Con una industria en la que sobresalen cada vez más las producciones alternativas, llega El Plan Divino, una comedia irreverentemente audaz que enaltece la picardía y creatividad del cine argentino.

La religión es un tema que produce debates interminables. La censura por parte de sus adeptos más extremistas ha llevado a generar un interés que explora desde diversos aspectos todo el universo religioso. Desde relatos épicos que enaltecen las enseñanzas como en Los 10 Mandamientos (B. DeMille, 1956), otros que plantean reflexión sobre la humanidad de Jesucristo como en La Última Tentación de Cristo (Scorsese, 1988), una representación vívida de sus pasajes con crudeza contundente como La Pasión de Cristo (Gibson, 2004), o hasta sátiras mordaces como en La vida de Brian (Jones, 1979).

Englobado en lo último, El Plan Divino aprovecha de la cara campirana religiosa para construir escenas hilarantes que construyen una crítica tanto a la figura de lo líderes eclesiásticos como de la propia ambición en el ser humano que puede llegar a traicionar sus principios más arraigados.

En una pequeña iglesia aislada en la selva misionera, viven dos monaguillos cuarentones: Eustaquio y Heriberto. Ambos fueron abandonados siendo niños y crecieron como hermanos, bajo la tutela del Padre Roberto, un anciano sacerdote que fue el mentor de ambos y al que ahora, en el final de su vida, deben cuidar y proteger. Eustaquio pretende quedar al mando de la Iglesia y Heriberto piensa sólo en María, una hermosa y enigmática joven, que apenas repara en él. Ambos enfrentan su primer gran crisis existencial que los lleva a poner en marcha un riesgoso plan, un plan divino.

En su cuarta incursión como director, Víctor Laplace utiliza su agudo sentido del humor para desencadenar una premisa contradictoria como original. La excusa de mandamiento divino sustenta lo absurdo del accionar de sus personaje, dando como resultado situaciones hilarantes que aprovechan diversos aspectos de los servicios religiosos para ilustrar la humanidad de aquellos que se han encomendado a la carrera eclesiástica.

Los diálogos que poseen analogías, sarcasmo e ironía construyen escenas que ayudan a que la cinta tenga fluidez, sin momentos muertos y generando interés por lo que vaya ocurrir. Estas situaciones evitan que la trama se predecible en el trayecto e incluso, en el destino, elevando el nivel de absurdez y por ende, consiguiendo que sea más hilarante el resultado.

La fotografía e iluminación se complementan con la música, destacando cada una de las locaciones sin importar si se desarrolla la acción en la vegetación del bosque, la inmensidad del río o la intimidad de la parroquia. Cada uno de los lugares posee su propio manejo de color, tono, temperatura y que da esa sensación de realismo, transportando al espectador al lugar. La música funciona para ilustrar cada emoción presente.

Las actuaciones dan encanto a todos los personajes y desarrollan una postura para el dilema que funge como motor de la trama. Gaston Pauls es Heriberto, un entregado pero ambicioso monaguillo que desea tomar el lugar del Padre Roberto, representando la continuidad en lo establecido de la doctrina y costumbre de la Iglesia, con una postura más cínica respecto a su compañero. Javier Lester interpreta a Eustaquio, el otro monaguillo, tímido, enamoradizo y quién tienen las situaciones físicas más efectivas. Paula Sartor da vida a María, interés amoroso de Eustaquio, la encarnación de la entregada feligrés y que con su inocencia da mayor efectividad a las situaciones. Víctor Laplace, director de la cinta, interpreta al padre Roberto, quien aprovecha su fragilidad en favor de un sinsentido divertido, dando motivos un tanto surreales a favor del «Plan Divino».

Si bien hay una irregularidad latente en su humor que puede ser pesada para algunas susceptibilidades, «El Plan Divino» resulta en un rato agradable de chistes subidos de tono y que generan el interés necesario para que el espectador se quede al final.

FICHA TÉCNICA

Director: Víctor Laplace

Año: 2019

Actores: Gastón Pauls, Víctor Laplace, Javier Lester, Paula Sartor

Calificación: 7/10

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