ha mencionado en reseñas anteriores, se sienten algunos cabos sueltos que hacen que la narración se quede inconclusa. Pero no hay que adelantarse en el análisis. Primeramente, tenemos que hacer una breve recapitulación de los acontecimientos.

En Una Corte de Niebla y Furia, dejamos a Feyre dentro de la Corte de Primavera, dispuesta a destruir a Tamlin por todos los horrores que la había hecho pasar a ella y su familia, tanto a la de sangre como la “encontrada”. Recordemos que Tamlin no sólo ejerció una violencia física y psicológica en la protagonista mientras ellos tenían una relación amorosa. Además, decidió que la elección de ella de dejarlo y unirse a Rhysand, su compañero, no valía nada, por lo que se alió con el Rey de Hiberno para traerla de vuelta.

En el proceso fue traicionado por éste, cuya consecuencia fue que las hermanas de Feyre fueran capturadas y sometidas al poder del Caldero (un artefacto antiguo y de gran poder dentro de éste mundo), para ser convertidas en fae y que sirvieran como conejillo de indias para probarle a las reinas mortales que tal procedimiento era posible, y así formar una alianza con ellas para conquistar Prythian. Por ello, Feyre elabora un plan donde se ve obligada a vivir con el hombre que tanto daño le ha causado, y fingir que lo ama, todo con tal de destruir a su Corte desde dentro y, al mismo tiempo descubrir los planes de Hiberno, todo con tal salvar a sus seres queridos.

Los personajes de la saga ACOTAR, fan art de Charlie Bowater

Existen diversas opiniones respecto a este libro. Mientras que algunos piensan que es el mejor debido a que es el que contiene más escenas de acción, presenta una deficiencia; esa es que ya no se siente una evolución en el personaje principal, algo que no estaría del todo mal si no fuera narrado en primera persona, ya que el lector todo el tiempo se ve atrapado en la mente de Feyre, por lo que en algunos momentos se siente como más de lo mismo; la trama avanza, pero hay algo que impide que logres conectar con los personajes en comparación con los libros que le anteceden. Esto tiene como resultado que el final no tenga el peso que debería tener.

De igual forma, las escenas de guerra dejan un poco que desear porque Feyre no está del todo presente en ellas, situación que provoca que en algunas ocasiones las mismas queden inconclusas, no se logra trasmitir la emoción y la crudeza que deberían de tener sobre todo si se les compara con las escenas descritas en Reino de Ceniza, que es el sexto libro de la primera saga de la autora.

Respecto al desarrollo de personajes, simplemente no pasa, es más de Feyre y Rhysand teniendo su complejo de que son descartables, por lo que sienten la necesidad de sacrificarse una y otra vez. A pesar de ESO, ella lograr superarlo un poco, pero él definitivamente sigue y al parecer seguirá siendo Rhysand “madre Teresa de Calcuta”, porque no hace nada mal, es tan perfecto que irrita. Tal vez, la única excepción y eso a medias, es Morrigan (o Mor para los compas).

Feyre y Rhysand, ilustración de Charlie Bowater

ALERTA DE SPOILERS

Muchos estarán de acuerdo que su exposición como parte de la comunidad LGBTTTIQ fue algo forzada. No caigamos en malos entendidos, la inclusión siempre es bienvenida pero en este caso no se siente que se dé de forma orgánica. Pareciera como si la autora respondiera más a una exigencia del fandom que a una planificación. Eso, aunado al hecho de que para revelar ese hecho, hace un monólogo como de seis páginas un tanto sobrado. Ya mejor que haga un libro propio al personaje.

Qué decir del villano, posiblemente uno de los peores villanos desarrollados por esta autora. Es más plano que una tabla, a veces se siente muy “roto” y que está ahí con el único propósito de crear drama. Y es que se plantea que Rhysand es el Gran Señor más poderoso que ha existido en toda la historia de Prythian, y durante dos libros nos intentan convencer de que, de alguna forma, el Rey lo supera pero nunca explican muy bien cómo. Es decir, ¿el Rey de Hiberno era más poderoso que él o sólo es porque aprendió hechizos? y ¿cómo es que todos los Grandes Señores unidos, junto con sus respectivos ejércitos no son suficientes para hacerle frente a esta amenaza?

