Relic, o el miedo a lo que depara la vejez
El ciclo de la vida es algo a lo que los humanos no nos acostumbramos del todo. Como especie siempre buscamos eludir la inevitabilidad de la muerte, la decadencia del cuerpo y el tener que decir adiós a los lazos que nos unen a este mundo material. Tenemos una vaga esperanza de mantenernos jóvenes y no tener que sufrir la caída del cabello, la reducción de estatura, la enfermedad y todo lo que la edad conlleva.
Natalie Erika James, joven directora australiana, decide tocar este tema de la muerte y la decadencia del cuerpo humano uniéndolo a la historia de una casa que parece conectarse con lo que viven las tres mujeres protagonistas en Relic, ópera prima de esta realizadora, que nos ofrece un relato dramático familiar con un particular elemento terrorífico.
Erika James proyecta un poco de su vivencia personal y la relación que tuvo con su abuela, que fue víctima de la enfermedad del Alzheimer, en este relato donde estas tres líneas generacionales se reencuentran debido a la breve desaparición y comportamiento extraño de la abuela Edna (Robyn Neuvin). Esto hará que Kay (Emily Mortimer), su hija y madre de Sam (Belle Heathcote) regresen a casa para enfrentar la situación y decidir que harán con ella y la extraña demencia que parece comenzar a sufrir.
Sin embargo, este descenso hacia el comportamiento errático y de locura por parte de la abuela de la familia parece estar ligado a la casa misma donde reside. Así, estas tres mujeres que representan diversas generaciones/edades se verán obligadas a enfrentar esta misteriosa y oscura presencia que parece rodear la vejez de Edna y los deseos contrarios de su hija y su nieta.
La cinta que llegará a México gracias a Tulip Pictures y que ha pasado ya por el marco del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, y del Mórbido Film Festival del año pasado llega al fin a carteleras de cine para enseñarnos que a veces, el terror no depende de los jump scares ni de los recursos más básicos del género, sino de un inteligente drama familiar que nos enfrenta a un miedo tan real como lo es envejecer.
La directora, que también coescribe el guión, va poco a poco desarrollando esta relación rota entre abuela, madre e hija donde las diferencias se acrecentan gracias a la decadencia de la que son testigos y de la cual ya no hay vuelta atrás. Esto genera esos conflictos difíciles en el seno de la familia, donde madre e hija discuten constantemente y tienen grandes diferencias acerca de cómo lidiar con la abuela.
Otro gran aporte es la ambientación y el diseño de arte del viejo hogar de la abuela, misma que juega con los arquetipos básicos de la casa embrujada en donde el terror gótico e incluso las influencias del horror japonés hacen presencia para dotar de un ambiente de tensión a las interacciones cada vez más frágiles y tensas entre la familia.
Si bien a la primera hora de la cinta podría acusársele de tener un ritmo un tanto cansino, este es necesario ya que trabaja todos los factores importantes en el terror como la atmósfera, las relaciones entre ellas y los efectos inexhorables de la vejez para detonar en una última media hora donde el horror del relato brota con todo para dejar una moraleja final que mas allá de provocar miedo, nos enfrenta con un lado muy emotivo acerca de nuestro eterno miedo por envejecer.
Es así que la mayor virtud de Relic es encontrar esta mezcla adecuada de atmósfera y desarrollo del lado humano de la situación al confrontarnos con el abandono, la soledad y el lado más desgarrador de volverse viejo e irse olvidando a uno mismo y de cómo uno, como familiar, se rehúsa a enfrentarlo aunque el destino final de todos sea el mismo.
Sin duda, Relic es una pieza que se une a otras obras de la ola del nuevo terror ‘de arte’ y que coloca a la joven Natalie Erika James en el plano del género junto a otros nombres destacados como el de su compatriota Jennifer Kent, Ari Aster, y otros autores que han demostrado que a veces el terror se presenta de formas o miedos mucho más reales de los que imaginamos.