#UnaLucrecia, alzando la voz contra la violencia de género

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En años recientes la lucha feminista ha ido cobrando relevancia, haciendo que temas que antes eran tabú en otras generaciones o acciones que eran normalizadas, cada vez más son cuestionadas y analizadas; por ejemplo, los micromachismos que reproduce la sociedad o la propia violencia tanto física como psicológica de la que son víctimas tantas mujeres en el mundo.

Mariela Giménez, a través de su libro titulado #Una Lucrecia, rescata esta conversación y a través de la historia de Lucrecia, o Luli para los amigos, aporta una historia reflexiva acerca de la violencia de género, mostrando las distintas facetas de ésta. El inicio de su escrito podría tomarse como una guía de las “red flags” o señales de alerta, que se pueden encontrar en las relaciones y las consecuencias de no salir a tiempo de ese círculo destructivo en donde los involucrados no sólo son los que se encuentran en la relación. También están los amigos, familiares e incluso el transeúnte común, que ignoran los llamados de auxilio de las víctimas subestimando el problema de éstas hasta que es demasiado tarde.

Al inicio nos presentan la vida “sencilla” de Lucrecia, una joven de preparatoria que vive con su abuela y que siempre ha aspirado a llevar una vida más cómoda, donde el dinero no sea una constante preocupación. Un día conoce a Lisandro, el hombre de sus sueños, guapo, educado y con una posición económica muy buena; termina entablando una relación con él, que en principio parece un cuento de hadas. Pero siempre hay algo que no termina de encajar, y a través de pequeños comentarios o acciones de él, se denota la violencia psicológica que ejerce sobre el personaje principal, haciéndola sentir inferior, alejándola de sus grupo de amigos, hasta el punto en que su mundo sólo es él.

Ella se ve envuelta en esa relación tóxica de la que ella es muy consiente, pero por presión social, accede a ir involucrándose cada vez más con él, al punto en que ella ya no encuentra una salida. Tiene que irse a vivir con él, porque su abuela la obliga. Y es que ¿por qué no hacerlo? Si es un excelente partido y le dará todo lo que había anhelado. Pero hay un punto en que la violencia deja de ser psicológica y pasa a amenazar su vida. Ella, al intentar escapar de eso, se encuentra con que nadie la apoya, todos la juzgan y de nueva cuenta la obligan a quedarse con él, porque está embarazada y a pesar de que ella intentó interrumpir su embarazo, la misma sociedad se lo negó, por lo que se fue hundiendo más en ese círculo destructivo, llevando consigo a su hijo.

Al temer por su vida y la de su hijo, decide armar un plan lleno de misterio e intrigas que es digno de una película, todo para lograr escapar de ahí y construirse una nueva vida alejada de Lisandro; de hecho, una parte del mismo puede tomarse como una referencia a “Gone Girl”, incluso puede ser probable que la autora se inspirara en ella. 

Sin embargo, los planes que tenía proyectados se verán interrumpidos con la llegada de Mauro, un hombre que se dedicará a ser su escolta y que, con el transcurso del tiempo, su relación se transforma en algo más íntimo, llegando al punto de intentar escapar juntos de esa red de violencia que envuelve a Lucrecia.

Es un libro extenso que se concentra en Lucrecia y Mauro, lo que nos ofrece distintas perspectivas de la situación. El problema está en que, por desarrollarlos a ellos, otros personajes que tienen mucho peso respecto a algunos puntos de la trama, se quedan muy planos, lo que provoca que las interacciones se sientan forzadas. La autora tiende a caer en clichés, que a veces resultan un poco molestos ya que rozan con los micromachismos que ella misma está denunciando, porque hay cosas que se llegan a sentir hipersexualizadas. Existe una delgada línea entre lo romántico y lo que provoca cringe, y muchas veces la historia se encuentra en ese último parámetro en lo que respecta a los capítulos narrados por Mauro. 

Mariela Giménez, autora de la novela

En ocasiones sientes que hay escenas que sobran. Si bien el misterio que envuelve cierta parte del libro te deja con ganas de saber más, después regresa casi al punto de partida y toda esa trama se siente un poco inservible; es decir, la resolución pudo ser más sencilla. El final deja sentimientos encontrados, está bien, pero si la historia hubiese terminado en cierto punto, habría tenido mayor impacto en los lectores

No obstante, #UnaLucrecia es una historia que tiene puntos fuertes, sin duda te envuelve desde los primeros momentos, empatizando enseguida con la protagonista, llegando al punto de preocuparte por ella y sentir impotencia y rabia al ver el trato que le da la sociedad. Esto se debe a que Mariela Giménez logra plasmar muy bien la realidad, cómo la sociedad acepta y valida la violencia hacia las mujeres.

Constantemente, nos recuerda que esta historia trasciende la ficción, que es algo que se vive día a día, y enfatiza en el final funesto que tienen muchas de las historias de las “Lucrecias” alrededor del mundo; hace reflexionar sobre la necesidad del cambio en las leyes y la propia sociedad, para crear una red de apoyo donde las víctimas se sientan seguras de poder salir y denunciar a sus agresores, de vivir su vida con total plenitud. Pero sobre todo, nos recalca que la lucha sigue y el objetivo final es que no haya #NiUnaMenos.

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