Dejando de lado esas cuestiones, hay que recordar a la persona más odiada por todos, Tamlin, el cual causa mucho conflicto, ya que sin él no se hubiera podido ganar esa guerra, no sólo porque él es quien trae a Feyre a ese mundo, sino también por las consecuencias de sus acciones posteriores, como que las hermanas de ésta fueran metidas dentro del Caldero y que Nesta robara parte de su poder, convirtiéndose así en un objetivo del Rey, para que eventualmente se enfrentaran y ella lo termine matando, deteniendo así la guerra.

Además no se puede olvidar que él ayuda en la resurrección de Rhysand, de muy buena gana, deseándole a Feyre nada más que felicidad. Sumando todo eso, parece ser que logra su arco de redención, pero con tres libros en un futuro y la mala leche que aparentemente le tiene Sarah J. Maas, se ve muy poco probable que tenga un final feliz.

A pesar de todo lo anterior, donde pareciera que su servidora está destrozando la saga, no es así. La saga de Una Corte de Rosas y Espinas (o ACOTAR por sus siglas en inglés), es una de las mejores con las que me he topado. La construcción de sus personajes a veces falla, pero eso no quita que sean de los mejores dentro de esta rama editorial. De ella no se puede esperar batallas épicas, a pesar de que aspira a ello, pero sí relaciones entrañables, que enseñan que con la ayuda de tus seres queridos y claro, un proceso interno de sanación, se pueden superar los obstáculos, que nunca es malo tener esperanza y formar parte de la Corte de los Sueños.

Por las estrellas que escuchan y los sueños que se hacen realidad”.

2 pensamientos sobre “Una Corte de Alas y Ruina, un cierre momentáneo para la saga de ACOTAR

  1. Este libro es el que menos me gustó. En vez de aclararme, me dejo mas enredada.
    Aviso de Spoilers
    Hay una escena donde Feyre le recrimina a Tamlin su «alianza» con Hybern y Tamlin tiene un ataque de ira y su magia se descontrola lastimando a Feyre, no es premeditado y estoy de acuerdo esta mal. En el meeting lords, Beron entre insultos y humillaciones le aclara a Rhysand que desconfianza de él y Feyre agrede fisicamente a Beron y a la Señora de la Corte Otoño (daño colateral) y esto esta bien porque el argumento de Rhysand lo dice; No me hagas gaslighting Sarah, te estoy viendo!!!. La escena del ouroboros así de fácil o Feyre no tiene consciencia. El trato de Feysand a Tarquin en la segunda visita, despotas, donde esta la diplomacia y protocolo? La resurrección de Rhysand sin daño o pérdida de poder, pero Amren si perdió su poder, no te parece esto misógino o patriarcado absoluto.

    1. Desde mi perspectiva el peor es el primero por el tema de las pruebas, porque neta estaban extra fáciles. Dejando eso de lado, no había visto eso del gaslighting, aunque últimamente sí que el fandom critica a Feysand, y tienen razón, todo lo que hacen está bien, son perfectos, nada más llega alguien y les hace lo mismo y lo cancelan.

      Fíjate que Sarah tiene esa fea costumbre de que las mujeres poderosas en sus sagas pierdan sus poderes, ellas siempre se tienen que sacrificar y eso es lo que más me ha molestado en sus historias. Ella es una mezcla rara, entre que lucha contra algunas prácticas machistas y por el otro muestra cosas que tienen tintes misóginos.
      Según es para demostrar que todo tiene un precio, el problema es que por darle todo el protagonismo a las mujeres se le olvida que los hombres también deben de «pagar».
      Su fórmula es: el héroe debe sufrir, por tanto, me queda o matar a alguien o quitarle sus poderes, y como a ella le gustan los finales felices… Dice mmm, vamos a hacerlas menos poderosas, al fin que tienen hombres que las cuiden, sí! ???

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