Another Round, una personal celebración a la vida que el mundo comparte (reseña)

Hemos corroborado la fragilidad de la humanidad este último año, pero a pesar de los momentos de depresión, tristeza y miedo, terminamos apostando por disfrutar el estar vivos. Druk (en su título original danés), película dirigida por Thomas Vinterberg es la celebración a la vida que estábamos buscando. 

La premisa parte de la teoría del psiquiatra y escritor noruego Finn Skårderud que dice que los humanos nacemos con un déficit del 0.05% de alcohol y que si lo compensas podrás ser la mejor versión de ti mismo, más asertivo, tranquilo y sociable. Cuatro profesores ( interpretados por Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang y Lars Ranthe) deciden comenzar a beber de manera moderada a lo largo del día para cumplir con ese 0.05% como un experimento. Vieron que resultaba favorable, así que decidieron ir aumentando su consumo. 

Vinterberg no busca presentar una película moralina sobre lo malo que es beber alcohol en exceso, lo que vemos es un juego entre cuatro amigos que se sale de control, pero con ello rescatan ese valor para vivir que habían perdido entre la rutina de la vida adulta, frases de filósofos existencialistas, el desdén de su familia y la apatía del mundo.

En una entrevista, Guillermo del Toro le pregunta al protagonista sobre el proceso de preparación para actuar a un hombre ebrio, si tuvo algún nivel de dificultad y cómo fue la compenetración con sus compañeros. 

“Entre nosotros logramos tener una relación muy cercana lo cual nos dió la confianza para ejecutar este papel, pero más allá de interpretar las fases que pasas cuando estás borracho, nosotros lo concebimos como el nivel de libertad. En el exterior lo que ven es un hombre con movimientos torpes y acciones que no tienen sentido, pero para el interior del personaje es sentirse libre”

Comenta Mikkelsen. 

Con escollos de la hoy perdida vanguardia del Dogma 95 que buscaba la salvación del cine de los costosos efectos especiales y las historias de fantasía para mostrarle al público un filme auténtico, Another round (título en habla inglesa) presenta planos en movimiento como si la cámara estuviera en mano, la toma se abría en esos momentos de libertad y euforia, mientras que se cerraba para mostrar al personaje enfrentarse a la realidad cuando está sobrio. 

Para los amantes de los detalles en los que descubres cosas que no están al azar, podemos escuchar la música de Schubert y Tcharkovsky quienes tuvieron problemas con el alcohol y de Chopin con su corazón que se conservó en un frasco lleno de coñac. De forma más evidente la escena de Mikkelsen mostrando que los líderes mundiales que admiramos tenían una fuerte relación con el alcohol o cuando un estudiante presenta un examen sobre Søren Kierkegaard.

Druk significó algo más que un festejo de la vida, para Vinterberg representa el profundo amor a su hija Ida, que perdió la vida cuatro días antes de empezar la filmación en un accidente automovilístico provocado por un conductor que se distrajo con su celular. La joven de 19 años iba a ser parte de la película y la trama consistía en hablar cómo la historia del mundo cambiaría sin la presencia del alcohol, idea en la que había colaborado Ida. 

Puede que al inicio de la escritura arrancara por ahí. Sin embargo, el guion superaba la mera provocación. La película no intenta vender alcohol ni trata de demonizarlo, porque igual que desinhibe y ayuda a las conversaciones y a socializar, también destruye familias. Además, la muerte de mi hija me confirmó que debía rodar una celebración de la vida. Hablo de elegir tu vida, tomar tus decisiones

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Sobre el miedo que tenía Vintenberg por cómo el contexto afectaría el recibimiento de su película, sus premios como la mejor película, mejor director y mejor actor en El Festival de CIne de Londres, European FIlm Awards y el Festival de Cine de San Sebastián, cambiaron su perspectiva sobre este mal momento por el que atraviesa la humanidad. 

La amistad que guarda con su equipo de producción, con los actores y su coescritor ( Tobias Lindholm), sumada a la capacidad de Vinterberg de transformar este oscuro momento de su vida en una obra tan personal que logró un despertar general, hicieron que en lugar que se quedara como un mal recuerdo de lo sucedido, se terminara de manera exitosa y llegara a la nominación para los Premios Oscar como mejor director y mejor película extranjera.

Una pregunta que nos queda con la película es ¿qué tanto hay de cierto en que con un consumo moderado de alcohol en nuestra vidas, seremos mejores? Suena como una gran idea, estar continuamente en ese estado de felicidad como cuando compartes una cerveza con tus amigos, pero nada de esto tiene sustento científico. Skårderud señaló en el portal Psykologisk que «Nunca he formulado dicha teoría, pero sí he sido entusiastamente tergiversado». su supuesta teoría fue parte de un prólogo que escribió en el año 2000 como introducción al centenario libro On the psychological effects of wine de Edmondo de Amicis. 

Druk/Another Round sí, nos da una reflexión sobre el alcohol, pero va a la par con una profunda y hermosa visión de lo significa la vida actual, la crisis de la mediana edad, la depresión, el perderse en ese zigzagueo de lo que fue, lo que es y lo que puede llegar a ser, y junto a Scarlet pleasure nos regala un himno para acompañar desde nuestros primeros pasos de la mañana hasta los momentos más legendarios de nuestras vidas.